El nombre Tamboraque sonó con fuerza en los noticieros limeños en el 2017. Los deslizamientos por lluvias intensas que provocaba el Fenómeno El Niño entre febrero y marzo de ese año y la cadena de sismos que se registraron en Huarochirí en setiembre pusieron el foco en los relaves mineros asentados al lado del río Rímac. El entonces alcalde de dicha provincia advertía riesgo de contaminación si el arsénico, antimonio, plomo, zinc y otros residuos tóxicos caían al agua que alimenta a la región.
Pero la historia de los relaves de Tamboraque empezó mucho antes y hoy, cuatro años después, sigue sin resolverse.
Osinergmin confirmó a El Comercio que la empresa Great Panther Coricancha S.A. – que compró la mina en el 2015– mantiene pendiente el traslado de aproximadamente 140.000 m3 (casi 140.000 toneladas) de relaves remanentes que se ubican al pie de la ladera del cerro Tamboraque, adyacente al río Rímac. Esta cantidad representa el 37% del total de desechos mineros. El 63% –la empresa asegura que es el 65%– ya ha sido trasladado al depósito de Chinchán.
La continuidad del traslado, sin embargo, está suspendida en medio de una disputa legal.
Una larga historia
Tamboraque se ubica en el distrito de San Mateo, en la provincia limeña de Huarochirí, a la altura del kilómetro 90 de la Carretera Central. Los depósitos de relave (canchas 1 y 2) corresponden a la mina Coricancha, que operaba la compañía San Juan desde los años 50. A inicios del 2008, los cerros empezaron a mostrar evidencias de inestabilidad por la activación de un deslizamiento de tierras. En julio de ese año, la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) declaró el estado de emergencia del cerro por el plazo de sesenta días calendario [tuvo varias prórrogas] debido al riesgo posibles daños en la Carretera Central, las vías férreas y el río Rímac si un deslizamiento arrastraba los residuos mineros. Ese mismo año la mina y los pasivos pasan a manos de NYRSTAR y luego a Great Panther Coricancha S.A.
Aunque instituciones como Osinergmin y el Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (Cenepred) han indicado que la ladera se encuentra estable, insisten en la necesidad que continuar con el traslado de los relaves. NYRSTAR se había comprometido a moverlos, pero no se ha terminado de ejecutar.
En julio del 2018, el Tercer Juzgado Constitucional Transitorio de Lima aceptó una medida cautelar interpuesta por la empresa y paralizó la movilización de los residuos mineros. De acuerdo con el organismo supervisor, esto le impidió exigir el traslado y emitir sanciones por incumplimiento. Dos años antes, la empresa había solicitado al Ministerio de Energía y Minas (Minem) la modificación del plan de cierre de minas.
Osinergmin informó a este Diario que apelaron la decisión judicial y el 19 de enero de 2021, resolución de segunda instancia notificada recién en junio, se dispuso levantar la medida cautelar. Queda pendiente resolver una acción de amparo de la empresa minera contra el Mimen, OEFA y Osinergmin, que fue declarada fundada en febrero del 2019. El organismo supervisor volvió a apelar y luego de que Great Panther Coricancha S.A. interpusiera un Recurso de Agravio Constitucional el expediente será elevado al Tribunal Constitucional.
Pese a todo ello, el organismo supervisor señala que ha sancionado a la minera con 2 multas de 206 UIT cada una en el año 2016, y cinco multas coercitivas por un monto total de 500 UIT, entre 2016 y 2017. “La totalidad de sanciones aplicadas a la empresa ascienden a 912 UIT [equivalente a unos 4 millones de soles]”, indican.
Consultada sobre las razones por las que no se ha continuado con el traslado, Great Panther Coricancha S.A. dijo a El Comercio que “como resultado del constante monitoreo geotécnico de dichos depósitos y de acuerdo con las recomendaciones de una consultora internacional independiente” han solicitado al Minem la modificación del plan de cierre de los depósitos “para preservar la estabilidad de las áreas cercanas al cerro Tamboraque”. No detallaron en qué consiste la modificación que piden. Mientras el ministerio no resuelva, mantendrán los relaves [115,000 m3, indican] en la zona.
De todas formas, aseguran que la ladera se encuentra estable y que para evitar los residuos se filtren o caigan al río Rímac realizan monitoreos e inspecciones diarias para detectar posibles signos de grietas o fisuras. “Se controlan y mantienen activos los sistemas de drenaje y subdrenaje del depósito. Adicionalmente se llevan a cabo evaluaciones geotécnicas cada tres y seis meses y cada dos años se actualiza el estudio geotécnico de estabilidad física por parte de firmas especializadas en geotecnia”, agregan.
No es el único riesgo
Para Edwin Alejandro Berrospi, coordinador del área socio ambiental del colectivo Red Muqui, el problema con la disposición final de pasivos ambientales en la cuenca del río Rímac en Lima no se limita a Tamboraque. En diálogo con este Diario explicó que han identificado al menos 220 pasivos en la provincia de Huarochirí.
“Tamboraque es el más emblemático, pero es una de los tanto desechos mineros al borde del rio. El peligro es inminente si hay un terremoto porque el terreno es altamente arcilloso y ante un evento puede deslizarse. Solo en San Mateo hay como 183 pasivos ambientales. De ellos, 140 son de muy alto riesgo. Esto implica que si hay un terremoto van a juntarse y contaminar el río Rímac”, dice.
Con él coincide Genaro Aguilar, integrante de la Plataforma de Defensa de Medio Ambiente de San Mateo, quien añade que a diferencia de Tamboraque, que al menos está cubierto y monitoreado constantemente por el riesgo que representaría, los otros desechos industriales de actividad minera están expuestos. “Hay varios relaves al aire libre. Solo en San Mateo somos miles de personas en riesgo de contaminación, sin contar con que el agua es consumida por animales y en la agricultura”, sostiene.
De acuerdo con Osinergmin, la misma concesión de Tamboraque, en la parte baja del cerro y de la planta, tiene un antiguo depósito de relaves denominado Triana. Dicho depósito tiene aprobación de cierre in situ de parte del Ministerio de Energía y Minas. En la cuenca alta hay otros cinco depósitos, tres operativos, que cuentan con estudios de estabilidad física cada dos años.
Empresa | Depósito |
---|---|
Concentradora Tamboraque | Triana (aprobación de cierre) |
Empresa Minera Los Quenuales S.A | Unidad Yauliyacu (operativo) |
Compañía Minera Casapalca S.A. | Unidad Americana y CB Berna 2 (operativo) |
Great Panther Coricancha S.A. | Chinchan (operativo |
Volcan Compañía Minera S.A.A. | Unidad Ticlio (en proceso el cierre final) |
Empresa Minera Los Quenuales S.A | Unidad Rosaura (en proceso el cierre final) |
El riesgo principal, insiste Alejandro Berrospi, es que no existe una adecuada planificación sobre el tratamiento de los relaves mineros. Una eventual contaminación del río Rímac no solo impactaría en la población que vive en la provincia de Huarochirí, sino en gran parte del departamento de Lima. Este río es la principal fuente de abastecimiento de agua potable. En el año 2019, Sedapal advirtió que la tercera fuente de contaminación del río Rímac estaba vinculada con relaves mineros antiguos.
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