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“Siempre me sentí más músico que rapero”
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Desde que se mudó a Argentina tras firmar con Sony Music, Jaze parece haber encontrado en el 2025 su año más claro. Fue incluido en la lista Forbes 30 Under 30 Colombia, compartiendo espacio con figuras como Danna Paola y Peso Pluma. Además, su tema “Pensé en ti”, junto al mexicano Caloncho, fue elegido por Spotify como una de las 50 mejores canciones del año a nivel global, siendo el único peruano en ese ranking. A esto se suma una gira internacional con fechas en Buenos Aires, Madrid y Perú.
Durante estos meses, Jaze se dedicó a encontrarse. Su transición del freestyle al formato cantautor no fue un viraje comercial, sino una evolución natural. Él mismo reconoce que las batallas de rap interrumpieron para bien su formación como músico. Y es desde ese cruce inesperado que ha construido una propuesta con identidad propia, alejada del cliché urbano y más cercana a la canción artesanal. Su éxito actual radica precisamente en eso: ir de lo comercial a lo íntimo.
“Me siento muy conectado con lo que estoy haciendo. También ayuda a no caer en el síndrome del impostor, sentirme yo mismo en esta etapa de mi carrera el hecho de que realmente escribo sobre lo que me pasa o sobre lo que realmente siento”, menciona Jaze.

Un comienzo más
Su tercer álbum, “Quizá no es para tanto”, es el mejor reflejo de esa búsqueda que parece nunca acabar. Compuesto desde la introspección, grabado en Argentina y producido con un enfoque artesanal, el disco marca un punto de inflexión en la carrera del cantante de 25 años. “Es el disco más logrado que tengo —menciona Jaze—, es como una carta o un regalo devolviéndole a la vida todo lo que me dio. Ya no hay motivos para sentirse mal esta vez”.
El resultado es un disco que apunta a los claroscuros de la vida, a la posibilidad de que tal vez —como reza el título— nada sea tan grave como parece. Vivir solo en otro país. Abrirte paso en la industria. O ver los comentarios de quienes le recriminan haber dejado el rap. “Siempre me sentí más músico que rapero”, sentencia. Y este disco lo confirma.

Esa identidad que en su momento se construyó tema a tema hoy parece ser el nuevo norte de búsqueda del artista. “Mi familia me dice Juanca, mis amigos me dicen Iwa, en Argentina me dicen Sheis, en España Jase, y en mi país como Jaze. Pero yo no soy ninguno de ellos —comenta el artista—. Jaze es mi proyecto, una bandera, algo que va más allá de mí y que es integrado por todo un equipo”.
Y aunque esa vida pueda mutar de ciudad, idioma o sonoridad, hay algo que no cambia: Juan Carlos Iwasaki sigue yendo más hondo en su búsqueda por el autodescubrimiento. Su próximo show en el Costa 21, el 26 de septiembre, será el cierre de un capítulo más. Uno que, como es costumbre en su carrera, no se cierra con certezas, sino con nuevas preguntas.












