¿Por qué nos es tan difícil fijar las pandemias en nuestro imaginario histórico? Basta recordar que la tragedia más letal del siglo XX no fue ninguna de las dos guerras mundiales que preservamos como hitos contemporáneos, sino la gripe española, que en solo dos años (1918-1920) acabó con la vida de cien millones de personas alrededor del planeta. Tal vez la cuestión sea que, a diferencia de los eventos bélicos, nos cuesta señalar el inicio, desarrollo y conclusión de las pandemias; al ser incapaces de atribuirles dicha estructura aristotélica, las olvidamos entre muchos otros acontecimientos que juzgamos más reconocibles.
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