El Comando del Frente Interior del Ejército israelí endureció este martes las restricciones en la región del Krayot, al norte de Haifa, lo que implica la cancelación de las actividades educativas, después de que el grupo chií Hezbolá disparara unos 105 cohetes contra la zona.
El portavoz castrense Daniel Hagari anunció en la red social X los cambios en las instrucciones de seguridad, que afectan a los asentamientos de Kiryat Ata, Kiryat Bialik, Kiryat Yam y Kiryat Motzkin, al norte de ciudad portuaria de Haifa, en el norte de Israel y la tercera mayor del país.
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“El resto de regiones se mantuvieron sin cambios en las instrucciones dadas hasta el momento”, comunicó Hagari.
Los ataques de Hezbolá no causaron grandes daños ni dejaron víctimas mortales, si bien el servicio de emergencias israelí Magen David Adom (MDA) dijo que sus sanitarios trataron a una mujer de 71 años con una herida leve por metralla.
“La atendimos en el lugar y la evacuamos al hospital”, dijo un portavoz del MDA.
Este martes se cumple un año del inicio del constante intercambio de fuego entre el grupo chií Hezbolá e Israel en la frontera con Líbano, que comenzó entonces como un gesto de solidaridad de la milicia libanesa con el pueblo gazatí.
El 7 de octubre del año pasado, milicianos palestinos encabezados por Hamás lanzaron desde la Franja de Gaza un ataque contra Israel en el que murieron unas 1.200 personas y otras 251 fueron secuestradas.
En respuesta, Israel lanzó una dura ofensiva sobre el enclave palestino -que ya deja casi 42.000 cadáveres- y provocó entonces la reacción de Hezbolá.
Hace unas dos semanas, Israel lanzó una campaña de bombardeos contra Hezbolá en Líbano, que escaló las tensiones en toda la región, y que llegó a su punto álgido cuando las fuerzas israelíes mataron, en un ataque aéreo contra Beirut en la noche del 27 de septiembre, al líder del grupo proiraní, Hassan Nasrallah.
Hezbolá, por su parte, intensificó sus ataques contra Israel y aumentó su rango de alcance, haciendo sonar de forma cada vez más frecuente las alarmas en Haifa, la tercera mayor ciudad del país y sede de importantes infraestructuras energéticas.
Desde que Israel lanzó su campaña de bombardeos contra Líbano -centrados en el sur, el oriental valle de la Becá y Beirut- más de 1,2 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares.
Además, más de 2.080 personas han muerto y unas 9.800 han resultado heridas, según el Centro de Operaciones de Emergencias del Ministerio de Salud libanés.
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