Una de las enfermedades que azota ciertas zonas de nuestro territorio es la llamada verruga peruana, que aún no encuentra la debida curación. Todos recordamos que en 1885 el estudiante de la Facultad de Medicina Daniel A. Carrión, natural de Cerro de Pasco, decidió estudiar dicho mal inoculándose el virus. Durante 38 días fue anotando la sintomatología con el respaldo del doctor Ricardo Flores, hasta que lamentablemente dejó de existir. El sacrificio de Carrión, símbolo de heroísmo consciente, ha quedado no solo en el recuerdo académico, sino también en el de todo el país. H.L.M.
