El dúo mexicano se presentará hoy a las 9:00 p.m. en el C.C. Bianca de Barranco.
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“Hacemos música 100% cursi”: Daniel, Me Estás Matando y su boleroglam que reinventa el romanticismo a su manera
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“Hacemos música 100% cursi”: Daniel, Me Estás Matando y su boleroglam que reinventa el romanticismo a su manera

“Hacemos música 100% cursi”: Daniel, Me Estás Matando y su boleroglam que reinventa el romanticismo a su manera

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El bolero nunca se fue. Solo estaba esperando que alguien lo desempolvara, lo pusiera bajo luces nuevas y lo lanzara de nuevo al escenario. Esa tarea la asumieron Daniel Zepeda e Iván de la Rioja, quienes, bajo el nombre de , han convertido al boleroglam en un fenómeno musical que viaja de México a toda Latinoamérica.

Básicamente son canciones románticas, boleros tradicionales con arreglos inspirados en otros géneros, con cajas de ritmo, sintetizadores y mezclas electrónicas”, explican sobre la esencia de su estilo. No es un simple homenaje a la época dorada del bolero, sino una traducción al lenguaje contemporáneo sin renunciar a lo cursi ni a lo teatral.

Los integrantes de la banda mexicana "Daniel, Me Estás Matando" son Daniel Zepeda (voz, batería y electrónica) e Iván de la Rioja (guitarra, voces y teclado). (Foto: Difusión)
Los integrantes de la banda mexicana "Daniel, Me Estás Matando" son Daniel Zepeda (voz, batería y electrónica) e Iván de la Rioja (guitarra, voces y teclado). (Foto: Difusión)

El nombre de la banda ha sido motivo de innumerables preguntas, aunque ellos prefieren no ahondar más: “La respuesta no vale la pena. Nos llamamos así porque sí, básicamente no hay una historia detrás”, dicen entre risas. Esa ironía acompaña también a sus letras, donde la exageración y el humor refrescan la manera de hablar de amor. “Hacemos música 100% cursi, y nos apegamos a lo tradicional a nivel de la composición”, remarcan.

Para ellos, el bolero no es un género anclado al pasado. “Ha estado presente en la música romántica en español toda la vida. Nosotros hemos tratado de apegarnos completamente a lo más tradicional”, señala Iván. Y aunque en redes sociales hoy circulan versiones de reguetón o trap llevadas al bolero, el dúo apuesta por la fidelidad a la raíz, convencidos de que su fuerza sigue intacta.

La estética también es central en su propuesta. “Es súper importante. Nos gusta sorprender en vivo con cosas que no tenemos en los discos… incluso la improvisación se pone más agresiva o más bélica”, confiesan. Para Lima han preparado un formato amplio: percusión, piano, requinto, guitarra, bajo, batería y voces, en una puesta que busca conservar la esencia de sus álbumes sin perder frescura.

El vínculo de Daniel con el bolero es personal. “Mi primer trabajo profesional fue con mi abuela, que cantaba cha-cha y boleros. Me echaron a los 13 años a tocar la batería en su orquesta. Junto con lo que escuchaba en casa, fue imposible escapar de esa música”, recuerda. Esa herencia familiar se convirtió en brújula creativa y lo empujó a reinventar un género omnipresente en Latinoamérica, donde un bolero puede sonar tanto en un taxi como en una fiesta.

Al momento de escribir, el amor sigue siendo el gran combustible. Aunque la fugacidad de las relaciones actuales podría contradecir al bolero eterno, ellos lo resuelven con amplitud. “Hay canciones en la vida de absolutamente todo y el lenguaje para hablar de esas situaciones es infinito. No es necesario haber vivido toda la vida con una persona para musicalizar el contexto”, dice Daniel.

El futuro es prometedor: Auditorio Nacional de México, festivales en Colombia y nuevas producciones que se irán revelando poco a poco. Lima será testigo de un género que se rehúsa a morir y que, con un nombre que parece una declaración de amor dramática, confirma que el bolero puede seguir siendo la banda sonora de los afectos.

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