A principios del 2020, con quince años recién cumplidos, Awa descubrió que se estaba concertando su matrimonio. Parecía difícil evitarlo; pero Awa encontró el valor para oponerse a la decisión de su padre. En su pequeño pueblo de Mali había un comité para prevenir el matrimonio infantil, y presentó su caso allí. Este órgano, formado por personas de prestigio, planteó al padre de Awa todos los argumentos contra el matrimonio infantil y logró convencerlo. Para ayudar a las jóvenes como Awa, la Unión Europea (UE) apoya este comité y muchos otros proyectos que se ocupan de este tema en todo el mundo.
Nuestro objetivo como Unión Europea es que todos y todas tengan el mismo poder para configurar la sociedad y forjar sus propias vidas. Lo hemos expresado con claridad meridiana en nuestro tercer Plan de Acción en materia de Género, adoptado el 24 de noviembre, en el que abogamos por un mundo igualitario para hombres y mujeres. En estos momentos, debido al importante revés que ha supuesto la COVID-19 para los avances en materia de igualdad, y a medida que vemos cómo las organizaciones de la sociedad civil, en especial las organizaciones de mujeres y de personas LGBTIQ, afrontan la reducción de su espacio cívico y democrático, es más importante que nunca redoblar los esfuerzos para crear un mundo igualitario.
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La historia de Awa es similar a la de muchas otras niñas en todo el mundo que toman las riendas de su vida y se enfrentan a las desigualdades de género y a la discriminación. Alzan la voz, impulsan el cambio y tienen todo el apoyo de la Unión Europea. Los derechos de la mujer son derechos humanos, y la igualdad de género es un valor esencial para la UE; un valor que debe reflejarse en la acción exterior de la UE y en el diseño de todos sus programas de desarrollo.
Gracias al apoyo de la UE, Tufahah Amin, Aziza Al-Hassi y Amine Kashrouda han creado en Bengasi una aplicación de educación en línea. Además, el año pasado se puso en marcha la Plataforma de mujeres de Gaziantep para aumentar la presencia de las mujeres en el proceso político sirio. En el marco de la iniciativa Digital2Equal, que cuenta con el apoyo para plataformas en línea de la UE, 15 000 mujeres de la India recibirán formación en técnicas de hostelería y tendrán así la oportunidad de aumentar sus ingresos.
Los retos para la igualdad de género son tan variados como los contextos en los que surgen, y exigen respuestas adaptadas a cada circunstancia, ya sea mediante foros multilaterales, por medio de diálogos con los países socios sobre las propuestas políticas de la UE o con la financiación de proyectos concretos.
Con nuestros programas de educación, nuestro objetivo es ayudar a más niñas a asistir a clase, a aprender y a pensar en sí mismas como futuras impulsoras del cambio. Tenemos la convicción de que la educación es también una de las herramientas más poderosas para acabar con el aislamiento y los abusos, porque sin autosuficiencia económica no hay posibilidad de salida. Aceptamos la idea de la seguridad humana e integramos la igualdad de género en nuestros programas de formación de las operaciones de gestión de crisis de la UE, por ejemplo en el programa EUCAP Sahel Mali para las fuerzas de seguridad interior (Misión de la UE de desarrollo de capacidades).
Durante la pandemia de coronavirus la violencia de género ha aumentado de forma notable, y la UE se ha asociado con las Naciones Unidas para ofrecer refugios y líneas de ayuda y prestar apoyo vital a las organizaciones de base de mujeres. Las medidas que tienen en cuenta las consideraciones de género y de edad y la mitigación de los riesgos de la violencia de género forman parte de la respuesta general a la COVID-19 de nuestro Equipo Europa.
Sin embargo, más allá de la acción inmediata, debemos seguir siendo conscientes de los retos a los que se enfrentan las mujeres en un mercado laboral en retroceso y en una economía mundial variable. Eso sí, los retos también traen consigo oportunidades; celebramos que las mujeres y las niñas participen cada vez más en la configuración de las transformaciones mundiales, con las nuevas generaciones movilizadas en corrientes sociales en favor de una transición ecológica y equitativa, de la igualdad de derechos para todos y todas, de la democracia y de unas sociedades pacíficas e inclusivas. Un cambio positivo es posible, y la recuperación tras la COVID-19 debe ser una oportunidad para abordar las desigualdades estructurales y construir sociedades más inclusivas. Es fundamental destacar el papel de las mujeres en las futuras transiciones ecológica y digital.
El cambio sigue siendo necesario. Este año se cumplen 25 años de la adopción de la Declaración de Pekín sobre los derechos de la mujer y 20 años de la adopción de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre las mujeres, la paz y la seguridad. Aunque desde entonces se han logrado avances, no hay un solo país en el mundo que esté en vías de lograr la igualdad de género de aquí al 2030, ni siquiera en Europa, como ha puesto de manifiesto la reciente actualización del índice de igualdad de género del Instituto Europeo de la Igualdad de Género. Hay todavía demasiadas mujeres que no tienen acceso ni a los recursos, ni a los servicios sociales esenciales ni a un reparto igualitario del poder. Por tanto, el llamamiento a actuar con mayor contundencia es apremiante.
El Plan de Acción de la UE en materia de género no es un ejercicio teórico: se trata de una llamada a la acción, con medidas concretas. Queremos empoderar a más mujeres y niñas, en toda su diversidad, para que sean protagonistas y líderes en los ámbitos económico, político y medioambiental. Queremos seguir integrando a las mujeres, la paz y la seguridad en el programa general de la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer. Queremos promover la salud y los derechos sexuales y reproductivos y predicar con el ejemplo, haciendo del liderazgo con perspectiva de género la norma en las instituciones de la UE.
Estamos convencidos de que la igualdad de género merece ocupar un lugar central en las políticas europeas. No solo porque un mundo igualitario, justo e inclusivo implica un mundo más próspero y seguro para todos y todas, sino porque consideramos que la igualdad de género es un objetivo por derecho propio y una misión para Europa, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.
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