Migración, crisis crónica

Carlos Pareja

LEER ARTÍCULO
Carlos Pareja

Medidas concretas

Fernando Rojas Samanez

LEER ARTÍCULO
Fernando Rojas Samanez

Escucha la noticia

00:0000:00
¿Cómo se debería abordar un posible desborde de la migración en la frontera con Chile?
×
estrella

Accede a esta función exclusiva

La crisis migratoria en Latinoamérica se ha convertido en un fenómeno estructural que desborda las capacidades de los estados y desafía la estabilidad social y política de la región. En la última década, la combinación de gobiernos ineficientes, deterioro institucional y el impacto de la pandemia profundizó los problemas económicos, generó desempleo masivo y debilitó los sistemas de salud y educación. El resultado ha sido una presión migratoria sin precedentes.

Estados Unidos continúa siendo el destino principal, pero Colombia, Ecuador, Chile y el Perú también han recibido flujos significativos, en su mayoría procedentes de Venezuela. Solo el Perú ha acogido alrededor de 1,6 millones de venezolanos, concentrados mayoritariamente en Lima. Este éxodo, producto de una crisis humanitaria y política, ha traído consigo desafíos adicionales: la proliferación de mafias transnacionales que operan aprovechando la vulnerabilidad de los migrantes y que hoy generan temor e inseguridad en varias ciudades de la región.

El régimen de Nicolás Maduro ha facilitado, e incluso alentado, la salida de millones de venezolanos. Con consulados inoperativos y una burocracia que niega servicios básicos, muchos migran sin documentos, lo que complica su regularización en los países de acogida. Esta estrategia busca promover la emigración de jóvenes para mantener un control férreo sobre quienes permanecen en el país, replicando el libreto cubano. Es una situación dramática que exige nuestra denuncia sin pausa al régimen de Maduro.

En cuanto al control fronterizo, el Perú debe fortalecer la cooperación con sus vecinos, especialmente con Chile, con quien se ha reactivado la comisión binacional para coordinar acciones. No obstante, este es un asunto sensible: detrás de cada grupo que intenta cruzar hay familias que huyen de la precariedad. La politización del tema –visible en Chile y probablemente pronto en el Perú– amenaza con distorsionar un debate que requiere serenidad, realismo y políticas sostenibles.

Contenido Sugerido

Contenido GEC