La música andina contemporánea encuentra una voz que combina elementos tradicionales con ritmos internacionales en la música de Antología, una banda que forjó su estilo propio a lo largo de un cuarto de siglo y que celebrará su 25 aniversario bajo la promesa de continuar añadiendo nuevos elementos musicales que renueven a la música folclórica.
“Desde que iniciamos, buscamos realizar espectáculos innovadores en todos los sentidos. Antología propone ampliar los conceptos y hacer entender al público que los géneros musicales no tienen barreras”, comenta el vocalista y fundador de la banda, Dilio Galindo Moreno, en entrevista con El Comercio.
Fundada entre 1998 y 1999 en el barrio de la calle Paita en la ciudad de Ica, la agrupación iqueña desafió las convenciones al incorporar sintetizadores y elementos del new age como parte de una mezcla que parece seguir funcionándoles. “Para 1999 era un atrevimiento implementar los sintetizadores en la música andina, nosotros nos atrevimos porque queríamos refrescar este tipo de música”, comenta Galindo, quien también considera al new age parte fundamental de esta mezcla rítmica. “Lo más importante que pudo darle este género musical a los ritmos andinos es la reactualización de sus sonidos y conceptos”, agrega.
Algo esencial en la visión del vocalista es descentralizar la música en todas sus formas, tanto en el ritmo como en los conciertos. Desde sus inicios, no tenían la intención de representar solo a su ciudad natal, Ica, sino a todo su país mediante una amalgama de sonidos que convergen en su proyecto, que reúne temas populares. De ahí el nombre de la banda: Antología. “Nunca pensamos en grabar para una región en específico, lo hicimos bajo nuestras propias reglas, y luego muchas personas comenzaron a difundir nuestro trabajo en otras partes del país, algo que agradecemos hasta el día de hoy”, comenta el artista.
Música sin barreras
Durante sus primeros pasos en la industria musical, mucho antes de grabar su primer disco “Niña” (1999), la orquesta se presentaba en pequeños conciertos. En estos eventos, eran considerados demasiado rockeros para tocar música andina, mientras que los fanáticos del rock los veían como demasiado folclóricos. Esta dualidad marcó a la agrupación y los llevó a explorar los primeros huaynos costeños.
“A veces en el Perú se piensa que en la costa solo se tocan ciertos géneros, en la sierra otros, y en la selva otros diferentes, pero esas divisiones son mentales”, aclara el cantante, quien ahora comparte el escenario con artistas como Milena Warthon, Agua Marina o William Luna.
A pesar de mantenerse vigentes y comprometidos con la constante renovación de su música, no han estado exentos de las dificultades inherentes a hacer música en el Perú. “Si hacer música en este país es un desafío, hacer música andina es aún más complicado. Cuando se trata de temas culturales, siempre estamos en la parte inferior de la lista de prioridades”, enfatiza el artista, quien también ha enfrentado críticas a través de redes sociales por parte de usuarios bolivianos debido a la inclusión de sonidos propios de la saya en su repertorio. “Me parecen opiniones muy mezquinas, parte del chauvinismo boliviano. Yo les invitaría a leer un libro de historia para que puedan aclarar algunas cosas”, menciona Galindo.
A pesar de ello, la agrupación ya tiene listos algunas sayas que lanzarán durante las celebraciones por su aniversario, además de estar produciendo un tema junto a la cantante Yarita Lizeth Yanarico. “En estos años hemos aprendido a ir más allá del tema económico. Aunque las cosas culturales sean complicadas, no medimos nuestro éxito en función de las ganancias”, concluye.