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A un día de que se cumplieran 29 años de su captura, el cabecilla de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, falleció el último sábado al interior de su celda de la Base Naval del Callao, donde cumplía cadena perpetua por delitos de lesa humanidad. Alias ‘Gonzalo’ fue capturado el 12 de septiembre de 1992 en una residencia de la urbanización Los Sauces, en el distrito de Surquillo, por el Grupo Especial de Inteligencia (GEIN) de la Dirección Nacional contra el Terrorismo (DIRCOTE) de la Policía Nacional.
Según la necropsia practicada por el Ministerio Público, el cabecilla terrorista y el peor genocida en la historia de nuestro país murió a causa de una neumonía bilateral provocada por un agente patológico. Tras la muerte de Guzmán, mucho se ha hablado sobre qué pasará ahora con su cuerpo. Desde el Gobierno, ministros como el de Justicia, Aníbal Torres, y el de Defensa, Walter Ayala, han señalado que es la fiscalía el órgano que debe definir la disposición del cuerpo en base a las normas y el riesgo para el orden público ante un eventual entierro que permita una apología al terrorismo.
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Una alternativa sería la cremación, aunque, agregaron, esto requeriría autorización de la familia. Vale precisar que en el artículo 196 del Código Procesal Penal, referente a las necropsias y a la entrega del cadáver a sus familiares, no se hacen especificaciones de ningún tipo para casos de terrorismo o cualquier otra índole.
Lo cierto es que solo una persona acudió el sábado a los exteriores de la morgue para reclamar el cuerpo del genocida. Yris Yolanda Quiñones Colchado, condenada por terrorismo a quien la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) identificó como camarada ‘Bertha’, sindicada como mando militar del Comité Zonal Sur de Sendero Luminoso y responsable del asesinato del coronel PNP Manuel Tumba Ortega en 1992.
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Quiñonez Colchado denunció ante la CIDH que tras su captura se vulneró su derecho a la presunción de inocencia. (Foto: Renzo Salazar / @photo.gec)
Asimismo, el Ministerio Público informó que tras la muerte del cabecilla terrorista, Quiñónez Colchado solicitó formalmente a la Tercera Fiscalía Provincial Penal Corporativa del Callao la entrega de su cuerpo. Detalló que presentó un poder escrito otorgado por Elena Iparraguirre Revoredo, esposa de Abimael Guzmán. Sin embargo, el Juzgado de Investigación Preparatoria Permanente del Callao declaró inadmisible este pedido.
Pero, ¿quién es en verdad Yris Quiñones Colchado y por qué es sindicada como autora del asesinato del oficial del GEIN Manuel Tumba?
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Plan de venganza por la captura de Abimael
De acuerdo a lo señalado por la CVR, luego de que el cabecilla de Sendero Luminoso fuera capturado el 12 de septiembre de 1992, la organización terrorista inició la aplicación de un plan en respuesta a este duro golpe a su dirigencia central.
Fue a este nivel partidario que se tomó la decisión de asesinar al coronel PNP Manuel Tumba Ortega. Así lo confirmó José Amalfi Vizcardo Cerruto, quien integraba la Célula de Dirección del Comité Zonal Sur de Lima Metropolitana de Sendero Luminoso en aquel período.
“La camarada ‘Bertha’ (Iris Quiñónez Colchado) mando militar y el camarada ‘Jacinto’ (no identificado) fueron los encargados de elaborar el plan operativo táctico, la organización del destacamento especial y la ejecución de la acción”, precisa el documento.
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Para la elaboración del plan se convocó días antes al destacamento especial de Sendero de la Zona Sur a una reunión, la misma que se llevó a cabo en la vivienda del camarada “Pavel”, en el distrito de San Juan de Miraflores.
Al respecto, el terrorista Sermin Trujillo Ramos, alias ‘Simón’, afirmó lo siguiente: “‘Bertha’ en una reunión manifestó que era un golpe a la DINCOTE porque el aniquilado había coordinado con la estación de surquillo, para la captura del Presidente Gonzalo.”
Vale decir, además, que el exagente del GEIN Manuel Tumba fue quien tuvo la idea de vestir a Abimael Guzmán con el traje a rayas característico de los presos y presentarlo ante los medios y ciudadanía al interior de una jaula.
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Asesinato de exagente del GEIN
El jueves 5 de noviembre de 1992, los miembros del destacamento especial de la Zonal Sur del Comité Regional Metropolitano de Sendero, llegaron a las 8 a.m. hasta el cruce de las avenidas Angamos y República de Panamá, en el distrito de Surquillo. Gerardo Salinas Galarza, alias ‘Jeremías’, y Juan Gutiérrez Quispe, ‘Enrique’, observaron que el coronel PNP Manuel Tumba Ortega salía de su domicilio y esperaron a que se dirigiera al puesto de venta de periódicos, donde se detuvo a observar los titulares de los diarios.
Tumba Ortega recibió varios disparos de arma de fuego. Herido y con el cuerpo sobre la vía pública, uno de los atacantes le disparó en la cabeza. El oficial seguía una rutina diaria para dirigirse a su centro de trabajo, lo cuál fue aprovechado por el grupo terrorista.
Después del atentado, los terroristas huyeron en un vehículo que los esperaba a unos cien metros del lugar. Otros miembros de Sendero Luminoso que se encontraban en las inmediaciones cubrieron la huida.
La médico legista Elizabeth Carrera Pacao, quien realizó el levantamiento del cadáver, certificó que este presentaba 18 heridas ocasionadas por los proyectiles de arma de fuego.
Por su parte, la DINCOTE estableció que Manuel Tumba Ortega habría repelido el ataque antes de morir, logrando herir a uno de sus atacantes. “(...) Es evidente que los hechos obedecen a una acción terrorista en la forma de aniquilamiento selectivo”, concluyó la policía.
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Captura de Yris Quiñones Colchado
El 21 de agosto de 1993, agentes de la Policía capturaron a varios presuntos terroristas, entre ellos, Iris Quiñones Colchado, alias ‘Bertha’. Bertha. Iris Quiñónez Colchado c. “Bertha”, en su manifestación policial negó pertenecer a Sendero Luminoso y no admitió haber participado en el asesinato del coronel PNP Manuel Tumba Ortega.
Ella fue sentenciada a cadena perpetua en las tres instancias de tribunales militares por el crimen del coronel PNP Manuel Tumba Ortega y su participación en una serie de atentados. Sin embargo, tras una sentencia del Tribunal Constitucional, a Sala Nacional de Terrorismo declaró nulas las actuaciones y resoluciones de la Justicia Militar y ordenó que se realice un nuevos procesos.
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Iris Quiñonez acudió el último sábado a los exteriores de la morgue del Callao para reclamar el cuerpo del genocida terrorista Abimael Guzmán. (Foto: Eduardo Cavero / GEC)
El 22 de mayo del 2006, la Sala Penal Nacional condenó a Quiñónez Colchado a 28 años de prisión por el delito de terrorismo. Sin embargo, el 15 de agosto del 2007, la Primera Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema de Justicia declaró nula dicha sentencia y, al verificarse el plazo de 36 meses previstos por la ley para la detención preventiva, se determinó que la medida restrictiva ya había vencido, por lo que fue liberada.
Reclamo ante la CIDH
Un documento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), con fecha 28 de febrero de 2021, señala que Iris Quiñones Colchado denunció que integrantes de la DINCOTE la detuvieron por considerar “que estaba asociada con el Comité Regional Metropolitano Zona Sur del Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso, sin que existiera una situación de flagrancia y sin mediar orden judicial”.
El documento, el cual fue admitido por la CIDH, añade que Quiñones Colchado “alega que fue objeto de torturas y tratos crueles e inhumanos durante su detención y reclusión; y que no fue juzgada por un juez natural, independiente e imparcial”.
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En otro momento, la CIDH indica que también aduce que se vulneró su derecho a la presunción de inocencia porque desde su detención se le consideró como una terrorista; llegando incluso a presentarla ante la prensa con un arsenal de armas y material subversivo. “Y añade que los objetos supuestamente inculpatorios como el material subversivo, que presuntamente encontró la DINCOTE en su domicilio, pertenecían realmente a la dueña de la inmueble donde ella alquilaba un espacio”.
Este reclamo presentado por la condenada por terrorismo, quien dijo no guardar ninguna relación con Sendero Luminoso, carece de coherencia con el pedido que realizó recientemente a la Tercera Fiscalía Provincial Penal Corporativa del Callao para que se le entregue el cuerpo de Abimael Guzmán. Ella presentó un poder escrito otorgado por Elena Iparraguirre Revoredo, esposa del cabecilla terrorista.
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