La tensión política entre dos poderosos exaliados de izquierda va en aumento en Bolivia. Desde el martes, el expresidente Evo Morales lidera una marcha de siete días, desde Oruro hasta La Paz, para desafiar al presidente Luis Arce, quien ha señalado que en realidad se trata de un intento de golpe de Estado. En el centro de esta disputa está la candidatura por el gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS) para las elecciones de agosto del 2025. Ambos tratan de imponerse en una formación que se ha dividido entre “evistas” y “arcistas”.
Morales y Arce están peleados desde finales del 2021 por diferencias en la gestión del Estado. Luego la disputa por la dirección del MAS terminó por acentuar la división y la relación se tornó irreconciliable.
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Ahora Evo Morales, quien gobernó el país del 2006 al 2019, encabeza la llamada “Marcha para salvar a Bolivia”, junto a numerosos mineros, campesinos, obreros e indígenas afines a su causa política.
El domingo por la noche, Arce pronunció un discurso televisado donde criticó a Morales y lo acusó de intentar sabotear su administración y socavar la democracia en Bolivia.
“No permitiré que pongas en riesgo la vida de nuestro pueblo y actuaré de acuerdo a lo que manda nuestra Constitución. Aquí estoy, Evo, no me escaparé. Si quieres solucionar un problema que tienes conmigo porque no acepté ser tu títere, ven tú aquí, te espero”, dijo Arce.
Morales respondió al presidente. Manifestó que la marcha “no es para favorecer a una persona, como falsamente dice Luis Arce, es la respuesta de un pueblo cansado de un gobierno inconsciente, que ha mantenido un silencio absoluto frente a la crisis, la corrupción y la destrucción de la estabilidad que alcanzamos”.
¿Qué hay detrás de esta disputa?
¿Hay un intento de golpe de Estado?
El martes, al inicio de la marcha de 189 kilómetros, los seguidores de Morales dijeron que la medida era para reclamar por problemas como la escasez de dólares y combustible, y el encarecimiento de algunos productos básicos.
“Cuatro años hemos aguantado y resistido a Luis Arce (...) Ahora estamos en Caracollo para empezar la marcha nacional para salvar Bolivia a la cabeza de nuestro comandante Evo”, dijo el dirigente campesino Ponciano Santos, citado por la agencia EFE.
Santos acusó a Arce de ser un “traidor”, “dictador” y también un “títere del imperio”, y le advirtió con iniciar un bloqueo de carreteras nacional a fin de mes si en los siete días que tomará la caminata hasta La Paz no les convocan a dialogar sobre sus demandas.
Para el Gobierno, está claro que el objetivo principal de Morales con la marcha es defender e imponer su candidatura presidencial, con un bloqueo de caminos que finalice en un “golpe de Estado” contra el presidente Arce.
El periodista boliviano Rafael Archondo le dijo a El Comercio que es exagerado decir que hay un intento de golpe de Estado en Bolivia.
“Lo que hay es un intento de parte de Evo Morales por debilitar de forma completa y definitiva a la tendencia de Luis Arce dentro del partido de gobierno. Me parece que pasar a calificar esto como un intento de derrocamiento es muy aventurado. No tendría esas características porque efectivamente se trata sólo de una marcha”, explicó Archondo.
“Al principio se habló de un bloqueo de caminos y de una huelga de hambre, pero en realidad solamente fueron advertencias... Con la marcha se pretende colocar a Evo Morales en el centro de la atención y tiene que ver estrictamente con la división interna del MAS. Más que salvar a Bolivia, lo que está en juego es la sigla del Movimiento Al Socialismo, su personería jurídica, la titularidad del partido en manos de Evo Morales o de Luis Arce y una lucha de Morales por habilitarse como candidato”, manifestó Archondo.
La candidatura de Evo Morales
Evo Morales pretende participar en las elecciones presidenciales de agosto del 2025 como candidato del MAS. Luis Arce también ha manifestado que tiene la intención de ir por la reelección por la misma formación.
El Movimiento Al Socialismo fue fundado el 23 de julio de 1997. Gobierna Bolivia desde enero del 2006, tras el primer triunfo electoral de Evo Morales.
Su última victoria electoral se dio en octubre del 2020, con Luis Arce, quien fue ministro de Economía de Morales y su aliado.
Hoy la presidencia del MAS se la disputan Evo Morales y Grover García, de la facción “arcista”.
No se ha definido quién irá como candidato del MAS para las elecciones del 2025.
Además, hay sectores políticos de Bolivia que interpretan que la Constitución prohíbe a Evo Morales volver a ser candidato.
El artículo 168 de la Carta Magna boliviana dice: “El periodo de mandato de la Presidenta o del Presidente y de la Vicepresidenta o del Vicepresidente del Estado es de cinco años, y pueden ser reelectas o reelectos por una sola vez de manera continua”.
Entonces, los detractores de Evo alegan que ese artículo le cierra la puerta a cualquier candidatura porque ya fue reelecto. Mientras que quienes lo apoyan sostienen que solo se aplica a quien está en el poder.
“Hay una controversia constitucional sobre si la Constitución permite o no una reelección discontinua, que es lo que está en debate a partir del artículo 168... Esta confusión es un factor que alimenta este conflicto″, sostuvo Archondo.
¿Cómo se resolverá esta controversia? Archondo hizo notar que en diciembre habrá en Bolivia elecciones judiciales, donde serán renovados los más altos tribunales por votación popular.
El 1 de diciembre, con un año de retraso, los bolivianos irán a las urnas para elegir a 26 magistrados del Poder Judicial: los que dirigen el Consejo de la Magistratura, el Tribunal Constitucional Plurinacional, el Tribunal Supremo de Justicia y el Tribunal Agroambiental.
Los candidatos son propuestos por el Parlamento, donde el MAS es mayoría, pero no tiene los dos tercios que le permitiría imponer a sus representantes, por lo que las listas ahora podrían ser plurales.
“Esos magistrados que sean electos el 1 de diciembre van a terminar dirimiendo esta controversia, porque el Tribunal Constitucional eventualmente puede fallar o puede interpretar de una manera o de otra el artículo 168 de la Constitución”, dijo Archondo.
“También existen otras instancias. El Tribunal Supremo Electoral podría aceptar o no la inscripción de Evo Morales como candidato, respaldándose en la Constitución”, agregó.
¿Qué puede pasar con el MAS?
Actualmente, la disputa por la titularidad de la dirigencia del MAS está judicializada.
“Desde hace más de un año, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) ha rechazado de manera permanente las convocatorias a congresos del partido que han sido emitidas tanto por el grupo de Evo Morales como por el grupo de Luis Arce. El TSE, ha rechazado esos congresos porque no cuentan con todos los requisitos, siempre les falta algo. Por ejemplo, al grupo de Arce siempre le falta la firma del jefe del partido, que es Evo Morales. Pero también a Morales le faltan las firmas de los representantes de las organizaciones sindicales campesinas, que son una especie de gobierno bicéfalo dentro del partido y que están del lado de Arce”, dijo Archondo.
El periodista manifestó que si se da una tercera sanción al MAS por no cumplir con el requisito de tener todas las firmas, el TSE puede retirarle la sigla a los dos grupos enfrentados.
“Es decir, puede pasar que el MAS deje de existir como institución jurídica en Bolivia y que, por lo tanto, los dos grupos deban buscar en el mercado de siglas un vehículo que los habilite a participar electoralmente. Sería la primera vez desde 1997 que el MAS no estaría en la papeleta electoral”, anotó.
¿Qué pasa con la derecha?
¿La división en la izquierda boliviana puede terminar apuntalando una candidatura fuerte en la derecha con posibilidades de ganar las elecciones del 2025?
Archondo dijo que la respuesta es no. “En realidad hay como 20 candidatos de ese segmento de la población, que está sobre todo aceptado en las zonas urbanas. Probablemente la derecha podría ganar una elección cómodamente si se presenta de forma solvente con un candidato que consiga articular todos los respaldos. Pero hay una fractura muy fuerte. Generalmente Santa Cruz prefiere presentar un candidato propio, como sucedió en la anterior elección con Luis Fernando Camacho, y el resto de la oposición suele agruparse en torno a otro candidato que más bien proviene del occidente, lo que en el Perú llamarían la sierra”, refirió Archondo.
“La división interna de la derecha es profunda, y a pesar del incentivo que existe por la división del MAS, hasta el momento no ha habido indicios de que se esté buscando la unidad”, finalizó.
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