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LAP: “Existe un poco de ansiedad por ser nuevo, pero se probaron los sistemas en marcha blanca y no hubo alguna falla catastrófica”
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El viernes 30 de mayo se inauguró oficialmente el nuevo aeropuerto Jorge Chávez, obra de infraestructura que demandó una inversión de US$2.000 millones y que ha propiciado la atracción de otros US$400 millones en hoteles, restaurantes y la más moderna tecnología del mundo.
Su arranque, sin embargo, genera dudas, por la difícil accesibilidad, el tráfico circundante y el riego de que pueda experimentar un cuello de botella en su primer día de operaciones. Al respecto, conversamos con Juan José Salmón, gerente general de Lima Airport Partners (LAP), operador del megaproyecto.
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- — ¿El nuevo aeropuerto Jorge Chávez se encuentra terminado al 100%? ¿O faltan cosas por habilitar?
Nuestro equipo de operaciones está viendo el tema de la mudanza desde el viernes para preparar la salida de un terminal [el antiguo] y el ingreso al 100% del otro [el nuevo]. Respecto a lo que tenemos planificado para iniciar operaciones, ya está todo listo: procesos, sistemas, mangas y salas. Ahora estamos en las coordinaciones finales de la mudanza.
— ¿Qué tipo de coordinaciones?
Son, básicamente, revisiones finales y temas de seguridad que son típicos en la industria. No es que tengamos algo pendiente respecto a la infraestructura para recibir pasajeros. Lo que sí tenemos es mucha curiosidad por ver cómo los usuarios se van a comportar con esta nueva infraestructura, porque el acceso y la manera de llegar son distintos, lo mismo que el ambiente y la oferta comercial.
— No hace mucho ustedes señalaron que el nuevo aeropuerto no tenía que estar al 100% para iniciar operaciones. ¿A qué se referían con eso?
En una nueva infraestructura siempre puede haber temas pendientes, como asuntos documentarios, luminarias que no estén listas, etcétera. Cuando dijimos eso nos referíamos a que no existía ningún sistema crítico que nos impidiera operar. A eso nos referimos.
— ¿Entonces la infraestructura sí está lista al 100%?
Así es. No nos referíamos a que no hubiera agua o luz o a que no hubiera sistemas para poder operar. Eran temas mínimos, que no son materiales.

— La mudanza del antiguo aeropuerto al nuevo se realizará entre la 1 de mañana y la 1 de la tarde del domingo 1 de junio. ¿Cuantos vuelos se van a reprogramar en ese lapso?
Nosotros tenemos un promedio aproximado de 450 vuelos al día. Como consecuencia de esta paralización de operaciones vamos a tener solamente 235 vuelos [en el nuevo aeropuerto] el día domingo. Tradicionalmente, tenemos 70 mil pasajeros diarios. Consideramos que ahora vamos a estar alrededor de los 40 mil o 45 mil pasajeros en este primer día.
— ¿Y el segundo día?
En el segundo día ya arrancamos a full porque todos los itinerarios volverán a la configuración usual.
— ¿Cumplirán con la mudanza en esas 12 horas?
Sí. Los 235 vuelos no están todos parqueados en el Jorge Chávez. Solamente aquellos que tienen base en Lima y son esos los que tenemos que mover. Además, hay aerolíneas que han decidido pernoctar en aeropuertos de provincias para tomar la primera ‘pierna’ de llegada, y otras que ya han trasladado sus aeronaves desde el área antigua a la nueva a partir del viernes.
— No obstante, las aerolíneas, Migraciones y algunos usuarios han alertado sobre la posibilidad de un cuello de botella este domingo. ¿Han previsto cómo proceder en caso de que eso suceda?
Existe un nivel de ansiedad porque se trata una infraestructura nueva, pero eso se ha ido probando con la marcha blanca en la cual hemos procesado 20 mil pasajeros y 8 mil equipajes, y se han probado los sistemas, y estos funcionan. En ningún momento, en todo este proceso, hemos tenido algún tipo de falla que se pueda llamar catastrófica.
— ¿Entonces, aseguran que no va a haber cuellos de botella importantes?
No. No debe haber cuellos de botella. Además, vamos a tener voluntarios para orientar a los pasajeros y más personal para orientar el acceso de los vehículos. Sabemos que Migraciones también pondrá personal adicional, pero no porque exista desconfianza en los sistemas, sino porque va a ser un nuevo ambiente para los usuarios, y algunos se pueden confundir.
— En todo caso, el cuello de botella ocurriría fuera del aeropuerto.
Todos sabemos que el tráfico en Lima es caótico. Por eso, en las últimas semanas ha habido un esfuerzo adicional del MTC, la ATU y la Municipalidad del Callao por terminar de señalizar algunos giros. También habrá una presencia importante de la policía de tránsito para acelerar el tráfico. Pero lo que yo recomendaría a los usuarios es que prevean que van a trasladarse por vías distintas a las usuales, por lo que deben de salir media hora antes de la que solían para llegar con tiempo.

INVERSIONES
— ¿La inversión en el nuevo aeropuerto cerrará con US$2.000 millones?
El monto global bordea los US$2.000 millones y adicionalmente hemos atraído inversiones que bordean los US$400 millones. Pero tenemos que ver esto como una inversión inicial, porque va a continuar. Nuestra obligación como concesionario es mantener un nivel de servicios determinado y eso se puede hacer de varias maneras.
— ¿Cómo cuáles?
Uno es con tecnología, pero llegará un momento en el cual la tecnología no será suficiente y tendremos que ampliar la infraestructura. Entonces, esta inversión de US$2.400 millones, que incluye US$400 millones de terceros, va a ir aumentando. Recuerda que nuestra visión es poder atender a 50 millones de pasajeros hacia el año 2040.
— ¿En qué se han invertido esos US$400 millones de terceros?
Se manifiesta en los hoteles, en la planta de combustibles, en el Parque Logístico Callao (construido en el Óvalo 200 Millas), en la tecnología de la playa de estacionamiento y en la inversión de todos los restaurantes y retails. Lo siguiente que esperamos este año es cerrar con un inversionista que pueda construir el primer edificio de oficinas frente a los hoteles.
— ¿Son muchas la posibilidades de inversión?
Esto no se detiene. Continúa. Proyectamos integrar el área aeroportuaria con el Callao y en posicionar a esta región como un hub de servicios por excelencia que vaya mucho más allá de la conectividad de pasajeros. Pensamos en conectividad logística, en la implementación de servicios para el comercio exterior y en un centro de convenciones.
— ¿Habrá espacio para un centro de convenciones?
Hay espacio. El área total de la concesión es, más o menos, del tamaño de Miraflores. Hay varios cientos de hectáreas libres que no tienen vocación aeroportuaria porque están ubicadas en los bordes, que son las que queremos desarrollar con este concepto de ‘ciudad aeropuerto’.
— ¿En cuántos aeropuertos de Latinoamérica se aplica este concepto de ‘ciudad aeropuerto’?
Como concepto integrado, en ninguna. Eso es lo que hemos traído de Europa. Frankfurt tiene una ciudad aeropuerto que es impresionante, porque recibe trenes de corta y larga distancia, además de un metro. Esperamos tener eso en algún momento. Una ilusión mía es desarrollar algo parecido a las zonas especiales.

— ¿Algo parecido a las zonas económicas especiales?
A una zona especial donde puede haber consultorios dentales y de cirugía estética, así como agencias de aduanas y estudios de abogados para el exterior. ¿Por qué algo así no podría desarrollarse en el nuevo aeropuerto Jorge Chávez? Por eso decimos que más que un nuevo aeropuerto, esto es una ciudad aeropuerto.
— ¿Es el aeropuerto más moderno de Latinoamérica?
De lejos. En lo que se refiere a la tecnología de los tomógrafos, tanto para revisión de equipaje en bodegas como para la revisión de equipaje de mano. Y en lo que se refiere a la cantidad de cámaras y al control digital para el desplazamiento de aeronaves en plataforma. Todo lo que hemos implementado es lo más moderno y lo mejor del mundo.
— ¿Ya han definido qué van a hacer con el anterior aeropuerto?
Si bien es un aeropuerto que se inauguró en los años 60, su infraestructura tiene menos de 25 años. Esa área también la queremos incorporar dentro del concepto de ‘ciudad aeropuerto’. Así, por ejemplo, el hotel seguirá operando, lo mismo que la oficina de migraciones para la emisión de pasaportes. Eventualmente, algunas entidades públicas también van a seguir operando.
— ¿Y las oficinas de LAP?
Las oficinas administrativas de LAP seguirán operando en la torre central y también se mantendrá todo lo que es la plataforma aeronáutica para aeronaves de estadía prolongada y temas de mantenimiento. El resto tenemos que ver en qué lo transformamos.
— ¿Tienen algunas ideas?
Hemos hecho una serie de estudios. Existe la posibilidad de que se transforme en un área de retail. También hay universidades que pueden estar interesadas, así como centros de salud y ferias de exposiciones. Tenemos que dar vida a esa infraestructura porque somos responsables del aprovechamiento económico del 100% del área de la concesión, al respecto de lo cual LAP aporta el 52% de ingresos brutos al Estado.
POSTERGACIONES
— El inicio de operaciones en el nuevo aeropuerto se postergó dos veces. ¿Estas postergaciones estaban justificadas?
Poner en operación una infraestructura como esta es algo bien complejo. Mientras no había unanimidad en toda la industria acordamos, de manera conjunta y colaborativa, que era mejor postergar el inicio de operaciones.

— Ositrán ha señalado que podría aplicar sanciones a LAP por la postergación del pasado 30 de marzo. ¿Han sido notificados de esto?
Ositrán no ha iniciado todavía ningún proceso sancionador. En este momento nosotros no hemos sido notificados de ninguno. Sí nos han pedido información respecto de los avances de la obra y al por qué se acordó con el Gobierno la postergación de operaciones. En función a eso Ositrán tendrá que tomar sus propias decisiones e iniciar un procedimiento. Nosotros, siempre respetuosos de la parte administrativa, nos defenderemos también.
— ¿Dicho eso, usted considera que corresponde algún tipo de sanción?
Nosotros consideramos que no nos corresponde ningún tipo de sanción. Primero tenemos que ver lo que Ositran va alegar para ello y nos defenderemos y manejaremos las cosas dentro del procedimiento administrativo, como siempre. Algo de lo que nos enorgullecemos muchísimo es que somos, casi, el único concesionario importante del país que no ha iniciado ningún proceso arbitral contra el Estado.
— ¿Nunca plantearían un arbitraje?
Siempre hemos respetado los contratos y la capacidad reguladora de Ositrán. Lo nuestro es construir y operar aeropuertos, no entrar en debates legales ni en controversias con el Estado. Fraport AG (accionista alemán con el 80,01% de participación) es un operador portuario neto que opera aeropuertos desde hace más de 100 años. Nosotros operamos para el largo plazo, y eso significa mantener una buena relación con el Estado y los gobiernos de turno.
— ¿Cuándo llegarán a alcanzar los 40 millones de pasajeros? ¿Será este año?
No. Este año pensamos cerrar con una cifra que supera los 26 millones de pasajeros. Los 40 millones de pasajeros los estamos pronosticando para el 2032. Y los 50 millones de pasajeros para antes del 2040.
— ¿Los precios de los pasajes se van a incrementar en el nuevo aeropuerto?
No deberían incrementarse. Todas nuestras tarifas están reguladas por Ositrán. LAP no puede fijar una tarifa regulada a su libre albedrío. Por el contrario, lo que ha ocurrido en los últimos años ha sido un crecimiento en la competitividad y, desde mi punto de vista, el nuevo aeropuerto va a generar más competencia a nivel aeronáutico. Lo que viene ahora es el desarrollo de los aeropuertos regionales en el Perú con el fideicomiso que ha entregado LAP.
— ¿A cuánto asciende este fideicomiso?
Lo que hemos aportado hasta el momento es, aproximadamente, US$ 3.200 millones, y lo que vamos a aportar hasta el 2041 son US$8.000 millones más. Ese dinero que hemos aportado se debería estar utilizado en el desarrollo de los aeropuertos regionales que se entregaron bajo un modelo de cofinanciamiento. De nada sirve que el Jorge Chávez crezca de manera importante, como lo hemos hecho, si la conectividad en el país no crece.










