“¡Variedad de oportunidades que no te puedes perder! El remate que realiza el Servicio de Administración Tributaria de Lima (SAT) tiene todas las alternativas para la unidad de tu preferencia”. De esta forma, se promociona el remate de 261 vehículos internados en seis depósitos del organismo de la Municipalidad de Lima (MML) que se realiza hasta hoy. Pese a que muchos de ellos están destartalados y tienen más de 3 décadas de antigüedad, podrán circular de nuevo por las calles de Lima.
De hecho, 75 unidades en subasta fueron fabricadas hace más de 30 años. La más antigua es una camioneta de barandas oxidadas que data de 1979 y tiene una deuda de S/.7.449,5 por tres papeletas muy graves (dos en medida cautelar). Se subasta con un precio base de S/.210.31.
Antiguos vehículos de transporte público fabricados hace casi 40 años se ofrecen al mejor postor. La cúster de placa B2P717 fabricada en 1984, que no cuenta con luces delanteras ni lunas en su puerta, se encuentra en subasta.
De acuerdo con el Reglamento Nacional de Administración de Transporte de la Sutran, la antigüedad máxima de permanencia en servicio de un vehículo de transporte público es de hasta 15 años. Sin embargo, según Martín Ojeda, director del Consejo Nacional de Transportes Terrestres, choferes de vehículo antiguos encerrados en depósitos o personas allegadas pueden adquirir la unidad en una subasta para trabajar de nuevo con ella.
“Personas inescrupulosas y mafias de transporte intentar adquirir estos vehículos viejos en subastas para volver a trabajar en las calles, compitiendo con el transporte legal y sostenible. Esto ocurre, por ejemplo, en la avenida Javier Prado. Lamentablemente, los vehículos destartalados están inundando el tránsito y haciéndolo más caótico”, explica Ojeda.
Ojeda señala que las unidades con más de 30 años de antigüedad y que permanecen en depósitos municipales sin que sus dueños paguen las multas colocadas deben ser enviados al proceso de chatarreo.
“Los carros viejos se desprecian si permanecen inactivos, sin revisión técnica ni mantenimiento. No pueden venderse en mal estado. Permitir que vuelvan a las calles impacta negativamente al ambiente y la seguridad vial”, asegura Ojeda.
En comunicación con El Comercio, el SAT indicó que no existe un marco legal que permita enviar al chatarreo a los vehículos en sus depósitos, por lo que se optó por colocarlos en remate.
“A la fecha no existe marco normativo que facilite el chatarreo de vehículos internados por procedimientos de cobranza coactiva, situación que ha sido advertida por nuestra entidad al MTC a fin que regule el marco normativo correspondiente ampliando los alcances del Decreto Supremo Nº 016-2021-MTC con la inclusión de esta causal”, mencionó
Para Luis Quispe Candia, presidente de la ONG Luz Ámbar, esto demuestra la ausencia de políticas gubernamentales y municipales que incentiven la mejora del parque automotor. En esa línea, Quispe sostiene que el dinero recaudado por la SAT por cobro de multas y del impuesto al patrimonio vehicular debe destinarse a un fondo que permita invertirlo en mejorar la semaforización, promover la educación vial y mantener en buen estado las vías de tránsito.
Un agravante para la calidad del aire
Según el ranking de la empresa suiza IQAir sobre las ciudades más contaminadas, Lima es la capital sudamericana con la segunda peor calidad de aire. Por si fuera poco, San Juan de Lurigancho es el lugar más contaminado de la región.
La MML implementó una red de 16 módulos de monitoreo de calidad del aire en diferentes puntos de Lima. No obstante, permitir la circulación de 75 vehículos de más de 30 años de antigüedad resulta contraproducente para frenar la contaminación en la capital.
Luis Chirinos García, investigador del INTE-PUCP, menciona que el transporte es una de las fuentes de contaminación atmosférica en Lima.
En la capital, el sector del transporte contribuye más que ningún otro a la mala calidad de aire en la ciudad, porque consume una gran cantidad de combustibles fósiles. Esto se debe a la antigüedad del parque automotor limeño, especialmente de las unidades de transporte público.
“Las extensiones que permiten que los vehículos antiguos se mantengan en circulación durante más años agravan el problema”, añade Chirinos.
Por su parte, Luis Quispe Candia indica que el Estado debe impulsar el uso de vehículos eléctricos o híbridos. “EL parque automotor de Lima tiene un promedio de 15 años de antigüedad en promedios. Eso es perjudicial para la población y la calidad del aire por el consumo de combustibles fósiles. Las autoridades deben preocuparse por incentivar que los vehículos eléctricos o híbridos sean de fácil adquisición”, subrayó.