Como estudiantes de veterinaria, a menudo nuestro mundo gira alrededor de exámenes de salud a mascotas, fármacos o mecanismos fisiológicos. ¿Cuál es nuestra contribución a una mejor sociedad?

A escala local, trabajamos intensamente con nuestros estudiantes, creando grupos y creando con ellos bases de apoyo mutuo, algo esencial para superar los retos académicos y personales. De este modo, contribuimos al desarrollo integral y proporcionamos herramientas prácticas y conocimientos que promueven una formación completa, complementando el currículo universitario. Esto facilita el poder optar por oportunidades internacionales al generar una red de contactos.

Al respecto, los intercambios culturales y académicos son esenciales, ya que permiten compartir lo que nuestras universidades aportan integrándonos a redes globales de investigación y desarrollo.

Sin embargo, esto no solo depende de nosotros. El hecho de que existan empresas y asociaciones que apoyen nuestras actividades es vital, pues con ellas desplegamos programas de mentoría, oportunidades de investigación y sistemas de becas que impulsan nuestro desarrollo profesional y oportunidades de patrocinio. Todo esto facilita nuestra participación en la escena global, en la que podemos compartir lo mejor de nuestro país.

Con el alto grado de organización que logramos en nuestras instituciones, los estudiantes de veterinaria estamos siendo mucho más que profesionales en formación. Estamos siendo agentes del cambio.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.


Alejandra Vargas Zavaleta Estudiante de Veterinaria y Zootecnia en la Universidad Científica del Sur