Lucía Vivanco, más conocida como Yushimi, es una cantautora peruana que construyó su carrera artística en Europa. En 2012 logró crear su primer disco en Londres y, tras ganarse el respeto de diversos artistas en Italia, viene al Perú a presentar su unipersonal “La felicidad de la infelicidad”, que invita a entablar una amistad con nuestras desdichas. La temporada iniciará el 30 de junio a las 8:00 p. m. en la Alianza Francesa de Miraflores.
Orígenes
Yushimi siempre estuvo relacionada con la música, sus juguetes eran los diversos instrumentos que tenían sus padres en casa. Desde los nueve años aprendió a tocar el violín y años después lograría ingresar a una orquesta juvenil de música clásica.
Por ese tiempo, el reconocido cantante Pedro Suárez-Vértiz visitaba a su familia a menudo y en ocasiones tocaba el piano que se encontraba en su casa. “Un día empieza a tocar una canción que era ‘No pensé que era amor’ y yo lo acompañé con el violín, en ese momento me dijo que sonaba increíble y que al día siguiente íbamos a grabarlo. Fue un golpe de suerte”, cuenta.
Eso fue en 1993, cuando ella tenía 16 años. La canción fue un éxito rotundo en el país y en el extranjero, pero a pesar de aquella gran experiencia, Yushimi no se tomó muy en serio todo lo que ocurría: “En esa época [años 90] a nadie se le ocurría pensar que uno podía hacer música, ser profesional y llevar una vida trabajando en ello, era inconcebible. Solo podía ser visto como un pasatiempo.”
Sin embargo, siete años después partiría hacia Londres para profesionalizarse. En ese tiempo, realizaba espectáculos locales y acompañaba con el violín a diversos cantantes y grupos musicales. Hasta que un día, decidió hacer protagonista a su voz, y se encerró para escribir múltiples canciones que recopiló en su primer álbum de 2012, “Greatest Hits”. “Yo empecé a hacer canciones sin que nadie me dijese que podía cantar, grabar y hacer un disco desde mi casa”, comentó.
En aquel tiempo su música consistía en algo que ella llamaba “minimal folk”, debido a que empleaba instrumentos acústicos en sus melodías, jugaba con silencios, usaba pocos ritmos y pocas palabras. Ese género poco a poco fue madurando hasta llegar a otro que también ideó, el “minimal Broadway”.
“Me gusta mucho el musical como género y la performance escénica. No solo ‘Cats’, sino el cabaret de Bertolt Brecht, Kurt Weill. De hecho, mi producción se basa en eso, canto con la intención de que los asistentes sean espectadores activos dentro de la música, que sea una conversación entre yo como intérprete y ellos como público.”
Aunque hay sinceridad en su propuesta, también se ríe al narrar cómo ha evolucionado su estilo: “Se van inventado tantos géneros, que uno ya ni sabe”. Esa es la razón por la cual se inventó el suyo propio, para que se ajuste a lo que desea expresar, aunque no esté segura si “Broadway” pueda clasificar como género.
"Tengo varios amigos que han sido fichados por un sello, sin embargo, ahora están pateando latas. El sello no te garantiza nada."
Su propio camino
Yushimi es pues una artista que se ha inventado y construido a sí misma desde el inicio, y se ha mantenido independiente en la música consiguiendo incluso vivir de ello. “Tengo varios amigos que han sido fichados por un sello, sin embargo, ahora están pateando latas. El sello no te garantiza nada. Es muy importante que las generaciones sepan que la fama es una lotería, pero que es importante que hagas las cosas que te gustan y sueñas”, comenta.
Es justamente de esta forma en que llegó a Italia, persiguiendo el amor y sus sueños. Pero al llegar, se encontró con la barrera del idioma y el conservadurismo extremo que tienen los italianos con su música.
“Aquí en Italia, esto de la identidad es enfermiza. A mí me desagrada el hecho que los italianos no hablen bien el inglés u otros idiomas y valoren demasiado todo lo que producen: su cultura, música, cine, todo. Casi no se escucha música en otros idiomas, a menos que sea increíblemente comercial. Es todo lo contrario al Perú, son dos extremos opuestos y ninguno me gusta”.
Afirma segura que la música actualmente no debería tener nada que ver con la nacionalidad y que con la virtualidad los artistas deben permitirse ser más globales y menos herméticos culturalmente. Aunque recalca que el problema con la industria musical en el país es justamente el desprecio a los artistas locales. “La idea de que alguien quiera ver a un artista porque es peruano no existe, al contrario, piensan que es una porquería. Por ejemplo, en los espacios radiales siempre les han dado más aire a las bandas extranjeras, y solo una agrupación peruana que es muy cotizada en el extranjero puede pasearse en las emisoras del Perú”, comenta.
Ella lo dice por experiencia, ya que pese a haberse forjado una carrera en Europa, ha trabajado con diversos artistas de la escena local, tanto independientes como Espira y Resplandor, Leusemia y Voz Propia y también con cantantes de gran popularidad como Pedro Suárez-Vértiz y Susana Baca.
Aún pese a todas sus colaboraciones, se ha mantenido fiel a su estilo sui generis, en el sentido que prefiere no usar los elementos comerciales de la radio y opta por lo experimental. La comedia musical con la que se presentará en la Alianza Francesa tendrá una propuesta instrumental que siga esa línea, y además busca transmitir un fuerte mensaje: “En realidad, la vida te enseña que la felicidad está dentro de todos. La mayoría hemos pasado por una crisis de felicidad y hemos pensado que estar triste es algo de evitarse. Me gustaría decirles con esta obra que no deberías evitar tu infelicidad, sino hacer amistad con ella”.
El espectáculo es interpretado, escrito y producido por Yushimi, además dirigido por la polaca Kamila Straszynska. Como regalo a los lectores, la artista ha liberado una canción que forma parte del show. Puedes descargarla libremente en el siguiente enlace: yushimi.bandcamp.com
Fecha: Del 30 de junio al 9 de julio.
Lugar: Teatro de la Alianza Francesa
Dirección: Av. Arequipa 4595, Miraflores
Precios: Preventa general: S/.25 y 2 entradas por S/.40 (hasta el 30 de junio). General: S/.35 - Estudiantes y jubilados: S/.25 - Estudiantes AF y UPC: S/.20