La representación de Mahoma en caricaturas es considerado blasfemo en el Islam, provocando reacciones de todo tipo contra quienes lo hacen.
La representación de Mahoma en caricaturas es considerado blasfemo en el Islam, provocando reacciones de todo tipo contra quienes lo hacen.
/ AFP PHOTO SCANPIX Preben Hupfeld

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Arrestos, atentados y condenas de muerte: las consecuencias que han traído las sátiras sobre Mahoma
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Arrestos, atentados y condenas de muerte: las consecuencias que han traído las sátiras sobre Mahoma

Arrestos, atentados y condenas de muerte: las consecuencias que han traído las sátiras sobre Mahoma

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Esta semana fueron arrestados en cuatro empleados y altos cargos de la revista satírica LeMan, acusados de haber incitado al “odio y enemistad pública” con la publicación de una caricatura del profeta Mahoma, informó el ministro de Justicia Yilmaz Tunç.

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Los detenidos fueron identificados como Ali Yavuz, director de control de gestión; Cebrail Okçu, diseñador gráfico; Dogan Pehlevan, autor del dibujo; y Zafer Aknar, director de la redacción.

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Francisco Sanz

En su declaración a la policía, Pehlevan afirmó que quería “hablar de paz en esta viñeta” en la que se ve a dos personajes estrechándose la mano en el cielo sobre una ciudad bombardeada, uno de ellos llamado Muhammed y el otro Musa (Moisés).

La caricatura elaborada por Dogan Pehlevan.
La caricatura elaborada por Dogan Pehlevan.

En un comunicado, LeMan insistió en que la ilustración retrata a un musulmán llamado Mahoma, no al profeta, y que tenía la intención de resaltar el sufrimiento de los musulmanes en conflictos armados.

El presidente turco Recep Tayyip Erdogan, sin embargo, calificó la caricatura como una “clara provocación disfrazada de humor” y prometió que “aquellos que insulten al profeta y otros mensajeros rendirán cuentas ante la ley”.

Las autoridades también han emitido órdenes de arresto contra dos editores que al parecer están en el extranjero, informó la agencia estatal Anadolu.

El incidente ha reavivado el debate sobre la libertad de prensa en Turquía, que ocupa el puesto 159 de una lista de 180 países en el Índice de Libertad de Prensa de Reporteros Sin Fronteras del 2025, pero también ha revivido el recuerdo sobre otras controversias que tuvieron al fundador del Islam como protagonista.

La caricatura provocó una ola de protestas en Estambul durante el martes y miércoles.
La caricatura provocó una ola de protestas en Estambul durante el martes y miércoles.
/ OZAN KOSE / AFP

Jyllands-Posten (2005)

El 30 de setiembre del 2005, el diario danés Jyllands-Posten desató una tormenta internacional al publicar 12 caricaturas del profeta Mahoma, quebrantando uno de los mayores tabúes del islam sunita, que prohíbe estrictamente su representación visual. Entre las imágenes, la más controvertida mostraba a Mahoma con una bomba en el turbante, lo que muchos musulmanes interpretaron como una ofensa directa que asociaba su fe con el terrorismo.

La reacción fue inmediata y global: manifestaciones multitudinarias estallaron en países de mayoría musulmana, embajadas danesas fueron atacadas en Siria, Líbano e Irán, y los disturbios dejaron más de 200 muertos, según diversas fuentes. La controversia puso en jaque la relación entre libertad de prensa y respeto a las creencias religiosas, abriendo un debate que aún hoy divide a la opinión pública.

Kurt Westergaard, autor de la caricatura más icónica, se convirtió en blanco prioritario de amenazas. Desde el 2005 vivió bajo fuerte custodia policial, pero el peligro se materializó brutalmente el 1 de enero del 2010, cuando un joven somalí radicalizado irrumpió en su casa armado con un hacha y un cuchillo.

Westergaard logró salvarse refugiándose en un baño blindado, diseñado especialmente para resistir ataques. Hasta su muerte en el 2021, defendió el derecho a la libre expresión, aunque vivió como un fugitivo en su propio país.

Kurt Westergaard, autor de la caricatura más icónica, se convirtió en blanco prioritario de amenazas.
Kurt Westergaard, autor de la caricatura más icónica, se convirtió en blanco prioritario de amenazas.
/ AFP PHOTO SCANPIX Preben Hupfeld

Lars Vilks (2007)

En agosto del 2007, el artista sueco Lars Vilks se sumó a la lista de creadores perseguidos tras dibujar al profeta Mahoma con cuerpo de perro, una imagen doblemente ofensiva para el islam sunita, que prohíbe tanto la representación del profeta como el contacto con perros, considerados impuros.

Inicialmente rechazada por varias galerías, la obra fue finalmente publicada en agosto de ese año por el diario Nerikes Allehanda en el marco de un editorial sobre libertad de expresión.

La publicación desató protestas en varios países musulmanes y Vilks recibió múltiples amenazas de muerte, incluidas recompensas ofrecidas por Al Qaeda.

Desde entonces, vivió bajo protección policial permanente y sobrevivió a varios atentados contra su vida, incluido uno en el 2015 durante un evento sobre libertad de expresión en Copenhague, donde un agresor abrió fuego contra los asistentes.

Vilks se convirtió en símbolo de la tensión entre arte y religión, defendiendo hasta su muerte —en un accidente de tránsito en el2021— el derecho a provocar debate a través de su obra.

Arifur Rahman (2007)

En setiembre del 2007, el caricaturista bangladesí Arifur Rahman fue arrestado tras la publicación de una viñeta en el suplemento satírico Alpin del diario Prothom Alo. La caricatura, que mostraba a un niño y un anciano bromeando sobre el uso del nombre “Mahoma” (Muhammad) sin el debido título de respeto, fue considerada ofensiva por sectores religiosos.

Rahman fue detenido en Daca acusado de “herir sentimientos religiosos” bajo la ley de blasfemia, y pasó seis meses en prisión hasta que el Tribunal Superior declaró ilegal su detención y ordenó su liberación en marzo del 2008.

Las consecuencias fueron profundas: la publicación fue suspendida, el editor despedido y Rahman quedó estigmatizado.

Aunque el tribunal anuló los cargos, en el 2009 fue sentenciado en ausencia a dos meses de prisión y una multa por el mismo hecho, lo que lo forzó a exiliarse en Noruega desde el 2010.

South Park (2010)

Incluso la irreverente serie animada South Park se ha visto envuelta en esta polémica global luego de que en el 2010 intentara mostrar a Mahoma en dos episodios que satirizaban la censura religiosa.

Trey Parker y Matt Stone, creadores del programa, ya habían abordado el tema en el 2001, pero en la era post 11-S la tensión era mucho mayor.

El episodio 200 de la serie presentaba a Mahoma junto a otras figuras religiosas y personajes históricos como parte de una burla a la hipocresía de la cultura pop.

Sin embargo, tras recibir amenazas directas de un sitio extremista, Revolution Muslim —que advirtió que los creadores podrían terminar como Theo van Gogh—, el canal Comedy Central optó por censurar la imagen de Mahoma y alterar diálogos clave.

Desde entonces, la representación de Mahoma se convirtió en un tema intocable para la mayoría de la televisión occidental, que privilegia la seguridad de su equipo antes que la sátira absoluta.

La imagen de Mahoma fue censurada en South Park para evitar represalias.
La imagen de Mahoma fue censurada en South Park para evitar represalias.

Charlie Hebdo (2011 y 2015)

La revista satírica francesa Charlie Hebdo ya era conocida por su irreverencia cuando en el 2011 publicó un número titulado “Charia Hebdo”, con Mahoma como “editor invitado”.

Aquella edición provocó un ataque incendiario que destruyó sus oficinas, pero lejos de retroceder, el semanario redobló la apuesta y continuó publicando caricaturas que satirizaban por igual al islam, el cristianismo y la política.

El 7 de enero del 2015, dos hermanos armados irrumpieron en la redacción de Charlie Hebdo en París y asesinaron a 12 personas, entre ellas varios de los caricaturistas más icónicos de Francia.

El atentado conmocionó al mundo y generó una oleada de solidaridad global bajo el lema “Je Suis Charlie”, en defensa de la libertad de expresión frente a la violencia extremista.

Tras la masacre, la revista siguió publicando sin renunciar a su línea editorial, convirtiéndose en símbolo de la resistencia frente a la censura violenta.

El 7 de enero de 2015 fueron asesinadas 12 personas en las oficinas de Charlie Hebdo a manos de terroristas que buscaban venganza por la caricatura de Mahoma.
El 7 de enero de 2015 fueron asesinadas 12 personas en las oficinas de Charlie Hebdo a manos de terroristas que buscaban venganza por la caricatura de Mahoma.
/ ERIC FEFERBERG

Taimoor Raza (2017)

En junio del 2017, la corte antiterrorista de Bahawalpur, en Pakistán, sentenció a pena de muerte a Taimoor Raza, un joven de 30 años, por publicar caricaturas e inscripciones consideradas insultantes hacia el profeta Mahoma en Facebook y WhatsApp.

Raza fue arrestado en abril del 2016 tras un debate sectario en redes con un supuesto oficial de contraterrorismo, lo que derivó en acusaciones por blasfemia e incitación al terrorismo.

La sentencia fue histórica: el primer caso en Pakistán en que un tribunal especial aplicaba la pena capital por contenidos religiosos difundidos en redes sociales. El caso de Raza encendió las alarmas de organizaciones de derechos humanos, que denunciaron cómo las leyes de blasfemia en Pakistán pueden ser usadas para perseguir activistas digitales.

Según Human Rights Watch, basta con una acusación para desencadenar procesos judiciales que fusionan delitos de terrorismo y blasfemia, convirtiendo comentarios en redes en material letalmente punible.

Hasta la fecha, sin embargo, Raza se encuentra a la espera de que se ejecute su condena.

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