Escucha la noticia

00:0000:00
Una exclusiva con Claudia Cardinale
Resumen de la noticia por IA
Una exclusiva con Claudia Cardinale

Una exclusiva con Claudia Cardinale

Resumen generado por Inteligencia Artificial
La IA puede cometer errores u omisiones. Recomendamos leer la información completa. ¿Encontraste un error? Repórtalo aquí
×
estrella

Accede a esta función exclusiva

El jueves 8 de enero de 1981, el gobierno de Belaúnde promulgaba la Ley de amnistía laboral. El costo de vida había ascendido 60% con respecto del año pasado y en una desvalijada agencia bancaria de Barranco, en medio del pánico vecinal, una banda de asaltantes huía con un millón de soles como botín. Bajo estos titulares de primera plana de El Comercio, se informa de un atentado y se reporta la alta inflación mensual. Y como única y solitaria buena noticia, en una columna, se anuncia una primicia: “ llegó ayer”.

LEE TAMBIÉN | Todos iguales bajo el sol (y las sombras)

En efecto, la actriz italiana, fallecida el pasado 23 de septiembre a los 87 años, había llegado, de incógnito, a la capital. En un discreto hotel limeño buscó descanso antes de continuar viaje a Iquitos dos días después, donde el cineasta alemán Werner Herzog y su equipo la esperaban para el rodaje del filme sobre la vida del explorador y cauchero Carlos Fermín Fitzcarrald, la hoy mítica película “Fitzcarraldo”. “A su arribo declaró estar fascinada con la idea de navegar por el Amazonas y también por la oportunidad de conocer la Selva peruana”, dice la nota con foto.

—La entrevista—

Al día siguiente, una guapísima y relajada actriz lee divertida la nota en el diario. Capta el instante el lente de Gerardo Samanamud, fotógrafo de El Comercio, que acompaña al periodista Arturo Morales Raymondi en lo que será una entrevista exclusiva. Conocido cronista taurino, Morales no es un experto en cine, pero sabe de pasiones.

Fue el empresario “Joe” Koecklln Von Stein, entonces fundador de la cadena Inkaterra y hoy referente peruano de la hotelería de lujo ecológico quien la recibió al llegar la noche del miércoles 7, “exactamente a las 11:13 p.m.”, apunta el puntual redactor. “Aunque respeto su profesión, bastó que mi llegada saliera en este diario, para que se frustrara mi deseo de pasar de incógnito”, le confiesa la actriz, de “descuidada elegancia”, describe el redactor . “Sin embargo, no estoy molesta. Créame Ud. que me emocionó leer en un diario tan serio como El Comercio, de nuestra labor en el film. Es la primera vez que vengo al Perú, y he sido, con esa nota, estupendamente recibida”.

Horas antes de viajar a Iquitos para sumarse al rodaje de “Fitzcarraldo”, la actriz de entonces 42 años posó para el lente de El Comercio. (Foto: archivo de El Comercio)
Horas antes de viajar a Iquitos para sumarse al rodaje de “Fitzcarraldo”, la actriz de entonces 42 años posó para el lente de El Comercio. (Foto: archivo de El Comercio)
/ EL COMERCIO

Al principio de su entrevista, Morales Raymondi escribe: “Son las 1:55 pm. del jueves 8. Un amigo del diario, nos orientó sobre el derrotero de la estrella ítala. La que hace poco tiempo disputaba con Sofía Loren, Gina Lollobrígida y Silvana Pampanini, la excepcional categoría de las “Pin up” del cine italiano”. Al preguntarle sobre las divas de su generación, Cardinale responde: “Mira, era una época “fuera de serie”, como se dice. Había directores estupendos: Fellini, Antonioni, Pasolini y, sobre todo, el gran Roberto Rosellini, que con arte y genialidad cautivó a una sueca: Ingrid Bergman. De esa pléyade surgí yo. ¿No es bello? ¡Para mí es Bellísimo!”, comenta.

Interrogada por su inminente viaje a la selva peruana, ella responde: “Soy, una italiana que ama América. Y que estoy muy feliz de participar en un filme sobre un hombre que contiene todo el mensaje de Carlos Fermín Fítzcarrald”.

Entonces la actriz cuenta con 42 años de edad. Tiene dos hijos, la pequeña Claudia y Sebastián, de 21 años, que ya la había convertido en abuela. Cardinale afirma sentirse “más lograda” que en sus inicios profesionales.

“Son las 2:13 de la tarde. Ella viaja a Iquitos. Estará allá cuatro días, volverá a Lima y luego a Roma. Regresará del 1 de marzo al 31 aproximadamente, para continuar la filmación, apunta el periodista muy atento a la hora, sintiéndose culpable de haber interrumpido el almuerzo de la actriz. Había disfrutado de un cebiche y de un Spaghetti a la Bongole. “¿Sabes que ayer me fascinó la papa a la huancaína”, le confía ella a “Joe” Koecklin.

El periodista le pregunta qué piensa de la política. “Está en todo”, ella responde. “Cuando elijo un camarógrafo. O, no me pongo ““d’accordo” con un director ¡hay política!”.

Pon fin, los dueños de casa le hacen sentir al cronista taurino que es tarde. “El avión de la actriz sale a las cuatro de la tarde”, apunta muy atento al reloj. Y como párrafo final, Morales Raymondi apunta en su libreta la despedida de Claudia: “Partiré en un avión mecánico y torpe. Pero ustedes los peruanos jamás saldrán del Aeropuerto de mi amistad y mi cariño”.

El pasado 23 de setiembre, Claudia Cardinale falleció a los 87 años. (Foto: archivo de El Comercio)
El pasado 23 de setiembre, Claudia Cardinale falleció a los 87 años. (Foto: archivo de El Comercio)
/ EL COMERCIO

—Un rodaje difícil—

Las noticias del rodaje de “Fitzcarraldo” empezaron a ser recurrentes en las páginas del diario desde el 18 de enero. Iquitos parecía convertido en un gigantesco set cinematográfico y gran parte de su población se presentaba para aparecer como extras. Por entonces, acompañaban a Cardinale Jason Robards en el papel del cauchero ancashino, el cómico mexicano “Resortes” y Mike Jagger, ““Director del famoso conjunto musical nuevaolero “Rolling Stones”, dice el reporte del corresponsal en esta ciudad. Sin embargo, meses después, el 27 de marzo, ya El Comercio informaba de los problemas del complejo rodaje: Jason Robards abandonó el rodaje (se dijo por motivos de salud para no ventilar las discrepancias del actor con Herzog) y el cineasta apeló a su amistad con Klaus Kinski, con quien había rodado “Aguirre” en la zona del río Marañón, para volver a rodar en la selva. Así, el 17 de mayo, con el autor alemán en Iquitos, se reinició la filmación y la actriz italiana debió volver en junio a la selva a rodar nuevamente todas las escenas iniciales que compartió con Robards. Ella interpretaba el papel de Molly, la novia del cauchero.

A fines de mayo, fue Mick Jagger quien abandonó el proyecto.

Para fines de junio del mismo año, ya todos los medios internacionales sabían que todo era dificultades para Herzog a lo largo de un año de rodaje, sin visos de llevarlo a buen término. El cineasta alemán debió enfrentar ataques de las propias comunidades indígenas, ofendidas al enterarse que dedicaría una película al polémico magnate del caucho, a quien aún recordaban como un feroz esclavista. Finalmente, la comunidad aguaruna atendió las razones de Herzog, quien les aclaró que no buscaba mitificar a Fitzcarrald, sino, por el contrario, criticar sus abusos y mostrar sus delirios. Asimismo, a fines de julio, el barco “Narinho”, utilizado por el famoso cauchero en su desplazamiento por la selva, encalló. Se tuvo que esperar tres meses a que las aguas recuperaran su nivel normal.

A fines de setiembre, Claudia Cardinale estaba de regreso en Roma después de la atribulada filmación. Prácticamente, era la única sobreviviente del reparto original. Siempre comentaría que aquella experiencia en el Amazonas fue una de las más interesantes experiencias de su vida, comparando los delirios del soñador Fitzcarrald con los del propio Herzog.

Sepa más

A pesar de todos los problemas en el Rodaje de “Fizcarraldo”, Cardinale fue la única gran estrella que se mantuvo fiel al proyecto desde el inicio. Los loretanos elogiaron siempre su sencillez y espontaneidad en el trato, y sus compañeros de rodaje comentaban a la prensa su paciencia y buena voluntad.


Se calcula que el rodaje de Fizcarraldo llegó a superar los siete millones de dólares. Alrededor de 25 millones actualmente.