En el Perú existen más de 4.600 grifos que operan de manera legal. Esto es, que cuentan con el registro de hidrocarburos y los permisos municipales. Solo en Lima funcionan 1.055. “Pero hay plantas escondidas, a puertas cerradas, que operan bajo la fachada de venta de balones de gas de uso doméstico y los vehículos van ingresando uno por uno para abastecerse porque el gas de uso doméstico es más barato que el vehicular”, dice Renato Lazo, gerente general de la Asociación de Grifos y Estaciones de Servicio del Perú (AGESP).
Lazo asegura que también hay locales “formales” que realizan malas prácticas, como abastecer a los vehículos de GLP sin respetar los protocolos de seguridad. “El GLP ocupa más espacio que el GNV, por lo que solo se pueden llenar los tanque hasta el 80% de su capacidad. Hay gente que lo rellena al 90 o 100% y eso puede generar fugas y accidentes”, añade.
Entre el 2019 y lo que va del 2020, Osinergmin ha cerrado 117 estaciones por incumplir con lo exigido por el ente regulador. De ese total, 67 fueron clausurados de manera parcial (es decir que se inhabilitó la zona observada) y 50 totalmente (lo que implica que se les suspendió del Registro de Hidrocarburos).
El incumplimiento más recurrente, dice Oniergmin, fue no contar con equipos e instalaciones eléctricas antiexplosivas. La segunda falta más común fue la carencia de extintores de polvo químico seco. La norma exige que los locales tengan, como mínimo, dos extintores de ese tipo. “El 80% de establecimientos subsanaron sus deficiencias”, dice Osinergmin.
Más fiscalización
A raíz de la tragedia en Villa El Salvador, que ya ha cobrado 30 vidas, el Ministerio de Energía y Minas aseguró que se iba a reevaluar al 100% de las estaciones formales. Este mes, el personal de Fiscalización de varias comunas, en coordinación con Osinergmin, incrementó sus intervenciones a los locales del rubro.
La del Rímac , por ejemplo, clausuró este mes dos grifos de manera total y otros dos de manera parcial . Uno de ellos es el Pecsa de la cuadra 10 de la Av. Pizarro, que demostró ser inseguro. Cinco de sus seis surtidores de gas y gasolina incumplían las normas técnicas reglamentarias.
Magdalena del Mar cerró la estación Mahanaim, en Javier Prado con Juan de Aliaga. La estación, que expendía gasolina, GLP y GNV, tampoco cumplía las normas de seguridad.
Grifo fantasma
En Magdalena del Mar, en la cuarta cuadra de la Avenida Javier Prado Oeste, quedan las ruinas de un local clausurado hace cinco años. Se trata del grifo instalado en plena berma central, que explotó cuando rellenaba su tanque de combustible.
Los escombros del establecimiento están cercados con unas planchas de madera. Adentro ha quedado una maceta y unos baldes con agua verde. Los tanques de combustibles siguen enterrados bajo la berma. Y, desde fuera, se pueden ver los precios de la gasolina de entonces.
La municipalidad ha querido desaparecer definitivamente las estructuras, pero asegura que no tiene poder para obligar a los dueños a retirarlas. Mientras tanto, algunos motociclistas aprovechan el abandono para subirse a la berma y adelantar a los carros del carril izquierdo.
Según el alcalde del distrito, Carlomagno Chacón, este viene gestionando desde enero de 2019 ante los Ministerios del Ambiente y de Energía y Minas para que ambos sectores tomen cartas en el asunto “sin mayor respuesta positiva hasta el momento”. Insiste en que también ha convocado a los representantes de Osinergmin y OEFA.
“Un establecimiento de ese tipo en la berma central de una avenida ya no es viable”, dice.
Lea también...