No hemos escatimado elogios al desarrollo de los carnavales en Lima, Callao y balnearios, pero es necesaria una reflexión para corregir algunas cosas. Durante dos días, absolutamente todas las tiendas, talleres, fábricas, centros de trabajo en general, han estado cerrados. Es fácil medir el daño económico que se ha producido por esta situación. Es necesario que las autoridades busquen una fórmula que permita que no haya merma a la economía. Podría darse una jornada corrida y que las labores terminaran antes de lo habitual permitiendo que los trabajadores participen del jolgorio. H.L.M.
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