En los últimos años, hemos presenciado un cambio significativo hacia energías más limpias y sustentables. Hace poco escribía sobre los Combustibles Sostenibles de Aviación (‘Sustainable Aviation Fuel’ o SAF, por sus siglas en inglés), pero es importante destacar que no es el único esfuerzo. Otro combustible también se configura como un elemento clave del futuro: el llamado hidrógeno verde que se produce utilizando electricidad de fuentes renovables, como la solar y la eólica, para dividir el agua en oxígeno e hidrógeno. A diferencia del hidrógeno derivado de combustibles fósiles su producción no emite dióxido de carbono, lo que lo hace mucho más respetuoso con el medio ambiente.
El hidrógeno verde ha captado la atención global. En Europa países como Alemania, Francia y España están invirtiendo fuertemente en infraestructura para producirlo, con el objetivo de reducir sus emisiones de carbono y liderar la transición energética en ese continente. En Sudamérica, Chile ha presentado su Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde, aspirando a producir el hidrógeno más barato del mundo para 2030 y convertirse en uno de los principales exportadores para 2040. Estas iniciativas no solo promueven la sostenibilidad, sino que también crean nuevas oportunidades económicas y tecnológicas. Otros países de la región, como Argentina y Brasil, también están explorando su potencial para diversificar sus fuentes de energía y reducir sus emisiones de carbono.
En el Perú la incorporación del hidrógeno verde es cada vez más evidente. Con abundantes recursos naturales como el sol, el país tiene un gran potencial para producirlo. Esta tecnología no solo ayudaría a reducir nuestras emisiones de carbono, sino que también podría generar nuevas oportunidades de empleo y desarrollo. Es fundamental que tanto el sector productivo como el Estado lo tomen en agenda. Las empresas privadas pueden invertir en infraestructura y tecnología, mientras que el gobierno puede crear políticas y regulaciones que fomenten estas inversiones. Además, las instituciones académicas pueden contribuir con investigación y desarrollo para mejorar y adaptar estas tecnologías a nuestras necesidades.
En el sector aéreo, el hidrógeno verde también se presenta como una solución prometedora para reducir las emisiones de carbono. La aviación es uno de los sectores más difíciles de descarbonizar debido a las limitadas alternativas energéticas disponibles. Sin embargo, el uso de este combustible para aviones podría revolucionar la industria. Esta tecnología permitiría a las aerolíneas operar con una fuente de energía limpia, lo que reduciría aún más significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero y contribuiría a un sector aéreo más sostenible.
Empresas como Jetsmart Airlines estamos comprometidos con la sostenibilidad y la innovación, así como en la investigación de producción y uso de combustibles con huellas de carbono reducidas. Creemos que el hidrógeno verde es otro de los carburantes con el potencial de transformar la aviación de manera radical, como una posibilidad limpia y sostenible alternativa a los combustibles fósiles, que en un futuro nos permitirá operar de manera más eficiente y reducir nuestro impacto ambiental.