Ian Vásquez

La semana que viene cumplirá un año en el poder. El presidente fue elegido prometiendo nada menos que un cambio de paradigma: regresar a su país al liberalismo clásico que hizo de Argentina uno de los países más ricos del mundo hace un siglo.

Comprometido con esta meta, Milei ha logrado en poco tiempo mucho más de lo que la mayoría de la gente pensaba posible. En el camino, se ha convertido en un referente mundial con su mensaje de libertad y las reformas que están produciendo resultados.

Recordemos que, cuando Milei asumió la presidencia, Argentina estaba en plena crisis. Esta fue el resultado de 20 años en los que mayormente gobernó el peronismo y de 80 años en los que se fortaleció el sistema corporativista de Perón. Milei heredó un país que sufría de más de 200% de inflación en el 2023, un 40% de pobreza, un déficit fiscal y cuasi fiscal de 15% del PBI, una deuda pública enorme y creciente, un banco central quebrado y una economía en caída. El gobierno de Milei, por lo tanto, priorizó la estabilidad económica. En la práctica, el banco central ha dejado de imprimir dinero y el gobierno ha dejado de gastar más de lo que tiene. Milei recortó el gasto un 30% y produjo un superávit fiscal después del primer mes en el mando. La inflación mensual cayó del 25% en diciembre del año pasado al 2,7% en octubre. La deuda del banco central se traspasó al Tesoro, donde se maneja con más transparencia y en mejores términos.

Así, Argentina no solo ha evitado caer en default, sino que ha generado una creciente confianza en su economía. El riesgo del país declinó de más de 2.100 puntos en enero a alrededor de 750 puntos ahora. La confianza se debe también a cientos de desregulaciones que se iniciaron con un megadecreto en diciembre pasado y con la creación del Ministerio de Desregulación en julio, y que anuncia desregulaciones casi todos los días.

La economía ha empezado a recuperarse, sobre todo en ciertos sectores como la agricultura y la energía. Los salarios reales están mejorando. La pobreza ha crecido, tal y como se esperaba, al 55% en el primer trimestre. Pero ha empezado a bajar y ha llegado al 49%, según un estudio de la Universidad Di Tella.

Milei sigue siendo un presidente popular. Después de haber caído un poco, su popularidad se ha incrementado en meses recientes y está en un 52,3%, según la consultora Tendencias.

Todavía faltan muchas reformas por hacer. Después de todo, Milei empezó con una economía bastante reprimida. El lugar de Argentina en el índice de libertad económica del Fraser Institute fue 159 de 165 países para el 2022. Argentina aún tiene una economía cerrada con barreras al comercio, controles de capital y de cambio. Milei quiere abrir la economía una vez que se estabilice más y solo después dolarizarla y abolir el banco central.

Esas medidas serían saludables y generarían un ‘shock’ de confianza. Sin duda, la economía ya está en buenas condiciones para eliminar los controles de capital y empezar una dolarización sin crear mayor turbulencia en el corto plazo. Sería bueno tomar esas medidas más temprano que tarde.

El cambio que ha iniciado Milei no ha sido solo económico y estructural, ha sido quizás, sobre todo, cultural. Milei ha fomentado un cambio de mentalidad que se aleja de los ideales socialistas y estatistas –que crearon la crisis argentina– y se acerca a los principios que premian la sociedad civil, la tolerancia, la igualdad ante la ley, la libertad y la responsabilidad del individuo.

Ese mensaje lo ha llevado también a los foros más importantes del mundo. En momentos de tanto antiliberalismo, Milei está dando una lección contraria a seguir.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Ian Vásquez es Director del Centro para la Libertad y la Prosperidad Global del Cato Institute

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