En varios hospitales públicos, las mujeres deben dar a luz solas y sus parejas o familiares esperar fuera de los establecimientos hasta que salga alguien anunciando el nacimiento (Foto: Alessandro Currarino).
En varios hospitales públicos, las mujeres deben dar a luz solas y sus parejas o familiares esperar fuera de los establecimientos hasta que salga alguien anunciando el nacimiento (Foto: Alessandro Currarino).
/ ALESSANDRO CURRARINO

Fuera del Instituto Nacional Materno Perinatal (también conocido como la Maternidad de Lima) hay una larga hilera de hombres, la mayoría con pañaleras, carteras y accesorios de mujer. Muchos se han sentado sobre la vereda. Otros se han recostado sobre las fachadas de las casas y negocios que sobreviven como satélites del hospital. No hay sonrisas: todos tienen la angustia o el cansancio en el rostro.

Desde que se decretó el estado de emergencia por la pandemia del , la Maternidad de Lima, así como otros hospitales públicos, prohibieron la presencia de familiares durante los partos. Así que todos los hombres que llegaron hoy a la Maternidad de Lima para ver nacer a sus bebés se quedaron en la calle. Algunos tiene más de dos o tres horas sin noticias de sus parejas ni de sus hijos.

“Las contracciones nos sorprendieron temprano y, como mi pareja comenzó a dilatar, corrí a buscar un taxi”, dice Bradock, de 23 años, quien vive en Santiago de Surco. "Fuimos al centro de salud Virgen del Carmen, en Chorrillos. Ahí nos habían dicho que iba a poder entrar con ella al parto. Pero, cuando llegamos, no había atención. Estaban fumigando el local o algo así”, cuenta.

En varios hospitales públicos, las mujeres deben dar a luz solas y sus parejas o familiares esperar fuera de los establecimientos hasta que salga alguien anunciando el nacimiento (Foto: Alessandro Currarino).
En varios hospitales públicos, las mujeres deben dar a luz solas y sus parejas o familiares esperar fuera de los establecimientos hasta que salga alguien anunciando el nacimiento (Foto: Alessandro Currarino).
/ Alessandro Currarino

La primera alternativa que se le vino a la mente fue la Maternidad de Lima. Así que chaparon otro taxi y enrumbaron. Llegaron a las 9 a.m. y cuando se aproximaron a la puerta le bloquearon el ingreso a él y le señalaron un letrero que decía: “debido al estado de emergencia se suspende el parto con acompañante”. Su pareja entró y él se quedó en la puerta.

Ya es mediodía y sigue ahí, sin despegar la mirada de la entrada, esperando que alguien le diga que ya es padre, que ya puede conocer a su primera bebé: Esmeralda. "Mi pareja eligió el nombre. No sé si ya entró a sala”, murmura.

Más allá, un adolescente de 15 años un poco asustado, revisa cada cierto tiempo su celular. “Mi mamá está adentro. Sus controles los hacía en una clínica porque tenía miedo de ir a un hospital y contagiarse. Pero ya cumplió los 9 meses y hoy tenía programada su cesárea. Llegamos a las 7.30 a.m. y aún no sé cómo está. Creo que ya nació mi hermanita porque hace un rato dejaron pasar a la pareja de mi mamá”, cuenta. El muchacho carga con el bolso de su madre. Él ni siquiera podrá verla mientras se recupera ya que, como medida de seguridad, la Maternidad ha prohibido también el ingreso de los menores de edad como visita.

A su lado, sentado está el hombre más triste de la cuadra. Lleva casi el mismo tiempo esperando noticias de su esposa. “Tiene dos meses y medio de gestación. Nos derivaron a este hospital porque tuvo una amenaza de aborto”, dice.

En varios hospitales públicos, las mujeres deben dar a luz solas y sus parejas o familiares esperar fuera de los establecimientos hasta que salga alguien anunciando el nacimiento (Foto: Alessandro Currarino).
En varios hospitales públicos, las mujeres deben dar a luz solas y sus parejas o familiares esperar fuera de los establecimientos hasta que salga alguien anunciando el nacimiento (Foto: Alessandro Currarino).
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En el Hospital Alberto Sabogal, del Callao, también se ha establecido protocolos sanitarios similares. Allí solo las gestantes adolescentes pueden entrar con sus madres. Las demás ingresan solas.

“La afluencia de pacientes ido en aumento porque es un hospital donde recibimos la mayoría de las referencias de la red. Así que se han tomado todas las medidas de protección tanto para el personal como para las pacientes. Acá atendemos un promedio de dos a tres partos vaginales diarios y aproximadamente tres o cuatro cesáreas. También recibimos, por emergencia, a las gestantes con alguna comorbilidad como preeclampsia, obesidad, diabetes mellitus”, explica una ginecóloga de ese centro de salud.

Según Mirian Rojas, decana del Colegio Regional de Obstetras de Lima y Callao, cada día nacen 1.300 bebés en el Perú. Y han aumentado de manera significativa los partos domiciliarios. “Nos preocupa”, dice. “Durante el parto puede darse desgarros o que las placentas no salgan completas y esto pueden causar una infección si no se atiende a tiempo”, explica.

Algunas parturientas tienen miedo a contagiarse en los hospitales. Pero el problema radica, principalmente, en que durante los toques de queda faltan vehículos para llegar a tiempo a las salas de emergencia.

En varios hospitales públicos, las mujeres deben dar a luz solas y sus parejas o familiares esperar fuera de los establecimientos hasta que salga alguien anunciando el nacimiento (Foto: Alessandro Currarino).
En varios hospitales públicos, las mujeres deben dar a luz solas y sus parejas o familiares esperar fuera de los establecimientos hasta que salga alguien anunciando el nacimiento (Foto: Alessandro Currarino).
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En muchos casos, los nacimientos han sido atendidos por los bomberos. Entre el mediodía del 2 de abril y las 6:30 a.m. del 3, por ejemplo, los voluntarios atendieron a trece parturientas en Lima Metropolitana. “En la mayoría de casos las gestantes estuvieron pidiendo ambulancias al Ministerio de Salud. Como no había, nos llamaron a nosotros”, asegura el comandante de los bomberos Mario Casaretto.

El teniente Carlos La Rosa, de la compañía de bomberos de Jesús María, atendió su primer parto en cuarentena el 1 de abril. “Nos llamó una mujer de unos 30 y tantos años. Fuimos con una bombero que también es obstetra y cuando llegamos la gestante ya estaba en 10 de dilatación. La subimos a la ambulancia. Yo manejaba. La idea era llevarla a la Maternidad. Como había pocos carros comenzamos a avanzar rápido, pero el bebé nació en el camino. Fue un varoncito”,dice.

Sin control prenatal

Los chequeos prenatales y posnatales en los hospitales del Estados también se han limitado. “Las consultas externas se han cerrado y como colegio hemos observado esta problemática”, dice Mirian Rojas. De acuerdo con la obstetra, varias de sus colegas mantienen comunicación vía Messenger o Whatsapp con algunas pacientes próximas a dar a luz. “Quisiéramos que hubiera un protocolo para visitarlas en casa, siempre bajo las medidas de seguridad, y reducir la mortalidad materna y neonatal. Eso daría tranquilidad a la gestante”, comenta.

El Ministerio de Salud rechazó cualquier entrevista al respecto.

En varios hospitales públicos, las mujeres deben dar a luz solas y sus parejas o familiares esperar fuera de los establecimientos hasta que salga alguien anunciando el nacimiento (Foto: Alessandro Currarino).
En varios hospitales públicos, las mujeres deben dar a luz solas y sus parejas o familiares esperar fuera de los establecimientos hasta que salga alguien anunciando el nacimiento (Foto: Alessandro Currarino).
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En las clínicas privadas no se ha restringido el acompañamiento durante el parto. Aunque sí se están limitando las atenciones previas al parto y las consultas pediátricas, y se han suspendido las vacunaciones, que recién se podrán solicitar terminada la cuarentena. Algunas aseguradoras han puesto a disposición de sus clientes líneas telefónicas para no saturar los pasillos de sus clínicas afiliadas.

“Desde que inició la cuarentena, el 16 de marzo, hasta el viernes 3 de abril, hemos atendido un total de 313 partos a nivel nacional. La atención en las clínicas está garantizada para emergencias y hospitalizaciones por lo que las pacientes pueden acudir cuando inicia su trabajo de parto o si tuvieran alguna necesidad de atención urgente”, dice Martín Alor, miembro del equipo médico de Rímac Seguros.

En varios hospitales públicos, las mujeres deben dar a luz solas y sus parejas o familiares esperar fuera de los establecimientos hasta que salga alguien anunciando el nacimiento (Foto: Alessandro Currarino).
En varios hospitales públicos, las mujeres deben dar a luz solas y sus parejas o familiares esperar fuera de los establecimientos hasta que salga alguien anunciando el nacimiento (Foto: Alessandro Currarino).
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Sin registro oficial

El personal del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec) no trabaja debido al aislamiento social obligatorio, así que tampoco se entregan actas de nacimiento. Ningún recién nacido contará con DNI hasta que pase la emergencia. “Después de eso revisaremos si hay algún niño con nombre alusivo a la coyuntura. Un bebé Coronavirus, alguna niña Cuarentena”, dice un funcionario de Reniec.

Por el momento, el único documento con el que contarán los padres para la identificación de sus pequeños es el certificado de nacido vivo, que es emitido por el personal médico. Con ese certificado se puede inscribir al niño (hasta 60 días después) en cualquier oficina de Reniec. Con ese certificado, también, la criatura puede recibir todas atenciones médicas que requiera.

“La Defensoría del Pueblo ha puesto a disposición de los padres una línea gratuita para que denuncien si sus hijos no son atendidos a pesar de mostrar ese certificado”, dice Rina Rodríguez, Jefa del Programa de Identidad y Ciudadanía de la Defensoría. El teléfono es el 0800-15170.

Si la madre dio a luz en su domicilio o camino al centro de salud, debe acudir lo antes posible para que le pueda otorgar el certificado médico de alumbramiento.

Las consultas pre y posnatales se han visto limitadas debido a la emergencia por la pandemia de COVID-19. Solo se atienden los casos de emergencia. “Mi bebito nació con epilepsia y me han dicho que venga cada quince días por sus jarabes”, cuenta la mujer de la foto (Foto: Alessandro Currarino).
Las consultas pre y posnatales se han visto limitadas debido a la emergencia por la pandemia de COVID-19. Solo se atienden los casos de emergencia. “Mi bebito nació con epilepsia y me han dicho que venga cada quince días por sus jarabes”, cuenta la mujer de la foto (Foto: Alessandro Currarino).
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