El año más caluroso desde que se tienen registros ha sido 2016- cuando se produjo un fenómeno de El Niño muy intenso-, pero las previsiones de la OMM indican que es muy probable que ese nivel pueda rebasarse antes de 2027.
El año más caluroso desde que se tienen registros ha sido 2016- cuando se produjo un fenómeno de El Niño muy intenso-, pero las previsiones de la OMM indican que es muy probable que ese nivel pueda rebasarse antes de 2027.
/ CARL DE SOUZA / AFP
Renzo Giner Vásquez

Una mezcla entre el impacto de los gases de efecto invernadero y un inusual hará que el período 2023-2027 sea muy probablemente en nuestro planeta.

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Así lo ha advertido la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en su último informe, presentado el 17 de mayo.

“Hay un 98% de probabilidades de que al menos uno de los próximos cinco años, y el quinquenio en su conjunto, sea el más caluroso jamás registrado”, apunta la agencia climática de la ONU.

Según estimaciones a las que llegaron luego de analizar los datos de las seis principales estaciones meteorológicas del planeta, existe un 66% de probabilidad de que la temperatura promedio anual de la superficie de la Tierra registre una variación de +1,5 °C.

¿Qué significa esto? Que la temperatura promedio en el planeta alcanzaría el límite impuesto en el acuerdo del clima suscrito en el 2015 en París, con el que se buscaba frenar los devastadores efectos del calentamiento global.

Incluso, la agencia de Naciones Unidas ha advertido que el planeta podría tener que soportar, en algunos momentos muy particulares, temperaturas hasta 1,8 grados más elevadas que la media del periodo 1850-1900.

Dentro de todo lo malo, sin embargo, hay una pequeña buena noticia: en este caso el impacto será solo temporal, según aclaró la OMM.

Estos datos “no significan que superaremos de forma permanente el umbral de 1,5 °C del Acuerdo de París, que se refiere a un calentamiento a largo plazo sobre varios años”, explicó el secretario general de la agencia, Petteri Taalas, en un comunicado.

Por otro lado, eso no quita que nos encontremos ante una nueva alarma climática de las muchas que siguen sonando -cada vez más fuerte y frecuente- a la espera de que se tomen acciones concretas que ayuden a revertir un desolador futuro.

Entre los efectos más notorios, predice la OMM, estarán las intensas lluvias en la región africana del Sahel, además del norte de Europa, Alaska y Siberia.

Al mismo tiempo, sin embargo, se teme que en el extremo norte de la Tierra la anomalía térmica podría suponer un aumento de las temperaturas tres veces mayor que en el resto del mundo.

En cuanto a esta parte del mundo, la OMM teme que intensas sequías afectarían directamente a partes de la Amazonía, América Central, Indonesia y Australia.

En el siguiente interactivo elaborado por El Comercio conozca más detalles sobre el informe de la OMM, su relevancia frente a registros anteriores y los efectos que se esperan en diferentes regiones del mundo durante los próximos años.

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