Israel redobló este martes 16 los llamados a la comunidad internacional para castigar a Irán tras el primer ataque directo que la República Islámica lanzó el fin de semana sobre su territorio. Mientras la posibilidad de una escalada militar persiste, ambas partes se acusan de ser la principal amenaza para la paz en Medio Oriente.
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El país hebreo anunció el lanzamiento de una “ofensiva diplomática” contra Irán y llamó a 32 países a que impongan sanciones contra la Guardia Revolucionaria de la República Islámica y su programa de misiles, declaró el ministro de Relaciones Exteriores, Israel Katz.
“En paralelo con la respuesta militar al lanzamiento de misiles y de drones, estoy dirigiendo una ofensiva diplomática contra Irán”, escribió el canciller en la red social X, donde enfatizó que ha pedido a decenas de países que declaren como organización terrorista a la Guardia Revolucionaria (GR), o Guardianes de la Revolución como también es llamada.
Teherán lanzó la madrugada del domingo un ataque con más de 300 drones y misiles contra el territorio israelí en represalia por el bombardeo a su consulado en Damasco, atribuido a Israel. El estado hebreo ha prometido que va a responder, aunque de momento no ha trascendido de qué manera y cuándo lo haría.
El reclamo israelí contra Irán fue secundado por EE.UU. y sus aliados del G7 que ya preparan sanciones contra Irán por el ataque a Israel y estudian designar como grupo terrorista a la GR.
La secretaria del Tesoro de EE.UU., Janet Yellen, afirmó que Estados Unidos “no dudará” en trabajar con sus aliados para poner fin a la actividad “maligna” y “desestabilizadora” de Teherán.
El pedido de nuevas sanciones también está siendo evaluado por la Unión Europea, cuyos ministros de Asuntos Exteriores celebraron este martes una reunión extraordinaria por videoconferencia con foco en la situación de Medio Oriente.
Organización militar en la mira
La Guardia Revolucionaria es una poderosa rama de las Fuerzas Armadas de Irán fundada después de la Revolución Islámica de 1979 por el ayatolá Ruhola Jomeini y ha adquirido cada vez más relevancia para la nación persa.
Su principal función es proteger al sistema teocrático de la República Islámica, por lo que responde al ayatola Ali Jamenei y es el sostén de su régimen.
Cuenta con unos 125.000 efectivos y es tan o más poderosa que las fuerzas armadas iraníes. Tiene su propio ejército, su propia marina, su propia fuerza aérea y controla también muchos de los sistemas de lanzamiento de misiles balísticos.
La Guardia Revolucionaria también tiene la llamada Fuerza Quds, destinada a las operaciones en el extranjero, y controla a los Basij, una milicia paramilitar de voluntarios islámicos con gran influencia en la sociedad.
“La Guardia Revolucionaria ejerce influencia en otras partes de Medio Oriente al proporcionar dinero, armas, tecnología, capacitación y asesoramiento a gobiernos aliados y grupos armados a través de su brazo de operaciones en el extranjero, la Fuerza Quds”, señala la BBC.
Además, apoya al grupo chiita libanés Hezbolá y a los rebeldes hutíes de Yemen, y coordina a las milicias de voluntarios chiitas que han combatido al Estado Islámico en Siria e Iraq.
La Guardia Revolucionaria también está a cargo de los cuestionados programas de misiles balísticos de Irán, que Estados Unidos y sus aliados quieren limitar.
En Irán, la Guardia Revolucionaria es propietaria de numerosas empresas, sobre todo en los sectores de la construcción, las infraestructuras de transporte y los aeropuertos. Los expertos estiman que controlan entre el 20% y el 30% de la economía, pero es difícil cifrar este fenómeno debido a su opacidad, asegurada por numerosas ramificaciones y empresas creadas a distintos niveles, sin trazabilidad.
Grupo terrorista
Debido a su polémico accionar, varios países ya han designado a la Guardia Revolucionaria como grupo terrorista.
En el 2019, Estados Unidos incluyó a esta organización en la lista de entidades sediciosas. Fue la primera vez que una fuerza militar nacional extranjera mereció ese calificativo, que convierte a quienes negocien con ella en patrocinadores del terrorismo.
En tanto, el Gobierno de Canadá dijo en enero de este año que estaba estudiando formas de incluir a la Guardia Revolucionaria en su lista de organizaciones terroristas.
La Guardia Revolucionaria también ha sido objeto de sanciones de la Unión Europea, en especial por reprimir protestas ciudadanas y vulnerar los derechos humanos.
Roberto Heimovits
Analista internacional
- ¿Por qué Israel apunta directamente contra la Guardia Revolucionaria?
Por dos motivos. La Guardia Revolucionaria, mucho más que las fuerzas armadas regulares de Irán, es el sustento y la columna vertebral del régimen iraní, que es el enemigo mortal de Israel y busca su desaparición. O sea, sin la Guardia Revolucionaria, el régimen de Irán difícilmente podría sostenerse en el poder. La segunda razón es que la Guardia Revolucionaria es la entidad que se encarga de organizar la mayoría de ataques y atentados terroristas contra Israel. Hasta el sábado, durante años lo ha hecho por medio de terceros como Hamas o Hezbollah de Líbano, o los hutíes en Yemen.
- ¿Y cómo es que la Guardia Revolucionaria ha llegado a tener tanto poder?
En el Medio Oriente, los regímenes dictatoriales desconfían de las fuerzas armadas porque temen que les den un golpe militar y los derroquen. Y por eso siempre buscan ejércitos paralelos. Los ayatolas de Irán, cuando tomaron el poder en 1979 derrocando al Sha, crearon su Guardia Revolucionaria, o sea, un grupo armado separado del Ejército y completamente leal al régimen.
- ¿Qué tan efectivas son las sanciones diplomáticas contra una fuerza como la Guardia Revolucionara?
Me parece que no mucho. Irán, que ha sido sancionado principalmente por su programa nuclear, ha desarrollado varios canales para evadir sanciones y montar empresas con nombres y propósitos falsos en países de Europa y Asia. Además, Irán tiene buenas relaciones con China y Rusia, que le ayudan a evadir las sanciones, así que no parece que sean particularmente efectivas. El pueblo iraní sufre por las sanciones, pero la cúpula religiosa y militar no y la mejor prueba es que el programa nuclear iraní, que es la gran esperanza del régimen del ayatola Jamenei para alcanzar la hegemonía regional, sigue avanzando. Ya se calcula que tiene suficiente uranio enriquecido para su primera bomba atómica.