El accidente registrado en la ciudad de Calabasas, al noroeste de Los Ángeles, que provocó la muerte de la exestrella de la NBA, Kobe Bryant, su hija Gianna de 13 años y otras siete personas que volaban a bordo del helicóptero del deportista ha provocado múltiples expresiones de lamento y solidaridad con las familias de las víctimas.
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Los testigos del siniestro indican que el helicóptero modelo Sikorsky S-76 se precipitó sobre una colina tras una hora de vuelo en condiciones de intensa niebla. Tras el impacto la nave se vio envuelta en llamas.
Toda esta situación ha llevado a que más de uno cuestione la seguridad que hay en los vuelos en helicóptero.
Basándonos en las estadísticas que periódicamente publica la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) señalan que el promedio de accidentes en vehículos aéreos -incluyendo a aviones, helicópteros, dirigibles y globos aerostáticos- es de 0,84% por cada 100 mil horas de vuelo.
Este promedio, sin embargo, aumenta hasta 1,02% por cada 100 mil horas de vuelo en el caso de helicópteros. Eso quiere decir que este tipo de nave es un 20% más peligroso que el resto de vehículos aéreos, según los datos.
En el caso de los vuelos comerciales en aviones, la seguridad aeronáutica designa como "Q" al riesgo de morir en un vuelo aleatorio. Según el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), la probabilidad de que esto suceda es de 1 entre 60 millones de vuelos.
La organización Mundial National Safety Council, por otro lado, señala que la probabilidad real es de 1 entre 7.229 vuelos comerciales.
Según datos recogidos por la Fundación Internacional de Seguridad de Helicópteros (IHSF, por sus siglas en inglés) entre el 2013 y el 2017 se registraron 1.488 accidentes en helicóptero en EE.UU., la Unión Europea, Canadá, México, la India, Brasil, Rusia y Nueva Zelanda; 299 de ellos fueron letales.
Sin embargo, la tendencia en las estadísticas muestran una notable reducción en los accidentes durante los últimos años. Mientras que en el 2013 se registraron 354 accidentes, donde 78 de ellos fueron letales; para el 2017 la cifra bajó a 239 y 44 respectivamente.
Además, se debe tomar en cuenta que los helicópteros son utilizados en muchas ocasiones para realizar labores de rescate o de emergencia, por lo que las situaciones de riesgo son mucho más altas que para los aviones que cumplen con vuelos comerciales.
Considerando esto, más bien, uno esperaría que la tasa de accidentes en este medio de transporte fuese aún mayor.
Datos de la FAA indican que antes del 2006, la tasa de accidentes de helicópteros civiles en el mundo era de 2,5% anual. “Desde el 2006, la flota mundial de helicópteros civiles ha crecido en un 30%, pero el número de accidentes ha disminuido en regiones clave del mundo entre un 30% y 50%”, según la agencia federal estadounidense.
“En las operaciones de helicópteros en alta mar en apoyo de la industria del petróleo y el gas, la tasa de accidentes fatales es de aproximadamente uno por cada 250,000 horas”, explicó al diario británico The Telegraph el jefe de seguridad de vuelo en la British Airline Pilots Association, Rob Hunter.
Otras razones por las que los helicópteros resultan ligeramente más letales que los aviones responden a que tienen más piezas móviles, pueden resultar más difíciles de manejar que los aviones para los principiantes, vuelan a menor altura y realizan más aterrizajes y despegues que un avión comercial.
Sobre este último punto cabe resaltar que la mayoría de accidentes aéreos suceden en esos dos momentos del viaje.