
Las crisis pueden llegarle a cualquier empresa en cualquier momento. Lo que realmente marcará el futuro de una empresa no es la crisis en sí, sino cómo la enfrenta. Aquí es donde el gobierno corporativo juega un papel clave: las empresas con un liderazgo sólido, reglas claras y transparencia tienen más posibilidades de salir adelante.
Cuando una empresa no tiene un buen gobierno corporativo, las decisiones se toman sin análisis, de manera improvisada, lo que puede generar errores graves que empeoran la crisis. En cambio, si la empresa tiene un consejo activo y procesos claros, las respuestas son más organizadas y menos impulsivas.
Las empresas que entienden la importancia de un buen gobierno corporativo y una comunicación efectiva se preparan con antelación para manejar cualquier crisis. No se trata solo de cumplir reglas, sino de tomar decisiones responsables y alineadas con los intereses de todos los involucrados: clientes, empleados, inversionistas y la sociedad.
La confianza no se construye en tiempos tranquilos, sino en cómo una empresa responde durante una crisis. Por otro lado, si la empresa no está preparada y responde sin rumbo, puede perder su reputación rápidamente.
Una empresa no se cae por la crisis que enfrenta, sino por no estar preparada para gestionarla. Aunque no se puede predecir cuándo ocurrirá una crisis, sí se puede estar listo para enfrentarla. Tener un plan de contingencia y gestionar los riesgos de manera efectiva debería ser parte de la estrategia de cualquier empresa. En un mundo donde la reputación es todo, no hay lugar para la improvisación.

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