“Aquí en Lince, durante las noches, es tierra de nadie. Me quedo hasta las 7 de la mañana cuando hago guardia. En la madrugada bajan los proxenetas en sus motos y carros a ver a las chicas. También a nosotros, pero no nos hacen nada porque estamos con efectivos policiales siempre. Ellos te analizan. Quieren ver qué haces, qué dices, qué estás observando”, contó un sereno de la comuna a El Comercio.
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Los crímenes perpetrados por una lucha territorial entre una banda peruana y otra venezolana han generado que la inseguridad ciudadana se agrave en el distrito, no solo afectando y poniendo en riesgo a sus vecinos, sino también a quienes laboran para mantener el orden.
La zona más crítica del distrito ha sido identificada entre el jirón Risso y Bernardo Alcedo; colindantes con la Av. Arequipa, Av. Petit Thouars y la Av. Ignacio Merino. Ahí predomina la explotación sexual, cobro de cupos, extorsiones, casos de sicariato, entre otros delitos rentables para los delincuentes.
En Lince el descontrol inicia desde las 6:30 p.m. de la tarde, justo cuando el tráfico consume la avenida Arequipa. En los exteriores de los hostales, trabajadoras sexuales hacen guardia e invitan a los transeúntes masculinos a que las acompañen al interior de ellos.
Frente a los más concurridos, patrullas policiales con solo un efectivo aguardan viendo sus celulares. Algunos muestran total indiferencia ante los transeúntes y las ofertantes de servicios sexuales. Otros, realizan caminatas dando vueltas a la manzana entre el jirón Risso y Bernardo Alcedo.
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Según información policial, en el distrito hay un aproximado de 67 hostales y hoteles. Este último miércoles 4 de octubre, la Fiscalía de la Nación selecciono 10 para realizar un operativo a fin de prevenir el delito de trata de personas. El Comercio pudo verificar al final de la jornada que todos fueron reportados sin incidencias. Un total de 84 fiscales y efectivos policiales participaron.
Ese día se pintó un escenario diferente en la zona roja. Las mujeres se retiraron temprano y algunos hostales decidieron cerrar. No obstante, este Diario realizó trabajo de campo días antes e identificó cómo operan las bandas criminales en el sector que ahora es señalado como de alto riesgo.
Así funciona la explotación sexual en Risso
Para que las mujeres que son víctimas de las organizaciones criminales lleguen hasta la zona de explotación, deben ser trasladadas por choferes armados que responden a las bandas como personas de confianza.
La PNP ha señalado que las víctimas usualmente viajan a bordo de vehículos. Trabajo de campo de El Comercio pudo verificar que son autos de alta gama en ocasiones. Eso fue corroborado por fuentes policiales.
Una vez en Lince, las mujeres se separan en grupos. Van juntas de a tres o cuatro. Caminan por la Av. Arequipa, Av. Petit Thouars y calles aledañas.
Un hombre es quien las controla, observándolas desde lejos y enviando órdenes a través de mensajes para que se muevan más, envíen pagos o fotos de lo que están haciendo. Ese sujeto también se encarga de observar el movimiento en las calles.
El proxeneta de las bandas labora con brazos armados o gatilleros, sujetos que rondan con armas de fuego o explosivos para defender la hegemonía del territorio.
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Las bandas aprovechan la existencia de hostales, bares, karaokes, cantinas clandestinas y gran afluencia de personas para la crear una zona de explotación sexual.
Cuando las mujeres terminan su turno en la zona de explotación, son recogidas y llevadas en grupos hasta las casas donde las mantienen en cautiverio.
En estas viviendas pueden haber de una a dos personas realizando guardia para que no escapen. Además, las mujeres y menores pueden ser repartidas en pares, por inmueble, o en grupos.
Dentro de las casas son abusadas sexualmente, físicamente, psicológicamente, hasta sometidas a métodos de tortura si es que no pagan lo solicitado a diario. Cada mujer es obligada a entregar de S/50 a S/250 a los explotadores, según la policía.
Andrea Querol, presidenta de CHS Alternativo, declaró que la lucha por el control territorial de estas mafias sitúa a las mujeres y menores víctimas de las redes de trata con fines de explotación sexual en un escenario donde sus vidas corren mucho más riesgo.
Además, cuentan con “multas” desde S/12.000 a S/25.000 [en el caso de ser menores de edad] por el costo de su traslado desde Venezuela o Colombia hasta Perú. Ellas, inicialmente, son captadas bajo falsas ofertas de trabajo. Una vez en posesión de los tratantes, son notificadas que tienen una gran deuda y deben comenzar a pagarla si es que quieren ser libres.
Rocío Gala, Fiscal Superior y Coordinadora Nacional de las Fiscalías Especializadas en Delitos de Trata de Personas, informó a este Diario que los tratantes en ocasiones ofrecen a algunas víctimas rebajar la deuda a cambio que ellas capten a otras tres chicas.
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“La víctima se vuelve a su vez victimaria o captadora y continúa todo el ciclo de la red. Les dicen ‘ven aquí te van a dar ropa, te dan comida, no pasa nada’, pero realmente también las engañan porque ellas están amenazadas porque quieren irse entonces hacen hasta lo imposible por conseguir a las tres personas más”, comentó la Fiscal Superior.
Según fuentes de El Comercio, algunos grupos criminales pueden tener hasta más de 15 mujeres en su poder. Por jornada, podrían recibir por los cupos hasta S/ 1.000 y acumular S/7.000 semanales o un ingreso de más de S/20.000 mensuales. No obstante, todo depende de la cantidad de víctimas que mantengan en sus redes.
Si las víctimas son rescatadas, los delincuentes pierden el dinero del traslado o multa y las ganancias diarias generadas por los cupos. Para el general PNP Carlos Malaver, jefe de la Dirección de Investigación de delitos de Trata de Personas y Tráfico Ilícito de Migrantes de la Policía Nacional del Perú, la trata de personas es un delito base de estas organizaciones criminales, puesto que les genera ingresos fijos de dinero e inmediatos.
“De ahí ellos desprenden otras actividades conexas como la extorsión, el tráfico ilícito de drogas, el sicariato, el secuestro y los homicidios”, declaró el general PNP a El Comercio.
Bandas se disputan el control territorial
“Yo estaba cerca la noche que tiraron la granada. Casi paso por el hotel, me tocaba hacer ronda por ahí. Algo dentro mío me dijo que no camine por ese lugar. Al ratito pasó una moto a velocidad, luego escuché la explosión. Menos mal a nadie le cayó una esquirla en el cuello, eso hubiera matado a la persona. Las chicas que trabajan por aquí -víctimas de las bandas- corrieron a juntarse”, agregó el sereno narrando lo sucedido el pasado 1 de octubre, cuando un grupo de delincuentes detonó un explosivo de guerra a la altura de la cuadra 20 de la Av. Av. Petit Thouars, en Lince.
Investigaciones de la División de Investigación de Homicidios de la Dirincri han detallado que existen dos bandos que se están enfrentando por ejercer el control territorial de cobro de cupos: uno integrado por delincuentes peruanos y el otro por venezolanos.
El primero ha sido identificado como ‘Somos Perú', luego renombrado como ‘Los Escorpiones-Vikingos’. Hasta el momento la policía ha detectado a cinco de sus integrantes, todos con antecedentes penales. Ellos son: Carlos Alberto Guevara Espinoza, brazo logístico y armado, actualmente detenido; Edy Valencia Maldonado, no habido; Gerson David Cornejo Bolovich Ludwing, gatillero. Cumpliendo la misma función está Danny Alexander Zapata Sosa y Carlos Guillermo Candela Cáceda.
Carlos Alberto Guevara Espinoza, alias ‘Bombita’, fue detenido el pasado miércoles 4 de octubre por agentes policiales en el distrito de La Victoria. En su auto se halló una granada de guerra, ocho bolsitas de marihuana, dos de clorhidrato de cocaína, entre otras drogas. También municiones y cartuchos para escopeta.
Las pesquisas policiales están por determinar qué bando detonó la granada de guerra. Preliminarmente han indicado que se tratarían de ‘Los Mellizos’, identificados como Adorfredo Alberto García Sánchez, alias ‘Chacal’ y Robert Luis Eduardo Urbina Vielma, alias ‘Sicario Robert’. Ambos fueron detenidos a finales de mayo de este año por la policía tras ser vinculados con el doble homicidio de Pasamayito, donde una mujer y una menor de edad -ambas víctimas de una red de trata- fueron baleadas. Posteriormente sus cuerpos fueron lanzados al abismo.
Antes de ser señalados como ‘Los Mellizos’, García Sánchez y Urbina Vielma fueron sindicados como integrantes de la sanguinaria banda ‘Cota 905′. No obstante, en la última presentación de la policía sobre las investigaciones del caso de Lince, han precisado que son integrantes de la facción del ‘Tren de Aragua’, ‘Los Hijos de Dios’. Una especializada en trata de personas.
Si bien no está claro a qué banda criminal pertenecen, sí está definido que perpetran crímenes en Lince, según la policía. Estos dos sujetos responderían a una línea criminal liderada por alias ‘Chivo’, Fredy Daniel Toro Acosta. Hampón integrante de ‘Los Gallegos’, ‘Pura Hampa Seria’ o ‘Puros Hermanos Sicarios’ y mano derecha de ‘Mamera’, José Luis Rodríguez Rodríguez.
El ‘Chivo’, un prontuariado sicario, fue liberado en mayo de este año del penal Miguel Castro Castro, donde cumplía una condena de prisión preventiva por el asesinato de Joseph del Piero Gálvez Chanamé (21), quien fue baleado en Lince en enero del año pasado. Según fuentes policiales, el ‘Maldito Cris’ también participó en este crimen. Fue él quien manejó la motocicleta que recogió al sicario que disparó a la víctima. Tanto ‘Los Mellizos’ como el ‘Chivo’, se encuentran libres.
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El vínculo de estos tres sujetos con ‘Mamera’, es simple: controlar la zona de explotación sexual de Lince. La misma por la cual Héctor Prieto Materano, ‘Mamut’, le declaró en guerra a ‘Mamera’, puesto que es una de las que genera ingresos positivos para ‘El Tren de Aragua’.
Fue a mediados de este año que se hicieron públicos unos audios donde ‘Mamut’ le decía a ‘Mamera’ que lo iba a matar a él o a cualquier hombre suyo que se atreva a cobrar ‘cupos en la plaza’. “A quien te vea en la plaza, cobrándole a una mujer, te lo voy a mandar matar, sea sano o no sea sano. En esa maldita plaza ya tú no cobras ni un coño de tu madre, oíste”, decía en un audio que envió desde el penal Ancón 1.
Pero la lucha actual no está enfocada en estos personajes, sino entre la banda peruana y los remanentes de diversas facciones del ‘Tren de Aragua’, quienes se pugnan el poder de Lince. Zona de explotación que ‘Los Gallegos’ tomaron con fuerza en 2020 luego del asesinato del proxeneta ‘Cholo Issac’, al interior de un restaurante de comida rápida en el Centro Comercial Risso.
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El general Malaver declaró que “las bandas criminales peruanas están aprovechando que las extranjeras están siendo fuertemente golpeadas por la policía para tomar espacios”, acerca de la situación en Lince.
Tres días antes de la detonación de la granada, una mujer identificada como Mileica Coraquillo Oviedo fue asesinada en los exteriores del mercado Lobatón en Lince. Inicialmente se comentó que se trataba de una trabajadora sexual de la zona; sin embargo, fuentes policiales aseguraron que las investigaciones actuales indican a que ella le brindaba una especie de seguridad a una amiga cercana que sí es trabajadora sexual o que era parte de una organización criminal venezolana. El móvil del caso sigue en investigación.
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Por su homicidio por encargo se detuvo a integrantes de la facción ‘Los Hijos de Dios’: Eduar Duvalier Falcón Sanabria (25), ‘Chato’; Standy Jonaike Zavala Ventura (24, ‘Mostro’ y Sikiu Adriana Gonzáles Fernández (21), ‘Rulos’, de nacionalidad venezolana. Todos se encontraban al interior de un ‘búnker’ ubicado en San Borja.
En el lugar contaban con la presencia de un gatillero, quien había sido colocado en la vivienda para atentar contra la policía. Él estaba armado con una granada y tenía la orden de lanzarla contra ellos. Durante la intervención se halló en el inmueble cuatro celulares, una granada tipo piña y municiones.
Además, de esa misma facción también se ha detenido a ‘Amaranta’, integrante de ‘Los Trans de Risso’, quien tendría conexión con ‘Los Mellizos’ e ‘Hijos de Dios’. Ella se encargaba de amedrentar a jóvenes trans que ofrecían sus servicios en la vía pública y les cobraba cupos. El coronel Víctor Revoredo, jefe de la División de Investigación de Homicidios declaró ante la prensa que ella estaría vinculada a una serie de atentados ocurridos en Lince, entre ellos el de la granada en el hotel.
Fuentes policiales no descartan que los remanentes del ‘Tren de Aragua’ hayan logrado un acuerdo para sus acciones criminales frente a los ataques de los elementos peruanos. Especialistas en la organización han detallado con anterioridad que esta se caracteriza por el diálogo interno a fin de que sus ganancias económicas ilícitas no se vean perjudicadas, ya que operan como una empresa penetrando espacios donde ver oportunidades de negocios ilegales vinculados al crimen. La policía continúa las investigaciones sobre la operación de las bandas peruanas y venezolanas.
De enero a octubre, la Dirección Contra la Trata de Personas y Tráfico Ilícito de Migrantes de la Policía Nacional del Perú ha rescatado a 47 víctimas menores de edad extranjeras de redes de trata de personas. En el caso de las adultas, fueron 1185. Además, también ha desarticulado a 33 bandas dedicadas a la trata de personas y 15 de proxenetismo.
En tanto, las Fiscalías Especializadas en Trata de Personas de Lima Metropolitana han registrado 12 casos de explotación sexual contra personas adultas, 7 casos de promoción o favorecimiento de la explotación sexual contra adultas, 20 casos de explotación sexual contra niños, niñas y adolescentes; y 16 casos de promoción y favorecimiento de la explotación sexual también en menores. Estos generando un total de 55 víctimas en lo que va del año.