
Escucha la noticia
“Nuestra historia tiene un antes y un después del Coachella”: Los Mirlos y la razón por la que sueñan con un Grammy
Resumen generado por Inteligencia Artificial
Accede a esta función exclusiva
Resume las noticias y mantente informado sin interrupciones.
Tuvieron que pasar más de 26 años desde la creación del Festival de Coachella para que una banda peruana se presentara en uno de los escenarios más importantes del circuito musical global. Las condiciones eran claras para Los Mirlos: una multa de 10 mil dólares si se pasaban un solo minuto del tiempo asignado. Aun así, cumplieron con dos presentaciones memorables frente a más de 100 mil personas.
“También cobraban multa si transmitíamos. Todo tenía que estar según las indicaciones. Lo que vimos después fueron banderas ondeándose; buscamos la peruana con la mirada y ahí estaba”, recuerda Jorge Rodríguez, fundador y director de la agrupación.

Tras sus presentaciones, alistaron maletas y continuaron con una gira internacional que incluyó más de diez fechas. Ese recorrido quedó marcado por una sola pregunta: cómo regresar al Perú para compartir lo vivido, lo aprendido y, sobre todo, lo bailado. Porque Coachella no fue solo una tocada: fue un punto de inflexión que conectó a Los Mirlos con una audiencia global, diversa y abierta a dejarse llevar por el ritmo amazónico.
“Nuestra historia tiene un antes y un después del Coachella. Tocar ahí nos abrió las puertas a más conciertos, invitaciones de restaurantes peruanos en el extranjero, colaboraciones nuevas. Hemos dejado una valla alta para nosotros, pero lo superaremos”, afirma Jorge Rodríguez.

Un futuro familiar
Los Mirlos es, desde sus inicios, una banda familiar. Jorge Rodríguez asumió su dirección en 1973, cuando la agrupación —entonces llamada Los Saetas— se mudó de Moyobamba a Lima para profesionalizarse y adoptó su nombre definitivo. Medio siglo después, la tradición continúa con sus hijos: su hija está a cargo de la contabilidad, uno de sus hijos es el actual mánager, y otro —residente en Europa— se une con frecuencia a las giras. En el escenario, lo acompaña Jorge Luis Rodríguez, guitarrista e hijo, quien forma parte de la banda.
Desde niño, Jorge Luis se formó en la música bajo la guía de su abuelo y más adelante de su padre, hasta que a los 18 años se integró formalmente a Los Mirlos. “A veces siento que las manos de mi padre son las de él, confío en que siempre lo hará bien, esa confianza me da seguridad en el futuro”, asegura Jorge Rodríguez, a quien le persigue la pregunta: ¿Quién seguirá el legado de Los Mirlos?

El relevo generacional no es un tabú. Al contrario, es un tema que se conversa con en medio de almuerzos y viajes. “Algún día me haré a un lado para dejar que mi familia asuma esa responsabilidad en conjunto. Estoy en paz con ese hecho”, afirma Rodríguez. Su hijo, por su parte, agrega: “Ese tema es algo que mi padre siempre anuncia desde que ingresé en Los Mirlos, primero como una forma de presentarme y después como algo serio. Ahora veo en mis hijos y sobrinos eso que hemos construido. Esto no puede parar, y yo estoy preparado para continuar con este legado musical”.
Mientras tanto, la banda no detiene su marcha. Actualmente preparan un nuevo disco que verá la luz el próximo año, con un primer adelanto previsto para octubre. El álbum incluirá colaboraciones con artistas internacionales, y marcará el inicio de un nuevo reto para la agrupación: postular a los Premios Grammy.

“Decidí concluir las memorias que escribo hace ocho años con nuestra presentación en Coachella. El machote está listo y se llamará ‘El cantar de Los Mirlos’. Lo que venga después de esto será historia que escribirá mi hijo”












