
Los trabajadores del sector público en el Perú cumplen un rol crucial al garantizar la prestación de servicios esenciales a la ciudadanía. Sin embargo, enfrentan el desafío de mantener su compromiso con el país mientras operan en un sistema que presenta debilidades institucionales que con frecuencia dificultan su labor.
A pesar de su compromiso, los funcionarios trabajan en un sistema que presenta fallas estructurales. La burocracia, los bajos presupuestos y los procesos generan frustración en los trabajadores y en los ciudadanos que dependen de los servicios que ellos brindan.
Según el Índice de Capacidad Institucional y Calidad de Gestión 2022 del MEF, apenas el 25% de las entidades del sector público logra un nivel óptimo de desempeño. Esto se traduce en una demora en la ejecución de proyectos claves para el desarrollo, como la construcción de hospitales y colegios, y en una baja calidad en la atención al ciudadano.
El sector público no solo necesita reformas, también requiere el reconocimiento de la sociedad. Los funcionarios son agentes de cambio que merecen el apoyo de todos los peruanos. Es fundamental que las autoridades, la sociedad civil y el sector privado trabajen de la mano para construir un sistema más eficiente y digno.
Como país, debemos recordar que cada inversión en el fortalecimiento del sector público es una inversión en el futuro de todos los peruanos. La tarea no es sencilla, pero con compromiso y acción coordinada podemos avanzar hacia un sistema público que refleje la dedicación de sus trabajadores y responda mejor a las necesidades de la ciudadanía.