Más allá de leyendas negras o glorificaciones hispanistas, José Antonio del Busto (1932-2006) se impuso la tarea de narrar la conquista del Perú desde las diversas fuentes historiográficas, tanto las crónicas peninsulares como las autóctonas, pero también a partir de una reconstrucción minuciosa de escenarios, geografías y climas. El resultado fue la puesta en escena de una epopeya: un drama humano, con luces y sombras, con historias de codicias, traiciones, coraje, heroísmo, muerte, destrucción y luchas fratricidas.
“La conquista del Perú” (1981) fue quizás la obra más importante de José Antonio del Busto, la cual es reeditada ahora gracias al impulso de su viuda Teresa Guerin. Este lanzamiento es una buena ocasión para indagar de qué manera el legado del historiador se mantiene vivo en las nuevas generaciones de académicos peruanos.
La divulgación histórica
Marilyn Céspedes empezó a estudiar Historia en la Universidad Católica en 2010, cuatro años después del fallecimiento de del Busto. Desde entonces, ella escuchó su nombre y fue motivada a leer sus libros. “Algunos de mis profesores fueron alumnos suyos y me hablaron con admiración de este maestro lo que me motivó a leer, por mi cuenta, sus memorias. Yo creo que para comprender la obra de un historiador es necesario saber cuál es su cosmovisión y la manera en que entiende la historia”, dice.
“Por sus memorias, me di cuenta que estaba frente a un hombre muy organizado y determinado a dar conocer la historia del Perú. No solo en libros, sino también en entrevistas, él usaba muchas metáforas y símiles para hacer entender la historia más allá de un contexto académico. Me llamó la atención su interés por la divulgación histórica, algo que a mí también me apasiona”, agrega Céspedes, quien administra la plataforma digital Taller de Historia, en YouTube y TikTok, en la que divulga temas historiográficos.
Según ella, del Busto tenía una gran capacidad para contextualizar los eventos en un marco muy amplio como en el caso de “La conquista del Perú”, donde abarca desde las primeras noticias sobre el Tahuantinsuyo hasta el descubrimiento del río Amazonas. “Es importante resaltar —agrega Céspedes— sus palabras sobre la conquista, él decía que no podemos lamentarnos ni felicitarnos por ella, sino simplemente debemos asumirla”.
"En libros y entrevistas, él usaba metáforas y símiles para hacer entender la historia más allá de un contexto académico".
El mestizaje y la investigación
El historiador Patricio Alvarado tomó contacto con la obra de del Busto en 2010, cuando iniciaba sus estudios en la Universidad Católica. Lo sorprendió la manera en que solía emprender largos viajes de exploración hacia los lugares donde habían ocurrido los acontecimientos históricos. “Cuando del Busto hace ese viaje por Oceanía, siguiendo los pasos de Túpac Yupanqui, demostró que el historiador no solo es esa persona que está en el archivo o en la biblioteca, sino que también debe conocer los entornos y los lugares de lo que está investigando”, dice Alvarado.
“Algunos han encasillado a del Busto como defensor de los conquistadores, cuando en realidad lo que él investigó fue el vínculo que existía entre estos y la población nativa peruana”, agrega el joven historiador, quien destaca también el lenguaje sencillo con el que del Busto se aproximaba a los lectores. “Él se tomaba ciertas libertades literarias al contar los hechos. Algunos pueden criticar eso, decir cómo sabía lo que sentían o pensaban los conquistadores, pero él trataba de revivir esas situaciones, y por eso hacía sus viajes en los meses en que habían ocurrido los hechos que narraba para saber, por ejemplo, cómo era el clima en esos momentos”. Alvarado destaca, finalmente, la vocación de del Busto por revelar las particularidades del mestizaje, algo que resaltaba en sus libros y entrevistas.
Por su parte, el historiador sanmarquino Ale Roel Huillca se interesó en la obra de José Antonio del Busto a partir de su lectura de “La tesis universitaria”, un libro de 1965. “Los libros de metodología escritos por y para los historiadores no abundan en nuestro medio —comenta—. En ese sentido, podríamos afirmar que su libro sobre la tesis universitaria es un trabajo pionero que, lamentablemente, apenas ha sido continuado por otros historiadores, entre los cuales podemos mencionar a César Augusto Montes y Marcos Cueto, quienes, al igual que del Busto, han hecho un esfuerzo por brindar a los estudiantes universitarios pautas de cómo hacer una investigación en el campo de la historia”.
"Se encasilla a Del Busto como defensor de los conquistadores, cuando lo que él investigó fue el vínculo entre ellos y la población nativa".
Huillca, quien empezó sus estudios de Historia en 2003, resalta la curiosidad intelectual de nuestro historiador. “Prácticamente, no conoció límites”, dice. Y en ese sentido, destaca sus trabajos sobre el periodo prehispánico, con libros como “El Perú incaico”, “El Perú preincaico”, “Túpac Yupanqui, descubridor de Oceanía”; o los centrados en personajes coloniales como “José Gabriel Túpac Amaru antes de su rebelión”, “Santa Rosa de Lima”; o histórico sociales como “Historia y leyenda del viejo Barranco”, “El mestizaje en el Perú” y “Breve historia de los negros del Perú”.
Finalmente, Rodrigo Cuba Díaz, quien realiza una maestría en Filosofía en la Universidad Católica, resalta la reedición de “La conquista del Perú”, pues se trata de un libro que “más allá de revelarnos cómo fueron las batallas y estrategias que consolidaron el poder imperial hispano en el Perú, se centra más en el proceso de mestizaje. Por eso, del Busto decía que los peruanos teníamos dos raíces: la judeocristiana, que nos conectaba con la civilización occidental, y la andina que era nuestra diferencia específica”, dice Cuba. En su opinión, del Busto formó parte de esa generación de intelectuales que trató de reconociliar el Perú, más allá de sus contradicciones y diferencias.
Tanto Céspedes, Alvarado, Huillca y Cuba reconocen la utilidad de los libros de Del Busto en el aprendizaje de la Historia, más aún en tiempos en que las investigaciones son muy especializadas y no apuntan tanto a procesos de larga duración. También destacan su presencia en el desarrollo de la historiografía peruana como parte de una generación de mestros irrepetibles, en la línea de Porras, Basadre, Pons Muzzo o de la Puente Candamo.
Autor: José Antonio del Busto Duthurburu
Editorial: Lux Ediciones
Páginas: 342
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