El ciberespacio está lleno de redes sociales, pero ninguna ha desatado tanta controversia en los últimos meses como X. Fundado en el 2006 y adquirido por Elon Musk hace dos años, el servicio de microblogging -antes conocido como Twitter- continúa siendo una de las plataformas más importantes del planeta, y de ahí las notorias discusiones que se han generado debido al rumbo que ha venido tomando.
Recordemos, en todo caso, que pese a la aparición y posicionamiento de numerosas opciones que copian el funcionamiento de X, como Threads, Bluesky o Mastodon, todavía no hay un sucesor claro de la aplicación del pájaro azul (logo que también fue eliminado con la llegada de Musk a la red), tal como consigna la agencia Efe. Y es por ello que se sigue con atención todo cuanto acontece con ella.
Ya no recordamos si alguna vez la vida en Twitter discurrió tranquila, pero sí sabemos que desde que se convirtió en X nunca más hubo paz. Tan polarizante como su dueño, Elon Musk (el hombre más rico del mundo), la actual (des)orientación de la red social está provocando que la pregunta del titular de esta columna se expanda. Dos medios de comunicación serios de Gran Bretaña y España -“The Guardian” y “La Vanguardia”, respectivamente- han decidido esta semana alejarse de X por considerarla tóxica y por dar cabida a “teorías desinformadoras y conspiranoicas”.
Sin embargo, ambos diarios no se van del todo porque si bien dejarán en suspenso sus cuentas y no van a ‘postear’ más información allí, sí seguirán a personas, autoridades e instituciones “para poder informar a sus lectores de mensajes y debates que puedan haber en esa red y ser relevantes para sus audiencias”. Con esta misma premisa, la Comisión Europea ha tomado, por ahora, la decisión contraria: se queda en X (una de las 15 redes sociales que dice utilizar) para informar y comunicar sobre su gestión a los ciudadanos.
Los expertos en redes sociales se preguntan, a su vez, si abandonar X en estos momentos de hiperinformación es una decisión inteligente. “Desgraciadamente está marcando la comunicación política del mundo y no podemos perdernos la mutación de los ecosistemas de información”, opina una de ellas, la periodista española Carmela Ríos. Mientras tanto, Musk puede estar sonriendo con un par de cifras. Este año -según datos de medios económicos- se han ido de X unos 115.000 usuarios, un número bastante bajo si lo comparamos con los 611 millones de usuarios activos cada mes.
Si usted cree que solo en Estados Unidos se percibe esta polarización en X, pues no está en lo cierto. Un estudio publicado esta semana en la revista científica “Nature Communications” señala que el “abuso político” en esta red social es un fenómeno global, generalizado y transversal presente en los otro ocho países participantes del trabajo de campo: Alemania, España, Canadá, Francia, Italia, Polonia, Reino Unido y Turquía. En todos ellos, tanto si se es de izquierda como de derecha, los excesos siguen la estructura común de aliado-enemigo.