La comedia política, dentro del cine, nunca fue la misma desde que en 2006 irrumpiera en escena un actor británico, de ascendencia judía, dispuesto a disfrazarse de un periodista de Kazajstán que va a Estados Unidos a hacer un reportaje cultural. El actor era Sacha Baron Cohen, y su personaje se llamó Borat. La película, dirigida por Larry Charles, fue un éxito instantáneo por varias razones.
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