Mario Saldaña

La que elegirán mañana los congresistas será la más crítica y decisiva, tanto para los intereses del régimen de como para el propio Parlamento de llegar al 2026. Las investigaciones fiscales que la señalan son tan variadas, como imaginativas y diversas las respuestas del bloque político que le provee el oxígeno suficiente para mantenerla en pie.

Se acaba de frustrar la acusación por el caso de las muertes 2022-2023, pero el tema de los Rolex sí ha sido admitido, aunque es de suponer que en la Comisión Permanente no prosperará.

Pero, si en los siguientes meses se evidencia alguna ilegalidad de mayor gravedad que alcance al despacho presidencial, como (solo por poner un ejemplo) la ayuda directa o indirecta por orden o anuencia de Boluarte para evitar la captura de su exsocio Vladimir Cerrón, la mayoría congresal estaría casi obligada a tramitar una vacancia presidencial. En dicho contexto el rol de la Mesa Directiva del Legislativo será crucial.

Pese a quienes arriesgan una interpretación, según la que la vacancia o renuncia del presidente en ejercicio no alcanza al período parlamentario sino solo al Ejecutivo, nuestro modelo constitucional habla de una convocatoria a elecciones generales, no solo presidenciales.

Lo que marcará la diferencia (usual en política) es la oportunidad de las cosas. En el Parlamento deben estar cruzando los dedos para que ese punto de no retorno (la salida compulsiva de Dina, si ocurriera) sea luego del primer trimestre del 2025, con el calendario electoral ya avanzado y los comicios ya convocados. A partir de julio del próximo año, el actual Legislativo obligatoriamente debe entregar la posta al siguiente en julio del 2026.

La pregunta es si el subperíodo político anual que arranca este 28, en medio de la precariedad y debilidad política de Boluarte, permitirá mantener indemne este acuerdo tácito de no agresión -Palacio. Y/o si una mayor erosión de la legitimidad de Dina, claramente una mochila pesada para las agrupaciones con representación en el Legislativo que hoy la apoyan (ya lanzadas en campaña electoral), no gatillará una vacancia para deshacerse de ese peso.

Por ende, la Mesa Directiva congresal que se elige mañana debería ser la primera en aplaudir si la presidenta retoma la iniciativa con anuncios que la blinden, si ajusta y mejora su equipo de ministros, y si evita que los errores (y horrores) políticos que tanto la caracterizan sigan siendo parte de su día a día.




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Mario Saldaña C. es Periodista