Amistades virtuales. Las cuarentenas obligadas por la pandemia, hizo que fuéramos cada vez más dependientes de las redes sociales. Ilustración Víctor Aguilar Rúa
Amistades virtuales. Las cuarentenas obligadas por la pandemia, hizo que fuéramos cada vez más dependientes de las redes sociales. Ilustración Víctor Aguilar Rúa
/ Víctor Aguilar Rúa
Jorge Paredes Laos

En estos últimos dos años, salir con amigos ha sido sinónimo de entrar a una sesión de Zoom; o participar, con entusiasmo, en un recién creado grupo de WhatsApp; o ingresar, con audífonos puestos, a una sala virtual para vivir la experiencia de un videojuego en línea. Salir con amigos ha sido sinónimo de estar solos frente a una pantalla, y cada vez más dependientes de una red social o un chat. Aunque, en estos días de febrero de 2022, muchos se esfuerzan por volver a la normalidad prepandémica, lo cierto es que ya nada es como antes. ¿Cuánto cambió el concepto de amistad en estos tiempos? ¿Podemos decir, como los algoritmos de Facebook sugieren, que todos nuestros contactos son nuestros amigos?

“Primero tendríamos que definir qué es amistad”, dice el psicoterapeuta Pedro Ponce, especialista en tratar con adolescentes y jóvenes. “Uno podría decir que una amistad del mundo real es verdadera y una virtual es falsa, pero no olvidemos que hoy lo virtual es ya parte de la realidad”, precisa. Por eso —en su opinión— un concepto como la amistad se está redefiniendo constantemente. “Hace dos años, una mamá le decía a su hijo que no pase mucho tiempo en las redes sociales; pero ahora, con la pandemia, cómo decirle que no esté ahí. Antes era ‘salgan a la calle a jugar un partido’, ahora es ‘júntense en una reunión de Zoom’”, afirma.

Ponce no solo pide analizar la amistad según el contexto, sino también de acuerdo a cada grupo etario. “Cada persona es diferente. Hay algunos que no toleran la virtualidad y necesitan el contacto físico, a ellos no les basta conectarse a Discord, Telegram o Facebook. A los millennials les cuesta un poco más la virtualidad, pero a los de la Generación Z (adolescentes) se les hace mucho más sencillo. Ellos nacieron con ella y crearon su propio concepto de amistad de acuerdo con lo que tenían enfrente”, comenta.

A pesar de los problemas que ha tenido en los últimos tiempos, Facebook sigue siendo la red social más importante con 2.895 millones de usuarios. Foto: Carolina Urra.
A pesar de los problemas que ha tenido en los últimos tiempos, Facebook sigue siendo la red social más importante con 2.895 millones de usuarios. Foto: Carolina Urra.
/ CAROLINA URRA

Un ejemplo de esto último puede ser lo que ocurre cuando un grupo de chicos y chicas se reúnen para jugar un videojuego, conectados desde sus casas. “Ellos están compartiendo una experiencia: ahí hablan, se ríen, se ponen tristes, se sienten parte de un grupo. Un adulto puede decir ‘yo con mis amigos salía a jugar fulbito’, pero ellos también están saliendo a un espacio virtual para matar monstruitos”, reflexiona el psicoterapeuta.

Tiktokers, youtubers y seguidores

Para la psicoanalista Graciela Cardó las personas siempre están buscando amigos para crear lazos profundos, y poder conversar y compartir experiencias. “Eso no ha cambiado, pero el entorno sí. Con las redes sociales y la pandemia cada vez más personas se están conociendo echados en su cama, desde sus cuartos. Antes para conocer a alguien tenías que ir a un bar, a una fiesta, ahora todo ocurre moviendo los dedos”, dice.

Según la psicoanalista Graciela Cardó un chico o chica que sube un video a TikTok o Instagram está buscando producir un efecto en los demás. Hay en estos tiempos una necesidad tremenda de aceptación. Foto: Yan Cong/Bloomberg
Según la psicoanalista Graciela Cardó un chico o chica que sube un video a TikTok o Instagram está buscando producir un efecto en los demás. Hay en estos tiempos una necesidad tremenda de aceptación. Foto: Yan Cong/Bloomberg
/ Yan Cong

Lo paradójico de esta situación es que la soledad está también a un clic de distancia. “¿Por qué un chico, una chica suben un video a TikTok o Instagram?”, se pregunta Cardó. “Es para producir un efecto en los demás y si no lo consiguen, se ponen muy tristes. Hay una necesidad tremenda de aceptación y las redes sociales están hechas para dar esa sensación de bienestar, aunque yo sí creo que se producen falsas seguridades”, añade la psicoanalista.

Ambos especialistas coinciden en que la otra cara de la moneda de esta celebrada virtualidad es la depresión. “Estamos haciendo muchas más consultas psIquiátricas que antes”, revela Cardó. “He tenido pacientes de 16, 20, 30 años —cuenta Ponce— que me dicen ‘ya no quiero nada virtual’, ‘estoy harto del Zoom’, ‘quiero salir, quiero ver a mis amigos, quiero pasear’”. Según Ponce no son pocos los jóvenes que se vuelven youtubers o tiktokers porque están a la búsqueda de amigos y seguidores, a quienes ven como su grupo de soporte emocional.

Según Ponce no son pocos los jóvenes que se vuelven youtubers o tiktokers porque están a la búsqueda de amigos y seguidores, a quienes ven como su grupo de soporte emocional. / AFP / Olivier DOULIERY / TO GO WITH AFP STORY by Rob Lever "Getting through pandemic with help from (virtual) friends"
Según Ponce no son pocos los jóvenes que se vuelven youtubers o tiktokers porque están a la búsqueda de amigos y seguidores, a quienes ven como su grupo de soporte emocional. / AFP / Olivier DOULIERY / TO GO WITH AFP STORY by Rob Lever "Getting through pandemic with help from (virtual) friends"
/ OLIVIER DOULIERY

Los miles de seguidores se vuelven así en una especie de barrera ilusoria que los ayuda sortear estos tiempos, en los que buena parte de la vida transcurre frente a una pantalla.


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A pesar de los problemas que ha tenido en los últimos tiempos, Facebook sigue siendo la red social más importante con 2.895 millones de usuarios. Luego, le sigue YouTube con más de 2.200 millones de usuarios registrados; en tercer puesto está WhatsApp, con 2.000 millones y después Instagram con más de 1.400 millones. Finalmente, siguen la red china WeChat con más de 1.200 millones, TikTok con más de 1.100 millones, Telegram con más de 500 millones, Twitter con 329 millones y Discord con 250 millones.

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