Sueldo mínimo: capítulo II

La semana pasada se realizó la reunión del Consejo Nacional del Trabajo (CNT), tal y como lo advertimos en este espacio el lunes pasado. Uno de los resultados de esta reunión fue la conformación de la Comisión de Productividad y Salarios Mínimos que elaborará un informe sobre el salario mínimo.

Este nuevo grupo de trabajo, que tendrá 30 días hábiles para presentar el documento, tiene un reto: generar (cierto) consenso. Como se sabe y repite cada vez que este tema vuelve a la agenda pública, un potencial aumento del salario mínimo debería decidirse idealmente en el CNT.

Es por ello que las declaraciones del titular de la cartera de Trabajo, Daniel Maurate, llamaron la atención, pues mencionó que el informe servirá de insumo para que el Gobierno emita una decisión respecto al salario mínimo.

Así las cosas, se puede entender que el tema está cerrado y que la discusión giraría más bien en torno al momento adecuado para aplicar esta alza. Aunque es bastante difícil ejercer el diálogo y llegar a un consenso cuando el tema en discusión parece resuelto, los miembros del CNT tienen ahora la tarea de impulsar las buenas prácticas y hacer un seguimiento minucioso al procedimiento actual, pues se generarán precedentes importantes para el futuro.

Quizá no todo esté dicho en esta materia, pero si lo está, el cómo y el cuándo se vuelven vitales para evitar una situación como esta en los próximos años.

Un alza del sueldo mínimo debe tener un plan y un calendario técnicos y no voluntarios o políticos. Y curiosamente, para lograr ello necesitamos que las voluntades de nuestros políticos y representantes se alineen en aras de institucionalizar este proceso.

El deber ser requiere de verdadero trabajo y esfuerzo si se quiere pasar de la retórica a la práctica, por lo que los ojos estarán, sobre todo, en el actuar del ministro Maurate. ¿Es mucho pedir? Lo averiguaremos pronto.