Aunque las crisis del agua y la energía, así como las que se asocian con el calentamiento global, han sido ampliamente discutidas, poco se viene diciendo sobre el problema ambiental que supone para el mundo la industria de la ropa: el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente señaló el año pasado que este sector es responsable del 10% de las emisiones de carbono cada año, más que lo generado por la industria del transporte aéreo y marítimo. Ello lleva a repensar el rol de la industria de la ropa, más aún cuando se trata de ropa que nadie quiere: Bloomberg reportó en 2018 que el gigante H&M había adquirido ropa por US$ 4 300 millones, mercadería que no podía venderse y tuvo que ser incinerada (tenía moho y plomo, según la empresa). Al gasto y emisiones de producir los artículos, se sumó, en este caso, el de la emisión de gases al ser incinerados.
¿Qué ocurriría si una camiseta pudiera purificarse, por cuenta propia, evitando que las bacterias y mal olor se acumulen en ella? ¿Y si tuvieran reforzamiento de materiales como el grafeno, podría ser una prenda indestructible? ¿Qué nuevos materiales se incluirán en las ropas que vestiremos en el futuro cercano, que incluso nos protejan de nuevas bacterias y epidemias?
Mónica Gómez León (49) lo investiga. Bachiller en Química, Magíster en Ciencia de los Materiales y Doctora en Física por la Universidad Nacional de ingeniería, ha ganado en 2011 el Premio Nacional “Por las Mujeres en la Ciencia” de L’Oréal y el Concytec, en parte por su trabajo en esta línea. Los textiles funcionales mejorados a través de la inclusión de nanomateriales son buena parte de los proyectos que ha venido trabajando.
Entre estos, el desarrollo de tejido plano de algodón antimicrobiano con protección UV obtenido mediante la funcionalización con nanopartículas semiconductoras (óxido de zinc y de cobre, así como dióxido de titanio), con lo cual se busca desarrollar textiles de algodón capaces de proteger de la radiación UV y que posean actividad antimicrobiana y fungicida. Asimismo, y en línea con el desarrollo de materiales, ha desarrollado un proyecto para el acabado bactericida de material clínico a base de nanopartículas de dióxido de zinc en tejido plano para la mitigación de infecciones intrahospitalarias.
Esta científica, además, ha estudiado diseño, materiales y dispositivos para casas altoandinas resistentes a heladas, así como el desarrollo de materiales y dispositivos para la aplicación de estrategias renovables y medioambientales que permitan el suministro de energía y agua para una vivienda rural sostenible. Toda esta obra le ha valido, y sus 36 artículos publicados en el importante repositorio Scopus, le han valido la calificación Nivel II en el Grupo Carlos Monge Medrano, del Registro Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Renacyt) del Concytec.
La lista Científicas Peruanas es proporcionada por el Concytec, en base a la información autodeclarada por las científicas en el Registro Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Renacyt).