La Paz [EFE]. Evo Morales insiste en que fue derrocado por un golpe de Estado por intereses como los de Estados Unidos por el litio, mientras que en Bolivia no consta que este país pujara con otros como China y Alemania por el codiciado “oro blanco”.
Morales aseguró el pasado lunes en Buenos Aires que se vio forzado a renunciar al poder por un “golpe al litio” y culpó directamente a Estados Unidos.
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“Como Estados Unidos quedó fuera, ahí empezó el problema”, denunció sobre la exclusión de este país de proyectos para industrializar este mineral en Bolivia, en favor de empresas de China y de Alemania.
EMPRESAS DE ALEMANIA Y CHINA
Sin embargo, las licitaciones para industrializar este valioso mineral, de múltiples aplicaciones en tecnología, no incluyeron empresas estadounidenses interesadas.
La alemana ACI Systems se impuso ante cinco sociedades de China, una de Rusia y otra de Canadá, por una fabrica de baterías, aunque luego su acuerdo con una empresa estatal de Bolivia fue anulado.
Mientras que la china Xinjiang Tbea Group fue elegida frente a empresas de su país, España y Alemania, para una planta de carbonato de litio.
En una licitación previa, que fue anulada, de 26 compañías interesadas solo dos eran de Estados Unidos, una de ellas en alianza con una sociedad de Bolivia.
Rusia, India o Turquía fueron citados por Morales como países también interesados por la mayor reserva mundial del litio que atesora Bolivia, sin que Estados Unidos fueran nombrado hasta después de anunciar su renuncia denunciando un golpe de Estado.
UN CONFLICTO INTERNO Y ANTERIOR
La región boliviana de Potosí es poseedora de las reservas del “oro blanco” certificadas como las más grandes del mundo.
Y ya estaba dividida mucho antes de las elecciones fallidas del 20 de octubre, por la forma en que Evo Morales gestionaba la explotación de este codiciado mineral.
El fantasma del expolio en una de las regiones más pobres del país se remonta incluso a la colonia española, que explotó la mayor mina de plata del mundo mientras los potosinos veían cómo su riqueza salía a otros países.
LOS RECLAMOS CONSTANTES DE POTOSÍ
Las desavenencias entre Potosí y el Gobierno central se recrudecieron en la última década, como continuación de la llamada deuda histórica que dejó postergada a la que fue considerada una de las regiones más ricas del mundo en tiempos de la colonia gracias a la plata.
La primera protesta de la historia reciente de Potosí por la atención del poder central fue en 2010, encabezada por el Comité Cívico Potosinista (Comcipo), con una huelga regional de 19 días en demanda de industrias e infraestructuras.
A partir de ese episodio “el pueblo potosino ha empezado a separarse” de Evo Morales, dijo a Efe el vicepresidente de Comcipo, Juan Carlos Manuel.
En 2015, una nueva protesta recordó las promesas incumplidas, con otra huelga, de 27 días, una marcha hasta La Paz y varias jornadas de reclamos en la sede de Gobierno de Bolivia.
Pero el Gobierno hace "la burla" a Potosí y "no firma ningún compromiso", rememoró Manuel.
POTOSÍ OBSERVA EL PROYECTO DEL LITIO
El elemento que activa nuevas protestas cívicas contra Morales fue el “giro a la propuesta inicial” para industrializar el litio, aseguró a Efe Pablo Poveda, economista del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA).
Ese cambio se concretó en una sociedad mixta a finales del año pasado entre la estatal Yacimientos del Litio Bolivianos (YLB) y la alemana ACI Systems, para la explotación de hidróxido de litio en el salar potosino de Uyuni.
Bajo el manto blanco del inmenso salar están unos 21 millones de toneladas de litio, el mayor tesoro de este mineral en el planeta ya comprobado, según un informe de la empresa estadounidense SRK, pues otro yacimiento que podría ser muchísimo mayor en México, de 243 millones, está aún en fase de estimación.
El acuerdo “entregaba a la producción de hidróxido de litio a la empresa alemana por setenta años” y establecía una regalía “muy baja” para Potosí, un beneficio del 3 por ciento del valor bruto de producción, manifestó el especialista.
Poveda indicó que la firma alemana tenía la potestad de producir, crear la tecnología y comercializar la materia prima, aun cuando el proyecto inicial hablaba de que el Estado boliviano se encargaría de la explotación hasta la fabricación de baterías de litio con su propio personal y tecnología.
La inversión de que se habló alcanzaba los 900 millones de dólares, en un plazo de unos tres años para que la empresa mixta comenzara la producción de baterías para el gran mercado de los autos eléctricos en el que compiten Asia, América y Europa.
El comité cívico reactivó sus protestas para anunciar el 7 de octubre pasado, dos semanas antes de los comicios, una huelga general indefinida pidiendo la anulación del decreto que autorizó la sociedad mixta.
EL LITIO Y LAS PROTESTAS CONTRA MORALES
Ya antes de las elecciones, el reclamo por el litio comenzó a simpatizar con posiciones que se oponían a la reelección de Morales.
“El Gobierno calculó mal”, manifestó el dirigente cívico, al reconocer que tras los comicios los reclamos por el litio y contra un supuesto fraude en las elecciones se juntaron en Potosí.
Esa es la razón por la que la movilización potosina no se detuvo a pesar de que Morales anuló el 3 de noviembre el acuerdo con la empresa alemana, explicó.
El aún presidente anunció días después, el 10 de noviembre, su renuncia al poder, denunciando un golpe de Estado para derrocarlo.
Acto seguido comenzaron los reportes sobre la mano de Estados Unidos detrás de ese golpe para acabar con uno de sus enemigos políticos en América, que cada vez cerraba más negocios con su competidor China.
La empresa china Xinjiang Tbea Group fue la siguiente tras la alemana en cerrar un acuerdo con Bolivia, en agosto de este año por unos mil millones de dólares para una planta de carbonato de litio, aunque en pequeños salares, Coipasa y Pastos Grandes, y en otra región, Oruro.
Para Poveda, la teoría de la Administración de Donald Trump detrás de un golpe a Morales viene de quienes "simpatizan" con gobiernos progresistas y fue instalada por la "propaganda" y el "invento" del entonces mandatario de que toda culpa es de Estados Unidos.
Por su parte, el expresidente de la Cámara de Diputados de Bolivia Víctor Borda, oriundo de Potosí y parte del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales, prefirió mantenerse "al margen" de la tesis del golpe de Estado por el litio.
En declaraciones a Efe, quiso ceñirse a aspectos “objetivos”, como que a su juicio los cívicos distorsionaron el acuerdo del litio con la empresa alemana para tener un nuevo argumento en su oposición a Morales, en un conflicto que venía de atrás.
Fuente: EFE