En agosto, el porcentaje de las expectativas de los consumidores en la capital que creen que su situación económica empeorará en los siguientes 12 meses, alcanzó un máximo histórico al llegar a 55%, de acuerdo con el Índice de Confianza del Consumidor (Indicca) para Lima Metropolitana, informe elaborado por Apoyo Consultoría e Ipsos.
La cifra es mayor que los niveles registrados durante la crisis financiera del 2008 (44% en diciembre del 2008) y durante el peor momento de la pandemia (42% en abril del 2020).
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Ese dato, según Fabiola Alfaro, analista de Apoyo Consultoría, se ve influido por la poca o nula mejoría en la situación económica de los consumidores. Asimismo, la mencionada expectativa pesimista está relacionada con la permanente crisis política y el deterioro de la gestión pública, “que está afectando la calidad de las políticas y los servicios públicos”.
El reporte también muestra que el Indicca de agosto se encuentra en 31 puntos y se mantiene en el mismo nivel que en julio.
Los factores que explican ese resultado son la insuficiente creación de empleo formal, la inflación y la crisis política, de acuerdo con Alfaro.
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José Carlos Saavedra, director de Apoyo Consultoría, señaló que el hecho de que el nivel del Indicca se haya mantenido no significa un punto de inflexión, sino que la situación económica de las familias y la confianza de los consumidores se mantienen muy afectados.
Crecimiento limitado
Bajo todo este contexto, el reporte apunta a que habrá limitaciones en el crecimiento del consumo privado durante los próximos meses, afectados por el deterioro de la situación económica y sus expectativas.
A este menor dinamismo del crecimiento de consumo se le suman el agotamiento del impulso por ‘rebote’ pos-COVID-19, la moderación del empleo formal y la limitación en el poder de compra de las familias.
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Por ello, Saavedra consideró que el gobierno debe implementar medidas “rápidas, temporales y focalizadas”, como bonos para las familias que perciben menores ingresos económicos, frente al incremento de precios de los productos.
Otra opción, consideró, es que el gobierno dinamice la inversión pública, mejorando la ejecución y destrabando proyectos paralizados.
“Eso ayudará a mejorar los niveles de ingresos de las familias y la evidencia muestra que la inversión pública eleva menos la inflación que el gasto público en bienes y remuneraciones”, indicó.