El papa emérito Benedicto XVI, de 95 años de edad, se encuentra en un estado de salud muy delicado.
Joseph Aloisius Ratzinger, quien fue el Sumo Pontífice de la Iglesia católica desde el año 2005 hasta el 2013, hizo pública una carta el pasado 8 de febrero de 2022, en la cual confesó que se encuentra listo para el día en el que la muerte toque la puerta de su casa.
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“Pronto me enfrentaré al juez definitivo de mi vida”, mencionó en dicha postal, en la cual también se defiende de las acusaciones en su contra debido a un supuesto mal manejo de abusos cometidos dentro de la Iglesia mientras fue arzobispo de Múnich, Alemania, entre 1977 y 1982.
“Aunque pueda tener muchos motivos de temor y miedo al mirar hacia atrás en mi larga vida, me alegro, porque creo firmemente que el Señor no sólo es el juez justo, sino también el amigo y el hermano que ya ha sufrido Él mismo mis defectos y es, por tanto, como juez, también mi abogado -agregó Benedicto XVI-. En vista de la hora del juicio, se hace evidente para mí la gracia de ser cristiano. Ser cristiano me da conocimiento y, más aún, amistad con el juez de mi vida y me permite atravesar con confianza la oscura puerta de la muerte”.
Recientemente, el delicado estado de salud del antiguo Sumo Pontífice de origen alemán se hizo noticia a nivel mundial; esto debido, principalmente, a que el papa Francisco pidió a todos los creyentes del mundo que oraran por él y su recuperación.
“Quisiera pedir a todos una oración especial por el papa emérito Benedicto XVI, que en silencio sostiene a la Iglesia”, dijo el actual Papa.
Benedicto XVI sorprendió al mundo entero cuando, el 11 de febrero de 2013, el Vaticano anunció que el entonces papa decidió renunciar de forma voluntaria a su puesto como máxima autoridad de la Iglesia católica a sus entonces 85 años, convirtiéndose así en el segundo Sumo Pontífice en retirarse bajo estas condiciones. El único precedente registrado es el de Celestino V, quien renunció en el año 1294.
La salida de su cargo se hizo oficial el 28 de febrero de 2013, día en el que se trasladó a vivir al Castel Gandolfo mientras el puesto de papa estuvo vacante.
Ya con la llegada del arzobispo de Buenos Aires, José Mario Bergoglio, como nueva cabeza de la Iglesia, Benedicto XVI se mudó al antiguo Monasterio Mater Ecclesiae, en los jardines del Vaticano, junto a su secretario Georg Gänswein. Desde entonces se ha dedicado a la oración, la lectura y el retiro espiritual.