Marzo del 2008. Tú estabas acompañado por la medianoche de Londres y yo miraba cómo se cerraba el telón de la tarde en Lima. Al lado del teléfono esperaba con la impaciencia de un padre primerizo. El ‘ring” no llegó con puntualidad inglesa. Tu llamada aterrizó con hora peruana. Eras tú, Claudio, conversábamos después de casi dos años. Nos diste la primera entrevista después del escándalo Golf Los Incas. Querías gritar tu inocencia y te ofrecimos todas las tribunas que teníamos. Hoy, seis años después, también queremos escucharte.
Ya no tienes que liberarte de culpas. Para mí eres un crack que ha escrito la historia más feliz de un futbolista peruano en clubes del extranjero. Tus récords hacen irrefutable cualquier defensa a tu trayectoria. Me alegro con cada uno de tus goles y tus campeonatos. Compartí en Facebook tu foto cuando alzabas el trofeo de la Champions con una bandera peruana envolviéndote la cintura. Grité también tu gol ante Ecuador hasta quedarme con una elocuente afonía. Ojalá se confirme tu renovación con el Bayern (te lo mereces). Agradezco las ganas pero creo que a tu historia con la selección peruana ya le toca un “The End” gigante escrito con letras blancas.
Tienes 35 años y te has esforzado para seguir vigente. Tus últimos goles como jugador de recambio en Alemania son admirables. Pero mejor descansa de Perú, mejor guarda esa camiseta blanquirroja en tu vitrina junto a la banda de capitán. Déjate escuchar y pronuncia tus palabras de despedida. Podrás seguir protagonizando nuestras noticias de los fines de semana (la Bundesliga nos ofrece mejores portadas que el decadente fútbol peruano), sin embargo es urgente que en la selección nacional se señale el inicio de una nueva etapa. Y contigo presente la sensación es que nuestros relojes se han paralizado.
Llama a Pablo Bengoechea, responde a los medios de comunicación y no te molestes si te preguntan por la posibilidad de un retiro. Opinar que ya no debes estar no es discriminar tu historia, solo es el reconocimiento a que debemos reescribir nuestro fútbol. Comenzar desde cero. Sin viejas heridas, ni deudas eternas.
Tus últimas Eliminatorias fueron las mejores de tu carrera, será difícil que puedas superar eso. Ya déjalo así. La historia y el público de las diferentes generaciones seguirán debatiendo. Si fuiste importante, si Cubillas fue más, no importa. Si eres tan patriota como Grau o Bolognesi, tu acto más heroico será reconocer que quisiste y que no se pudo. Quizá sea momento de respirar hondo y entender que hace bastante tiempo quemaste tu último cartucho.