Felicitamos desde esta combativa tribuna a la bancada fujimorista por anunciar que no dará su voto de confianza al nuevo Gabinete. Y es que el argumento dado por el fujimorismo para su negativa es completamente válido: ¿Cómo dar un voto de confianza al Gabinete de un gobierno donde existen poderes en la sombra que lo controlan todo? Los fujimoristas, así, están cumpliendo a cabalidad su conocido e histórico rol de protectores de la democracia y la institucionalidad.
Y es que la situación actual es inaudita e insostenible. Es como si durante el gobierno fujimorista de los noventa hubiese existido un poder paralelo, sin un cargo oficial pero con más poder que los ministros, manejando todos los temas gubernamentales. ¿Podrían imaginarse algo así?
Afortunadamente, el fujimorismo nunca dejó que eso sucediese durante su gobierno. Siempre escucharon a la oposición cuando advertía sobre poderes en la sombra, aceptaron todos los pedidos de investigación planteados y dejaron que la prensa independiente hiciera su trabajo libre de cualquier tipo de presión. Y cuando saltó alguna pequeña irregularidad, el fujimorismo dejó que el Congreso de la República, el Ministerio Público y el Poder Judicial actuasen de manera autónoma para fiscalizarlos y juzgarlos.
Por ello, resulta sumamente coherente la posición asumida frente al gobierno humalista y este nuevo Gabinete. No hubiéramos esperado nada menos del fujimorismo.