El 19 de febrero pasado, El Comercio publicó un reportaje que puso en juicio la ubicación de la nueva estación de servicios de emergencia que se construyó en el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez en el marco del proyecto de ampliación del aeródromo. Para este informe, este Diario logró conversar con fuentes internas de Lima Airport Partners (LAP), que revelaron información que evidenciaba que la locación de la base pone en riesgo al personal del Cuerpo de Bomberos Aeronáuticos de LAP, además de no cumplir con los tiempos de respuesta normados. Ante esto, voceros de LAP enviaron una carta de rectificación a El Comercio.
En la carta enviada por LAP, se estipula que la presencia de virajes, uno de los argumentos descritos en el reportaje, no incumple con la Regulación Aeronáutica del Perú (RAP) ni con la normativa de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). Efectivamente, ambas normas indican que las estaciones de bomberos deben tener acceso directo y con un mínimo de curvas hacia la pista, mas no las prohíben, como fue citado textualmente en el reportaje publicado.
Adicionalmente, LAP menciona que, desde la nueva base hacia las pistas, solo se realiza un viraje. Sin embargo, fuentes internas indicaron que las unidades de emergencia deben realizar un viraje de casi 90 grados apenas salen de la estación. En caso la emergencia se dé en los extremos norte de las pistas, las unidades deben virar nuevamente.
La empresa añade en su comunicación que, tanto en el aeropuerto Adolfo Suárez (Madrid) y en El Dorado (Bogotá) existen estaciones de bomberos aeronáuticos ubicadas de manera similar a la nueva base del Jorge Chávez. En el reportaje se indica que, adicional a los virajes, los bomberos no tienen visibilidad adecuada hacia las cabeceras del norte. LAP refirió que “la condición de visibilidad se cumple totalmente y no representa riesgo para la labor de nuestros bomberos aeronáuticos” debido a que se complementará la visibilidad con cámaras de video.
En el reportaje se citó un informe interno de LAP, del 26 de setiembre del 2022, en el que se establece que los tiempos de respuesta normados (tres minutos como máximo) no se cumplen. LAP indicó que este informe revela el tiempo de respuesta interno de la base, con los tiempos tomados desde los extremos interiores de la base hasta el frontis. A estos tiempos se les sumaron aquellos registrados en la prueba realizada del 17 de agosto de 2022.
LAP aclara que esta ha sido la única prueba de tiempo de respuesta que se ha realizado. La segunda iba a realizarse el 18 de noviembre del 2022, fecha en que fallecieron dos bomberos tras impactar con un avión que despegaba. Tras esto, la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) los ejercicios. Fuentes internas mostraron su preocupación a El Comercio por la falta de práctica que tendrán los brigadistas a la hora de responder emergencias desde la nueva base, ya que la configuración de la base actual tiene un acceso directo a la pista, sin virajes tan pronunciados.
Adicionalmente, en la carta enviada por LAP se resalta que el informe, del 26 de setiembre, no ha sido presentado en su real dimensión. Este Diario utilizó la información presente en las conclusiones del informe y en sus resultados. Este reporte también revela que el personal tiene “poco espacio para colocarse los EPP´s [equipos de protección personal]” y que hay presencia de “parantes negros [que] generan un obstáculo [para el personal] al dirigirse a sus unidades [de emergencia]”.
El documento evidencia de manera fotográfica que las dimensiones de la base no son adecuadas para las medidas de las unidades ARFF [de salvamento y extinción de incendios para aeronaves]. Como parte de las conclusiones del informe, “se obtiene que no se cumple con el tiempo máximo requerido por normativa, resultando ser este un nivel de riesgo alto”. LAP informó que “estos ejercicios permitieron identificar mejoras dentro del edificio, las cuales vienen siendo subsanadas”.
Finalmente, LAP confirmó que se “operará con una estación de rescate principal (nueva) y una satélite (que será la estación actual) para así continuar brindando una atención adecuada y óptima ante cualquier emergencia”. Las fuentes consultadas indicaron que los riesgos que presenta la nueva base, como no llegar a los tiempos de respuesta adecuados o no tener visibilidad adecuada al momento de dirigirse a una emergencia, no serían solucionados por mantener la base actual funcionando como estación satélite.