Millones de peruanos se preguntan cuánto tiempo durará la cuarentena por temor a las consecuencias económicas y sociales de la pandemia. Al finalizar la cuarentena, será necesario reanudar las actividades en varios sectores productivos esenciales y mantener al mínimo la densidad de la interacción humana. Sin embargo, la reactivación de la actividad económica debe estar acompañada de políticas cruciales para mantener la expansión del COVID-19 controlada. En ese sentido, el uso de la tecnología es urgente y de vital importancia.
El primer paso es generar un sistema inteligente de detección temprana de los infectados para resguardar el sistema sanitario de un colapso. En epidemias normales, el principal método de control es el trazado de contactos (‘contact tracer’). Este consiste en entrevistar uno a uno a los pacientes positivos y hacer pruebas a quienes han tenido contacto con ellos. En la pandemia actual que atraviesa el país, donde la tasa de infección es alta y el número de positivos crece muy rápido, el trazado tradicional no es viable.
Por ello, Corea del Sur, Singapur, Taiwán, China e Israel están implementando sistemas de trazado automáticos. Estos sistemas combinan tecnología ubicuitaria, permanentemente presente en todas las áreas geográficas, y análisis de datos para encontrar y notificar a probables infectados mucho más temprano y eficientemente. En el caso peruano, el sistema de trazado de contactos de pacientes es manual. Por ello, consideramos imperativo implementar el sistema automatizado y masivo antes de que sea demasiado tarde.
¿Cómo funcionaría esta herramienta? Este sistema mantiene un registro automático de la ubicación de las personas durante un período de entre 14 y 21 días, hora a hora, a través de sus teléfonos celulares. Supongamos que gracias al registro sabemos que 20 ciudadanos que hoy dieron positivo estuvieron en el mismo mercado hace cinco días, al mediodía. Con el registro podemos trazar qué otros ciudadanos estuvieron en ese lugar a la misma hora. Se contacta a quienes han tenido mayor exposición y se les aplica la prueba. A todos los que dan positivo, se les vuelven a trazar los pasos con el mismo registro y sus contactos aproximados, y así sucesivamente. Estimamos que identificar tempranamente los contactos positivos de estos 20 pacientes evita un mínimo de 80 nuevos contagios, pues cada infectado contagia, en promedio, a 2,5 personas.
La ubicación de personas a través de la posición de su teléfono celular mediante la triangulación de antenas puede ser muy útil. Sin embargo, dado que el negocio de los operadores no es localizar a los clientes sino proveer servicio de comunicación, la localización de los suscriptores por este método tiene dificultades técnicas y puede ser imprecisa para el objetivo de trazar individualmente personas de manera fina.
La solución que creemos más apropiada en este contexto sin precedentes es crear un registro de las ubicaciones que sea digital, seguro, respetuoso de la privacidad, automático y voluntario (aunque fuertemente promovido por las autoridades). Este funcionaría a través de una aplicación móvil que ocupe poco espacio y que registre la ubicación GPS del dispositivo móvil cada cierto número de minutos. Además, la precisión de la localización se puede mejorar usando tecnología Bluetooth o Wi Fi, la cual permitiría indicar con más exactitud la posición de un usuario dentro de un ‘mall’, por ejemplo.
La app puede tener información de contacto básica, dar opciones de privacidad y subir los registros a un servidor seguro apenas el usuario se conecte a una red de Wi Fi. Solo una entidad autorizada podría acceder a los perfiles de los peruanos que han estado en una zona de riesgo y contactarlos. Además, el sistema generaría notificaciones para quienes hayan estado en una zona de infección, en un horario riesgoso.
Si un sistema de este tipo se implementa de manera correcta, las matemáticas son contundentes: aun con solo un tercio de participación voluntaria de la población, se pueden salvar muchas vidas.