Milagros Asto Sánchez

El rey Felipe VI asumió el trono hace exactamente 10 años con la misión de restaurar la imagen de la monarquía española. El contexto era retador en el mundo político, económico y social, pero tal vez más en el familiar. Su padre, Juan Carlos I, había tirado la toalla antes de tiempo, envuelto en escándalos públicos y privados que desencadenaron en su abdicación y posterior destierro. “Una corona íntegra, honesta y transparente” y “una monarquía renovada para un tiempo nuevo” fue lo que prometió el nuevo monarca en su discurso de proclamación el 19 de junio del 2014.

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