Alejandra Costa

Hoy entró en vigor la ley aprobada por el que permite al Ejecutivo legislar directamente en 66 materias del ámbito económico, fiscal, tributario y de seguridad.

El Parlamento dejó de lado algunos pedidos duramente criticados, como la fusión de los organismos reguladores, pero seguramente el Ministerio de Economía y Finanzas () no debe estar muy contento de que le hayan impedido ordenar la gestión fiscal de los municipios y ampliar el alcance del mecanismo de obras por impuestos. Sin embargo, un punto en el que el Congreso le dio el gusto al MEF, pese a que la Comisión de Constitución había sugerido no incluirlo, es en la potestad de modificar a través de un decreto legislativo las reglas fiscales, sin tener que dar explicaciones ni pedirle opinión a nadie.

El cuya función es supervisar el buen manejo de las finanzas públicas, había opinado que se debía respetar el procedimiento para realizar estos cambios; es decir, que el Ejecutivo envíe al Congreso un proyecto de ley y que el CF y otros expertos puedan emitir su opinión técnica respecto a los topes propuestos para el déficit fiscal –la diferencia entre los ingresos y gastos del Estado–, así como para la deuda pública.

¿Qué tanta libertad le ha dado el Parlamento al MEF? La ley impone algunos parámetros que, en el caso de este año, no solo no limitan al MEF, sino que le permiten fijar un tope (2,8%) por encima del que el ministro calculaba para este año (2,5%). Asimismo, le permite que el déficit recién vuelva a cumplir las reglas macrofiscales y se sitúe por debajo del 1% del PBI en el 2028, como buscaba el MEF.

Ahora la pregunta es cuándo podremos conocer oficialmente las nuevas reglas fiscales y cuál será la nueva senda que se establecerá para que el déficit baje del 3,9% de mayo a ese cada vez más lejano 1% del PBI.

Una alternativa es que el MEF publique este decreto legislativo cuanto antes, y que Arista haga el esfuerzo de explicar pública y ampliamente los fundamentos detrás de las nuevas reglas y qué medidas se tomarán para cumplirlas. La otra sería esperar hasta después de la publicación del Marco Macroeconómico Multianual 2025-2028 a finales de agosto, que contendrá las nuevas proyecciones del MEF, lo que le daría al CF una oportunidad para expresar su opinión sobre los estimados del déficit y la deuda para los siguientes años, aunque esto alargaría la actual incertidumbre.

Lo que debe evitarse es que el MEF genere la sensación de que este es un trámite más y no actúe con el cuidado que requiere una decisión de la que dependen la confianza en el manejo macroeconómico del país y la calificación de la deuda soberana.



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Alejandra Costa es Curadora de Economía de Comité