Por: Giancarlo Salirrosas, CQF
Si alguien hubiera pronosticado que luego del final de la Guerra Fría, los científicos encargados de investigar nuevas armas de destrucción masiva y otras tecnologías bélicas acabarían aplicando sus habilidades en Wall Street, probablemente se hubieran reído de él. Pero, el que ríe último ríe mejor.
¿Cuál es la conexión que sostienen la ciencia y Wall Street? Si bien forman una pareja inesperada a priori, la relación que guardan debería ser bastante obvia. La bolsa de valores representa el termómetro de una economía global, en ella interactúan millones de agentes, mentes que forman una red inmensa, las cuales en conjunto dan lugar a la creación de un sistema complejo. Es así, que al actuar en este sistema, los seres humanos por ser criaturas de hábitos, damos lugar al surgimiento de patrones, y la ciencia que por excelencia se encarga del estudio de los patrones son las matemáticas.
Es en este marco donde se manifiestan las finanzas cuantitativas, como una nueva especialidad de las finanzas que se encarga de diseñar e implementar mediante algoritmos complejos modelos matemáticos para temas de trading, pricing y risk management. Los encargados de realizar esta labor son los quants (abrev. de quantitative en inglés), profesionales con un background – preferente un PhD. – en matemáticas, física o computer science. Si bien la palabra quant empezó siendo un término peyorativo para hacer referencia a unos tipos bastante geeks que no entendían muy bien el negocio de Wall Street, ahora se han convertido en uno de los elementos principales para la generación de alpha. Tal es el caso, que en los años 2015 y 2016 los quantitative hedge funds tuvieron retornos netos de 15.93% y 17.78% respectivamente, ubicándose dentro del top 5 de los tipos de fondos más rentables en dichos ejercicios.
Actualmente, la participación de mercado de esta clase de fondos ha aumentado en relación a sus pares, de un 8% en el 2011 a un 13% a finales del 2016, y todo señala que esta tendencia se mantendrá para los próximos años.
Una vez más la educación juega un rol importante para el crecimiento. Sin embargo, es insuficiente sin una cooperación entre empresas e instituciones de educación superior en torno a materias de investigación aplicadas. La industria local debe empezar a adoptar estas nuevas tendencias para no quedar rezagados nuevamente. La era de los quants ha llegado y para quedarse por mucho tiempo.