(Foto: Via Satelital)
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Redacción EC

(Informe IPE-El Comercio) El Mundial se inició y solo los jugadores definirán en la cancha los partidos. De manera análoga, las regiones deciden sus propios resultados a partir de la aplicación de un conjunto de políticas públicas nacionales y locales orientadas a mejorar su .

En esta dirección, el IPE presenta, por sexto año consecutivo, los resultados del Índice de Competitividad Regional (Incore) 2018, que evalúa 45 indicadores agrupados en los seis pilares siguientes: entorno económico, infraestructura, salud, educación, laboral e instituciones.

LA REVELACIÓN

En el Incore 2018 resalta, frente a la edición del año pasado, la mejora sustancial de la región , que subió del puesto 19 al 14, gracias al mejor desempeño de los pilares instituciones, laboral, infraestructura y entorno económico. Por el contrario, tuvo pobres resultados en los pilares de salud y educación, que dependen sobre todo de instituciones y políticas regionales.

La mejora más notoria de la región se da en el pilar instituciones, que escaló ocho posiciones, y pasó del puesto 18 al 10. Esta evolución se explica por el comportamiento positivo de dos indicadores: número de homicidios por cada 100 mil personas, que se redujo de 8,5 en el 2016 a solo 3,7 en el 2017, mientras que el promedio nacional aumentó de 7,7 a 7,8; y, número de conflictos sociales latentes y activos, que se redujo casi en la mitad, y pasó de 25 en el 2016 a 13 en el 2017.

En el pilar laboral, Apurímac subió seis posiciones desde el puesto 23 en el 2016 al 17 en el 2017. El principal indicador que impulsó esta mejora fue la creación del empleo formal, que pasó del puesto 22 en la edición del año anterior al puesto 5 en el Incore del 2018. También es importante la mejora en el indicador de la brecha de género en los ingresos provenientes del trabajo, que disminuyó de 34% en el 2016 a 22% en el 2017, y así pasó del puesto 12 al 3.

El pilar entorno económico, que pasó del puesto 16 en el 2016 al 12 en el 2017, fue impulsado por el inicio de las operaciones del proyecto . Este indicador, aun cuando ‘solo’ escaló cuatro posiciones, es un buen reflejo del avance de la región. Apurímac es la región con el presupuesto público mensual per cápita más alto (S/587), esto es casi un tercio mayor que el promedio nacional (S/437); ocupa el puesto 8 en PBI per cápita real (S/16.292) y supera al del Perú (S/15.620). En las dos ediciones anteriores Apurímac registró un PBI per cápita real de S/5.640 en el 2015 (puesto 25 en el Incore del 2016) y pasó a S/13.155 en el 2016 (puesto 11 en el Incore del 2017).

(Infografía: Jean Kolbert Izquierdo Villalobos)
(Infografía: Jean Kolbert Izquierdo Villalobos)

PUNTEROS

Las regiones que se ubican en los cinco primeros puestos son: Lima (incluye Lima Metropolitana y el Callao), Arequipa, Moquegua, Ica y Tacna. Lima se mantiene como la región más competitiva; Arequipa ha desplazado a Moquegua en la disputa por el segundo puesto; Tacna e Ica compiten por el cuarto y quinto puesto.

Estas cinco regiones se ubican en el tercio superior en más del 60% de los 45 indicadores evaluados, lo que muestra una notable ventaja respecto al resto de regiones. 

No obstante, cada una tiene sus propias debilidades. Por ejemplo, Lima e Ica se ubican permanentemente entre las últimas regiones en el pilar de instituciones y Moquegua muestra un deterioro importante en el pilar laboral.

El retroceso de Moquegua y el regreso de Arequipa a la segunda ubicación del Incore durante el último año se explica fundamentalmente por los cambios en el pilar laboral. Moquegua pasó del puesto 4 al 13, debido al deterioro del crecimiento promedio del empleo formal, que disminuyó de 0,3% en el 2016 a -0,3% en el 2017. Por el contrario, Arequipa pasó del puesto 5 al 3 en dicho pilar, en virtud de la recuperación de la creación de empleo formal de -0,8% en el 2016 a 0,9% en el 2017.

COLEROS

Cajamarca, Puno y Loreto son las regiones menos competitivas del país por quinto año consecutivo, y se ubican en el último tercio en más de la mitad de los 45 indicadores del Incore.

Cajamarca continúa con su tendencia estructural de largo plazo, y en el Incore del 2018 aparece como la región menos competitiva, en el último puesto en el pilar laboral y penúltimo en entorno económico. A la luz de los resultados del Incore, podemos notar que el mercado laboral cajamarquino presenta un nivel muy bajo en educación (solo 13,9% tiene estudios superiores), es predominantemente informal (90,1%), acusa la caída más fuerte en la creación del empleo formal (-0,9% en promedio durante los tres últimos años), tiene bajos salarios mensuales (S/843, promedio) y la más grande brecha de género en los salarios (39,4%). Esta descripción dista de las características del mercado laboral promedio en el país: 31,1% tiene educación superior, la informalidad es de 72,6%, el empleo formal ha crecido 0,6% en promedio durante los últimos tres años, con un salario promedio de S/1.365 y con una menor brecha de género en los salarios (29,1%).

Puno es la penúltima región en competitividad y se ubica en el último lugar de salud y entorno económico. Registra la tasa de morbilidad más alta (79,9%) y una de las esperanzas de vida más bajas (72,7 años). Su PBI real per cápita es el más bajo del Perú (S/6.164), el cual resulta menos de la mitad del promedio nacional. 

Loreto se ubica en el antepenúltimo puesto (23) de competitividad. Aparece en el último puesto en educación e infraestructura, cuya gestión corresponde sobre todo al gobierno regional. La región registra las tasas más bajas de rendimiento escolar, aproximado por el porcentaje de niños y niñas con rendimiento satisfactorio en comprensión lectora y en matemáticas, en primaria (8,6%) y secundaria (1,0%), que distan significativamente del promedio nacional de 28,5% en primaria y 6,9% en secundaria. 

Competitividad vs. Pobreza
Competitividad vs. Pobreza

Estos resultados del Incore corroboran la relación que existe entre competitividad y desarrollo económico y social. Es por demás evidente que a mayor competitividad corresponde menor incidencia de la pobreza*. De las ocho regiones más pobres durante el 2017, siete aparecen en el grupo de las menos competitivas en el 2018.

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