Las ‘midterms’ todavía no terminan. En Georgia, Nevada y Arizona todavía pelean demócratas y republicanos por los escaños faltantes del Senado, sobre todo, y la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Sin embargo, algo quedó claro sobre las preferencias políticas: la esperada marea roja no fue tal.
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Según “El Español”, las proyecciones indican que Nevada se irá para los republicanos, mientras que Arizona sería demócrata. En Georgia será necesaria una segunda vuelta el 6 de diciembre. Esto significa que habría que esperar hasta tal fecha para saber si el Partido Republicano consigue la mayoría de la Cámara Alta, lo cual de no consumarse sería un golpe a sus aspiraciones por quitarle el control al presidente Joe Biden.
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“Hay que esperar a los resultados, pero si se da ese escenario, sería una muy buena noticia para Biden -dice el internacionalista Francisco Belaúnde-. Parece que los demócratas retendrán el control del Senado y que, por una mayoría más estrecha de la que se esperaba, la Cámara de Representantes quedará en manos de los republicanos”.
Si las encuestas daban como vencedor arrollador al Partido Republicano, ¿cómo se explican estos resultados más ajustados? Una forma es recordando que los demócratas sacaron la artillería pesada: el fin de semana, Barack Obama y el mismo Joe Biden se dieron cita en muchos estados con peleas reñidas, como Pensilvania, que -por poner un ejemplo- eligió al demócrata John Fetterman como senador por sobre el republicano Mehmet Oz.
El aborto también habría tenido un papel central.
Luego de que el Tribunal Supremo de Estados Unidos dejara sin piso la sentencia Roe vs. Wade -que protegía la legalidad del aborto en el país-, los demócratas volvieron a izar la bandera ‘pro-choice’ para jalar votos. “Hay quienes dicen que se logró movilizar a los jóvenes -agrega Belaúnde-. Pero no fue lo único: la lucha por la democracia también habría jugado un papel importante para animar a los demócratas”.
Pero no solo habrían sido demócratas. “Hay muchos que votan por el mal menor. Recuerda que Biden no es un presidente popular, pero ante la perspectiva de un triunfo arrasador de personas ligadas a Trump, otras personas no necesariamente ligadas al partido también se movilizaron”.
Al cierre de nota, en cuatro Estados (Kentucky, Michigan, Vermont y California) se declaró el aborto como derecho constitucional.
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¿Un golpe para Trump?
“El único presidente de la historia reciente que no sufrió un golpe en las elecciones de medio término fue George W. Bush -anota el analista Norberto Barreto-. Pero eso pasó porque la votación se sucedió poco después del 9/11 y hubo un gran sentimiento patriótico”.
En cambio, agrega, Bill Clinton, Barack Obama y Donald Trump sufrieron reveses en las ‘midterms’. “Por eso se esperaba que, con la inflación y la poca aprobación de Biden, los republicanos arrasaran. Sin embargo, no supieron navegar sobre la ola roja”.
Para el especialista, una de las razones que explica el resultado ha sido la misma presencia de Trump. “Su poder está directamente relacionado a la idea de que es imprescindible para movilizar a los votantes republicanos. Esta elección demostraría que es cierto que Trump solo atrae a los trumpistas y que se le complica conseguir un apoyo plural dentro del partido”.
Los resultados parciales ya afectan la imagen de Trump y, propone Barreto, quizás se empiece a “desinflar”. Porque, finalmente, el exmandatario tiene una mirada muy particular para entender los resultados: “Si los republicanos ganan el mérito es mío, si pierden no es mi culpa”, declaró a la cadena News Nation.
Barreto también cuestiona las encuestas, que daban como claro ganador al Partido Republicano. Para él, hay ciertas posturas que, por su naturaleza polémica, se esconden de los sondeos. “¿Cuántas personas habrán aceptado que irían a votar porque estaban molestos por la situación del aborto en el país? Es un tema muy delicado y, claro, habrá que ver cuánto realmente ese tema afectó en las proyecciones y los resultados finales”.
En todo caso, si los republicanos ganan por la mínima diferencia, el golpe contra los demócratas y Joe Biden sería menos duro. Así opina Belaúnde, quien comenta sobre la gobernabilidad: “Siempre habrá espacio para el juego político porque no todos los senadores republicanos siguen la línea de Trump. Creo que es posible que se den votaciones conjuntas”.
Lo que queda claro, sostiene Barreto, es que el gran perjudicado es Trump. “Él esperaba una gran victoria, se la iba a adjudicar bajo la idea de que solo él salvará a Estados Unidos. Pero no se dio. Entonces, valdría preguntarse: ¿cuánto tiempo más podrá utilizar el argumento del fraude y le creerán?”.