Vikingos en América, Cristóbal Colón capturado en las indias y Atahualpa como gran emperador del Viejo Mundo: al hablar de “Civilizaciones”, la más reciente novela del escritor francés Laurent Binet, varios son los críticos que han apelado a la palabra juego en su análisis. En efecto, “Civilization” es el título de un videojuego de estrategia diseñado por Sid Meier en 1991, que ha conocido diversas secuelas y en el cual el autor se inspira para replantear la historia y contarla de una manera muy diferente, aunque conservando siempre a sus reconocidos protagonistas. Sin embargo, cuando las noticias que nos llegan de Europa nos hablan de un maestro decapitado cerca de París por mostrar unas caricaturas de Mahoma, o de atentados terroristas en Viena reivindicados por el Estado Islámico, uno puede imaginar que, más allá de una intención lúdica, Binet también parece llevar a cabo una misión urgente: quitarle el poder simbólico a Occidente para hacer posible un diálogo horizontal entre culturas y religiones.
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Como señala Binet en esta entrevista vía Zoom, su libro propone relativizar las relaciones entre Europa y América, Occidente y Oriente, así como nuestras diversas concepciones sobre dios y las religiones. Cuando escribe sobre cómo el culto al sol de los Incas pone en jaque a la religión católica, teniendo a Enrique VIII como principal aliado (deseoso de contar con un Acllahuasi al lado de la torre de Londres), el escritor francés intenta ofrecerle al lector una mirada extraña para obligarlo a reflexionar sobre estos temas desde una diferente perspectiva. “Sin duda, un mensaje del libro es relativizar la importancia de la religión, la visión que tenemos sobre dios. Con todos los atentados que estamos sufriendo recientemente en Europa, analizar el conflicto entre las religiones es muy importante”, afirma.
“Creo que es importante colocar a la religión en su dimensión histórica. Supongo que si los incas hubieran invadido Europa, la religión predominante sería el culto al Sol. Lo que no quiere decir que el Sol sería mejor que Cristo. Lo único cierto es que son los vencedores los que deciden. Los incas tenían una política de expansión mucho más cercana a la de los romanos, ninguno de ellos buscaban influir religiosamente en los pueblos bajo su dominio. Lo único que los incas hubieran exigido a los territorios conquistados es que se respetara la fiesta del Sol. Algo muy diferente sucede con el cristianismo y el islamismo, que son más bien religiones proselitistas. En ello radica su intolerancia”, afirma.
Cuando te entrevisté en Lima por tu novela “La séptima función del lenguaje”, recuerdo tu entusiasmo por visitar el interior del país. ¿Cómo fue tu investigación en el Cusco previa para escribir “Civilizaciones”?
Antes de conocer el Perú, había visitado en París una exposición sobre los Incas y los conquistadores, en la que descubrí la historia increíble de la captura del Inca Atahualpa en Cajamarca y la aventura de la conquista española. Luego, en mi primer viaje a Lima, cuando vine a presentar “HHhh”, me marcó mucho una visita al Museo Larco, donde vi piezas arqueológicas de las culturas prehispánicas increíbles, totalmente desconocidas para mí. Los quipus me resultaron fascinantes. Cuando regresé a París, hablaba del Perú y de los Incas a todo el mundo. Un amigo me hizo leer el libro del historiador Jared Diamond “Armas, Gérmenes y Acero” en el que se planteaba la pregunta de si Pizarro había capturado a Atahualpa, ¿por qué no podía haber ocurrido lo contrario? Es decir, Atahualpa capturando a Carlos V. Así se me ocurrió la idea del libro. Cuando regresé al Perú por segunda vez, viajé al Cusco, pero llegue también a Quito, de donde procedía Atahualpa. Ya había empezado a escribir el libro entonces.
Incas conquistando Europa... el peruano que lee tu novela no puede evitar experimentar un sentimiento de ingenua revancha...
Los franceses nos identificamos mucho con la gente que ha sido derrotada. Mis abuelos perdieron la guerra contra los nazis y la generación de mis padres perdía siempre al fútbol con Alemania. A mí me encanta las sociedades que han enfrentado derrotas. No tengo nada contra los españoles, pero me encantó la idea de poder ofrecerle a los que perdieron la oportunidad de una revancha.
En general, no hay muchas novelas que apelan al recurso de la ucronía (la reescritura de la historia). Uno piensa en “El Hombre en el Castillo” de Phillip K. Dick, en la que los nazis vencen en la guerra. ¿Por qué crees que los escritores no suelen arriesgarse a desmantelar la historia? ¿Es que no saben después qué hacer con las piezas al desarmar su mecanismo?
Es eso lo que justamente me gustó del juego de construcción histórica. Poder satisfacer mi interés por la historia, pero también mi gusto de escritor. Es muy complicado, pero también muy excitante. Me permitió comprender muchas cosas. Por ejemplo, en este juego de estrategia, ¿cómo se puede conquistar un imperio con solo 200 personas? Había que ser un estratega para la guerra, pero también un diplomático, alguien con una enorme capacidad para negociar con los enemigos de tu enemigo. También hay que ser un aventurero, capaz de saber actuar en el momento indicado. Este juego de estrategia me permitió de comprender las organizaciones sociales, económicas, políticas, religiosas de los Incas y de la Europa del siglo XVI. Todo ello fue apasionante.
Al momento de repartir las cartas de la historia, planteas un terreno más parejo. En tu ficción, los vikingos ya habían expandido la plaga siglos antes, lo que permite a los americanos resistir con éxito a Colón. Asimismo, asumes que aprendimos de los vikingos los usos del arado, el caballo, y la rueda. ¿Crees que estas eran las tecnologías que permitieron la expansión de occidente?
A partir del libro de Diamond entendí que eran tres los factores determinantes que permitieron la conquista: el hierro, los caballos y las plagas. Mi trabajo como novelista era inventar cómo podía acoplar estas tres ventajas en beneficio de los Incas. Hay pruebas de que los vikingos hicieron breves incursiones por el norte de Canadá, pero esa presencia fue totalmente olvidada. Me preguntaba qué hubiera pasado si hubieran continuado aquel viaje más al sur de América. Me gusta pensar que el factor determinante de toda esta historia es el azar.
Booktrailer “Civilizaciones” de Laurent Binet
En tu novela, es el viaje de los vikingos el que se recuerda y más bien es el de Cristóbal Colón el que se olvida. En estos tiempos en que buscamos destruir la estatua de Colón, tú prefieres desmontarlas simbólicamente...
Pienso que Colón fue el responsable del cambio más profundo en la historia del mundo. Nunca se ha visto un personaje que haya cambiado la historia tan radicalmente. Pero no me parece que esté tan mal retirar las estatuas. Ustedes lo hicieron con la estatua de Pizarro, ¿verdad? Los españoles me preguntaban mucho por las estatuas de Colón derribadas, y yo les respondí que si tuvieran una estatua de Napoleón ubicada en la Plaza Mayor de Madrid, quizás también les molestaría. Pienso que es algo parecido la relación de la imagen de Colón en América.
Tu libro no es solo una ucronía, sino también una parodia de diferentes registros narrativos, como son las sagas nórdicas, los diarios de navegación y las crónicas de Indias. ¿Cómo fue el juego con aquellos textos históricos?
Son tres estilos profundamente diferentes. Por ejemplo, las sagas islandesas están repletas de frases cortas, y muy densas. Dicen muchas cosas en pocas líneas. Hay pocos detalles y van muy rápido. En los diarios de Colón, se habla mucho de Dios y se pregunta mucho por donde está el oro. Fue muy fácil imitarlo. De todas maneras, lo que hice fue insertar frases verdaderas en medio de mi novela, para crear un efecto de realidad máxima. Sucede lo mismo cuando pongo a conversar a Cervantes con Montaigne. Todas las respuestas del ensayista francés son verdaderas. Como un rompecabezas, tomaba partes de un libro y de otro para acoplarlas en mi novela para darles un nuevo sentido.
“Civilizaciones” en el Hay Festival Digital Arequipa
Laurent Binet presentará su obra este sábado 7 de noviembre a las 11:30 a.m. en el Hay Festival Digital Arequipa 2020. Las inscripciones están disponibles desde la página web www.hayfestival.org/arequipa o https://bit.ly/2HXzlUz
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