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Pedro Sánchez marca distancia con allegados implicados en corrupción: ¿será suficiente para salvar al gobierno español? Dos expertos opinan
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Pedro Sánchez se presentó este 9 de julio en el último pleno extraordinario del Parlamento de España en medio de las graves acusaciones de corrupción que han salpicado a su partido. Como respuesta a las críticas de la oposición, el mandatario anunció un plan anticorrupción, a la vez que tomó distancia de los hombres de su entorno implicados en el caso.
Situación compleja
En su comparecencia ante el Poder Legislativo, Sánchez señaló haberse “planteado la dimisión”, pero añadió que finalmente decidió continuar en el cargo indicando que fueron sus correligionarios y aliados políticos quienes lo convencieron.
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“No voy a tirar la toalla”, afirmó frente al Parlamento el líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
“Aspiro a recuperar la confianza de los grupos parlamentarios que apoyaron mi investidura, y les digo que yo voy a estar a la altura y cumpliré con los compromisos que tengo con ellos”, añadió.
Durante su discurso el jefe de gobierno español anunció la creación de un plan de lucha contra la corrupción que se llevaría a cabo con ayuda de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) como respuesta al Caso Koldo, que ha puesto contra las cuerdas a su gestión.
También llamado Caso Ábalos, es una trama de corrupción que involucra a tres personajes del entorno más cercano de Pedro Sánchez y parte de la cúpula del PSOE: José Luis Ábalos, Koldo García Izaguirre y Santos Cerdán. El primero de ellos fue ministro de Transportes entre 2020 y 2021, mientras que el segundo era asesor y hombre de confianza de Ábalos, además de haber trabajado directamente con Sánchez. Cerdán era hasta hace poco secretario de organización del PSOE.
El trío y otras diez personas son investigados por la adjudicación irregular de contratos públicos. Las pesquisas indican que se habrían realizado pagos por un valor de 620.000 euros a cambio de acuerdos comerciales con el Estado español.
La investigación también abarca el uso de fondos públicos en fiestas con prostitutas. Mensajes y audios de los implicados han sido usado como evidencia en el caso.

Entre las medidas que incluye el plan del presidente se encuentra la creación de una agencia de “integridad pública” que gestione independientemente las medidas contra la corrupción.
Otros puntos clave del proyecto de Sánchez son el uso de inteligencia artificial para la detección de actividad sospechosa, controles patrimoniales a funcionarios y realización de auditorías a las agrupaciones políticas.
“Vengo a proponer medidas para que algo así no vuelva a suceder. Asumir la responsabilidad es pedir perdón”, afirmó Sánchez, al tiempo que insistía en que no estaba enterado de las actividades sospechosas de sus subordinados.
Respuestas de los adversarios
Pese al anuncio de Sánchez, la oposición se ha mostrado sumamente crítica con el líder socialista, postura que mantiene desde el estallido del escándalo.
“No hay maquillaje que tape que usted es un político destruido montando numeritos de cordero degollado. Usted está como está porque ha resultado ser un fraude y lo que le está matando ahora ya lo sabe todo el mundo”, fue la respuesta de Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular (PP), en el Parlamento.
Feijóo fustigó al presidente por los nexos de sus allegados con la prostitución y lo acusó de ser consciente de dicha situación y “entronizarlos” a pesar de ello.
“El único plan añadido que vale es su dimisión y su puesta a disposición judicial”, declaró por su parte Santiago Abascal, cabeza del partido Vox.
Un panorama difícil
Pedro Sánchez llegó a la presidencia en el 2018 tras la moción de censura que obligó a Mariano Rajoy (PP) a abandonar el gobierno tras el Caso Gürtel y otras denuncias de corrupción. Fue el único procedimiento parlamentario de este tipo en ser aprobado desde el retorno a la democracia en España y el líder del PSOE fue su principal impulsor.
La gravedad de las actuales denuncias contra el entorno del mandatario socialista lo colocan a puertas de un escenario similar, con las agrupaciones de oposición pidiendo su renuncia y reclamando abiertamente una moción de censura contra él.

En diálogo con El Comercio, el analista internacional Enrique Banús explica que el contexto de Sánchez puede presentar diferencias o similitudes con el de Rajoy, pero tiene otros agravantes.
“Me parece un caso muy grave, quizá incluso más que aquel (el de Rajoy) porque al asunto de la corrupción se ha aunado la llamada telefónica filtrada con un tema de la prostitución”, comenta el docente y jefe de gestión cultural de la Universidad de Piura (Udep).
Este último detalle es importante no solo por la implicación del uso de fondos públicos, sino porque afecta la legitimidad del discurso del PSOE, que en más de una ocasión ha planteado prohibir la prostitución en el territorio español.

Los adversarios políticos de Sánchez no han pasado por alto este detalle y Alberto Núñez Feijóo cargó contra el presidente acusándolo adicionalmente de haber sido “partícipe lucrativo del abominable negocio de la prostitución”.
El líder del PP hacía referencia a informaciones que indican que los saunas que eran propiedad del suegro de Sánchez habrían funcionado como prostíbulos.
“Para un partido que prometió un apoyo fuerte al feminismo es un tema bastante serio, porque el caso tiene un personaje (Santos Cerdán) que ha sido el número tres del partido, una persona de plena confianza de Pedro Sánchez”, apunta Banús.
Jorge Antonio Chávez, especialista en relaciones internacionales, indica que el contexto actual de Sánchez es complicado y sirve para confirmar preocupaciones previas en torno a la política española.
“Este escándalo de corrupción pone a Sánchez en una situación bastante débil y él mismo la ha comparado con la crisis del COVID-19 o con lo que sucedió durante la crisis del volcán de La Palma, diciendo que va a superarlo”, precisa.
“Lo que da cuenta de la gravedad de esta situación es que un informe reciente de la Unión Europea había planteado cuestionamientos con respecto a la situación de España en materia de corrupción, contratación pública y financiamiento de partidos”, agrega Chávez.
¿Alianzas en discusión?
Los aliados que integran la coalición de gobierno junto al PSOE por ahora no se han mostrado excesivamente críticos y se han limitado a pedir que se implementen nuevas medidas anticorrupción como las que anunció Sánchez.
Independientemente de ello, la composición del gobierno podría llevar a que en el futuro aparezcan señales de división.
“El PSOE no fue el partido que obtuvo la primera mayoría y tuvo que formar un programa de gobierno con Sumar, que es una agrupación más a la izquierda, además de hacer una suerte de alianza con partidos nacionalistas tanto catalanes como vascos”, describe Jorge Chávez.
A juicio de Enrique Banús, dentro del mismo PSOE la disidencia no sería un problema debido a que Pedro Sánchez sigue teniendo un entorno sumamente leal ahí; no obstante, las fisuras podrían llegar desde otros grupos de corte más local.
“La clave no va a estar tanto en los aliados directos de Sánchez —porque para ellos cualquier alternativa es peor— sino en los partidos regionalistas, que apoyan un gobierno del PSOE porque siempre va a ser más favorable a la descentralización y a transferir competencias a las autonomías que un gobierno de derecha o centro-derecha”, explica el académico de la Udep.
“Pero están empezando a alzarse algunas voces en algunos partidos catalanes y también en los vascos, en los sectores más moderados de los nacionalismos, que muestran su enojo por estos temas. Creo que es más probable que el resquebrajamiento llegue por ahí antes que por los partidos de la izquierda en coalición con Sánchez”, sostiene.
El escenario actual podría ser propicio para una moción de censura, teniendo en cuenta que la coalición de gobierno solo tiene mayoría simple en el del Congreso de los Diputados, ya que en el Senado la oposición tiene la mayoría absoluta. Sin embargo, los adversarios del PSOE solo se inclinarían por la medida si es que llegara a ser una apuesta segura.
“Si la oposición ve que la moción de censura puede progresar irán adelante. Creo que no solo la venganza y la revancha pueden jugar un papel, sino también ver que esto es una situación terminal. Lo que puede salvar a Sánchez es un verano muy caluroso, en el que la ciudadanía se desconecta (de la coyuntura) y al ser Sánchez un experto en supervivencia política esto jugaría a su favor”, argumenta Banús.
Pese al ambiente enrarecido, la cabeza del PSOE por ahora se mandentría firme como gran rostro de la izquierda española y esto se debería en parte a la ausencia de figuras de sucesión y perfiles prometedores en ese espectro político.
“Las figuras nuevas más convincentes son líderes regionales que tienen mucho menos presencia pública y controlan mucho menos los mecanismos de Madrid y su maquinaria de gobierno, de la que hay que conocer todos los vericuetos”, menciona Banús.
Futuro inmediato
Jorge Antonio Chávez considera que la presentación del plan anticorrupción de Pedro Sánchez es su forma de asumir superficialmente la responsabilidad política del Caso Koldo, pero ofrece poco más que eso al no dar muestras de querer adelantar las elecciones o poner su cargo a disposición.
“Se plantean dos escenarios: uno es que el mismo Pedro Sánchez presente una moción de confianza y la idea sería conseguir un voto que renueve su mandato políticamente, pero el propio Sánchez ha descartado esta posibilidad. El segundo escenario sería que haya una moción presentada por los partidos de la oposición, que son Vox y el PP, pero entre ambos tienen 170 votos y necesitarían 176”, precisa Chávez.
El internacionalista sostiene que los opositores necesitarían los votos de Juntos por Cataluña o el Partido Nacionalista Vasco, pero este escenario no sería tan deseable para esas agrupaciones. “Hay indignación en la coalición de Sánchez, aunque ellos entienden que poner la presidencia del gobierno español en manos de la derecha sería un problema para sus propias agendas”, matiza Jorge Chávez.
En opinión de los especialistas consultados el futuro del gobierno español es todavía incierto, pero las elecciones generales de España, programadas para el 2027, podrían adelantarse por intereses internos desde el oficialismo y la oposición.
Para Enrique Banús el miedo al “voto de castigo al gobierno nacional en las elecciones regionales” puede generar presión al interior de la coalición del Gobierno, mientras que para Chávez la derecha pugnaría por adelantar unos comicios que “entiende que probablemente podrían ganar”.










